Maduro quiso bukelizarse
Es nuestra opinión, el chavismo de la mano del castrismo de Cuba no tiene el más mínimo vestigio de “estratega”, nos explicamos. Con Chávez dominaron a los venezolanos a través del populismo más salvaje conocido, aprovechando el boom petrolero más alto y sostenido de la historia, no hay nada admirable en eso. Con Maduro, quebrada Pdvsa por corrupción y desidia, el control se realiza a través de la violencia institucionalizada, tampoco existe nada destacable… con recursos inagotables, control absolutista de las instituciones, recursos y armas del Estado, cualquiera puede retener el poder en la forma como lo hacen.
Allí que, en principio, lo electoral bajo la maldición de las “condiciones mínimas” abrió las puertas a las tragedias del país. Bien temprano, en 2007, el sufragio comenzó a ser incómodo para el régimen. Al perder la reforma constitucional echó al traste de la basura la decisión electoral de los venezolanos, a las pocas semanas implementó vía habilitantes todo lo que los venezolanos rechazamos. A partir de ese momento, el voto perdió su razón existencial: no premia, no castiga, ni genera cambios. Para aquellos quienes objeten que la alergia del chavismo al voto comenzó en 2001 cuando Chávez huyó al referéndum consultivo, generando la crisis política que hoy continúa, también tienen razón.
En líneas generales, el castrismo venezolano es violencia institucionalizada, cuya consagración han sido las elecciones en condiciones que pasaron de mínimas a absurdas, con instituciones 100% psuvizadas que le aseguran no perder ni cuando pierden, por eso, lo repetimos, a pesar de ser el régimen más repudiado de toda nuestra historia, el chavismo se desvive por “lo electoral”, en comparsa con cómplices tarifados.
¿Qué tiene que ver Bukele en todo esto? Afortunadamente nada, sin embargo, es también nuestra opinión, Maduro es víctima de otro mal cálculo, como le ocurrió con la “constituyente”. Hoy quiso dar la impresión de emprender una cruzada anticorrupción, como lo hizo Bukele con la delincuencia, pero los resultados son opuestos a los que esperaba ¿Por qué?
Son varios los motivos, pero el que salta a la vista es la poca o nula fe que los venezolanos reposan en las instituciones públicas, controladas 100% por el psuv. Las suspicacias saltan a la vita, por ejemplo, cómo es posible que todo el circulo de El Aissami esté salpicado de hechos de corrupción y él no haya sido imputado, ni siquiera se atreven mencionarlo y se ha tejido sobre este personaje un halo de misterio donde nada se sabe acerca de su paradero.
Otra razón de peso es que desde sus orígenes el chavismo ha estado inmerso en actos de corrupción, a meses de asumir Chávez fue acusado de malversar el FIEM, tampoco olvidemos el caso “Micabú”, el Plan Bolívar 2000, entre otros. Lo grave de todo esto, es que son sus propias figuras las denunciantes. Edmée Betancourt, fugaz presidenta del BCV, recién asumiendo su cargo, en 2012 denunció el “extravío” de más de 20 mil millones de dólares de esa institución. En 2016 Jorge Giordani, mano derecha de Chávez, confesó que hasta el 2016 se había “desaparecido” al menos 300 mil millones de dólares de las arcas públicas ¡Una barbaridad! ¿Cuánto más se habrá “perdido” hasta hoy?
El gran problema del régimen es que son mismos rostros de siempre. Afrontar la lucha contra “La Gran Corrupción”, término con que los estudiosos de este flagelo se dirigen al chavismo, implicaría luchar contra ellos mismos y es, precisamente, lo que está ocurriendo, porque… ¿A quién más pueden culpar? Así, lo que pretendió ser una gracia resultó una morisqueta, el régimen abrió una caja de pandora que extinguió el apoyo hasta de sus “votos duros”. @leandrotango