El costo de trabajar para genocidas
Sigo pensando que es demasiado alto, en contraste con los pírricos beneficios que perciben los aproximadamente 6 millones de compatriotas asalariados que trabajan para el Estado Socialista Genocida en todos sus niveles político-territoriales.
No es cualquier cosa el saberse responsable en alguna medida por la tragedia que ha significado la hegemonía del MVR-PSUV desde el 11 de abril de 2002, y aun así continuar cumpliendo horario de trabajo a las órdenes de aquellos autores intelectuales y materiales de la muerte de tantos inocentes por hambre, enfermedad y hampa en suelo patrio, matanza ésta que ha forzado el exilio de más de 7 millones de ciudadanos desde el 2014, buscando salvar la vida ante el horror socialista.
Da igual para quién se trabaje dentro del Estado Socialista ahora regido por el PSUV. Si algo entienden los 13 millones de adultos venezolanos que a diario salen a la calle tratando de sobrevivir honestamente en medio de esta guerra genocida, es la complicidad homicida de todos aquellos participantes en los teatros electorales organizados por el CNE-PSUV.
Para un asalariado que insiste en trabajar para el sistema político genocida acá dominante siempre resultará preferible la comodidad de ese ¨quince y último¨ manchado con la sangre de los millones de patriotas que aún se resisten a la esclavitud socialista. A ese asalariado le importa poco la risible remuneración pública percibida por la gran mayoría de sus iguales, menos aún el maltrato e incluso la violación constante a los derechos humanos ya hecha costumbre en el sector público bajo la égida socialista. Bien lo dijo Benjamín Franklin: “Quien renuncia a su libertad por seguridad, no merece ni libertad ni seguridad”.
Lo reiteramos, una vez restaurada la democracia en la República de Venezuela será necesario establecer una disposición constitucional que inhabilite de por vida para trabajar a las órdenes del nuevo Estado Democrático Venezolano a todos y cada uno de esos asalariados que a partir del 11 de abril de 2002 decidieron trabajar para este sistema político genocida durante al menos un año. La indolencia ante la tragedia de una sociedad entera también debe ser castigada si en verdad pretendemos merecer un mejor país ¡Prohibido olvidar! Oración y trabajo.