¿Más de lo mismo o cambiamos?
De manera sorprendente, el régimen y sus aliados han arrastrado al país a mismos escenarios, con mismos resultados. Los pactos entre estos, materializados a través de elecciones con instituciones psuvizadas, es la caracterización más fiel de la política criolla en lo que se ha transitado en este sombrío Siglo XXI para nosotros.
Pero es aún más sorprendente que, 24 años más tarde, muchos venezolanos sigan cayendo en la trampa electorera, tanto que se tacha de prorrégimen a aquellos que (como nosotros) advertimos los peligros de seguir participando en pretendidos procesos electorales que solo refuerzan la ilegal e ilegítima retención del chavismo en el poder, porque ni cuando pierden entregan, si entregan desvalijan y someten el espacio cedido.
Como buen ejemplar de izquierda trasnochada, el régimen recurre a su verborrea estilo Goebbels para la creación de matrices de opinión, las cuales quisiéramos resaltar su elementalidad, su simpleza, su absurdismo, pero con mayor pasmo reconocemos han tenido suficiente éxito, lo que hace destellar el retroceso, la todavía más elemental cultura política que forma parte del oscurantismo que envolvió la nación desde 1999.
Cuando son venezolanos de a pie los que «justifican» la incoherente participación del CNE en las primarias, aludiendo que será “el mismo CNE de las presidenciales», nos damos cuenta el gran triunfo del trabajo sucio de los enemigos de la democracia (régimen/cómplices), además de evidenciar lo terrible de la situación.
Al parecer, los 24 años previos de procesos electorales al margen de la ley y de la democracia no parecen haber transcurrido, en cuanto, al igual que en anteriores elecciones de este tipo, hoy también se cree mágicamente que las presidenciales venideras representan una “oportunidad única” para recuperar a Venezuela cuando es exactamente lo contrario ¿Por qué? porque no solo es el CNE, son todos los poderes nacionales los que se encuentran bajo la implacable egida de la psuvización, no pierden ni aunque pierdan con participaciones históricas en su contra como en las parlamentarias 2015.
El G4+ no tiene la menor posibilidad de obtener triunfos en unas primarias verdaderas, reales, por tal motivo, desestimulan la participación involucrando al CNE, además, coadyuvarán a la inhabilitación de las principales figuras opositoras, dicho sea de paso, todas escapan de su atmósfera. Al final, tendremos otras presidenciales a semejanza de las de 2018, donde los candidatos provenían de la esfera chavista, por eso no protestaron procedimientos ni resultados más allá de algunos comentarios con carácter histriónico.
Insistimos, la vía correcta para el rescate de nuestra nación está colmada de grandes luchas y difíciles retos, por ello no quiere decir sea la equivocada, no solo es la correcta, sino que es la única vía. Todas aquellas trilladas aventuras que dependen de “la buena fe” de instituciones controladas milimétricamente por el chavismo arrojarán indefectiblemente los mismos sombríos resultados que hemos obtenido hasta la fecha ¿Por qué cree que el gobierno más rechazado de nuestra historia se desvive por “lo electoral”? No hay peor ciego que el que no quiera ver.
Venezuela no necesita candidatos, necesita un liderazgo opositor real, aguerrido, cuyas acciones devuelvan la fe a los venezolanos y que rompa de raíz con la agenda del chavismo como los nefastos diálogos secretos/distantes que no son más que acuerdos entre élites partidistas con el régimen, así como elecciones ilegales e inconstitucionales en las que sólo los participantes ganan a costilla de los venezolanos ¡Basta de lo mismo, debemos cambiar de conducción y de acciones! @leandrotango