Más hace el que quiere…
Definitivamente. Es comprensible que tantos compatriotas hayan perdido la esperanza de recuperar la democracia luego del sinnúmero de fracasos a partir del 11 de abril de 2002.
Con todo y eso cabe recordar el mencionado refrán, pues si bien es cierto que en 2002 la sociedad democrática venezolana se encontraba en mejores condiciones para confrontar al régimen de facto socialista y genocida, fue igualmente una realidad la inédita fuerza popular en el Referendo Revocatorio de 2004, como excelente fue la ocasión en los comicios presidenciales de 2013, donde la democracia nuevamente ganó pero ¨no se cobró¨; qué decir de la Asamblea Nacional electa en 2015, rebosante de legitimidad, pero inútil para el cambio; hasta llegar a la presidencia encargada de 2019, que gozó de apoyo jurídico y político nacional e internacional como nunca antes en la historia de Venezuela, contando incluso con la disposición de EE UU en favor de la liberación, sin dejar de mencionar los otrora gobernantes de Colombia, Brasil, y Argentina entre otros. En ese entonces podían, siempre en ventaja objetiva, sin embargo fallaron.
Porque la historia humana enseña la propensión al éxito de aquellos que se esfuerzan por alcanzarlo, superando incluso la llamada ventaja objetiva. Pero ese esfuerzo implica necesariamente el compromiso con la causa defendida, y tratándose de una liberación nacional este compromiso debe ser existencial en lo que atañe a su jefatura, es decir ¨que quieran hacer el trabajo¨. Obviamente en esta guerra contra el socialismo los venezolanos demócratas no hemos contado con ese liderazgo político radicalmente comprometido al logro del éxito.
La Primaria de la Oposición se antoja el escenario adecuado para saldar esa deuda. Hoy, las condiciones económicas del venezolano limitan su capacidad de protesta pública, el descrédito de la dirigencia demócrata nacional es casi unánime, y el escenario político internacional, del todo adverso a una intervención liberadora.
Es la hora de una jefatura comprometida con la Resistencia a la Opresión, en disposición de hacer lo necesario para restablecer la República de Venezuela, conforme al deber ser. Solo así aquellas condiciones objetivamente adversas se trastocarán en ventajas ¡Ni Un Paso Atrás! Oración y trabajo.