Economistas coinciden en que indexación salarial no es viable para Venezuela: «Es una mala idea»
Desde hace meses, los trabajadores del sector público se han mantenido en las calles para exigir al Ejecutivo aumento salarial, pero que no se pulverice en la Venezuela inflacionaria. Y la indexación del salario al dólar surge como una alternativa. Pero esto no es una buena idea, según explicaron los economistas Manuel Sutherland, Ronald Balza y Tamara Herrera.
Una nota de Banca y Negocios, indicó que la indexación salarial consiste en ajustar los salarios en función del porcentaje de inflación real, o esperado. «Por ejemplo: si en tres meses hubo una inflación del 10%, habrá un aumento salarial de 10% a partir del cuarto mes. Otro ejemplo: Si el dólar está a 20 bolívares al tipo de cambio oficial, pero pasa a 22 bolívares (un aumento del 10%), en lugar de pagar 130 bolívares de salario, el Gobierno debería pagar 133 bolívares, que es el 10 %».
Este no es un incremento salarial en sí, y el Estado tendría que establecer la periodicidad de esa indexación: mensual, bimensual, trimestral, semestral o anual.
Para Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), esto no serviría para incrementar las remuneraciones, pero podría ayudar a recuperar el poder adquisitivo que se pierde en contextos de inflación baja, que no es el caso de Venezuela.
«Cuando hay inflación baja en países donde hay contratos colectivos obreros, en el cual se estipula que haya aumentos de acuerdo con la variación del porcentaje de inflación, se recupera parte del poder adquisitivo perdido. Aunque es viable, posible, y otros países hayan hecho algo similar, la indexación es una mala idea en contextos de alta inflación, y donde el Estado no tiene límites para la emisión de dinero sin respaldo”.
Por su parte, Balza, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, dijo que hay que pensar que la causa de que el salario se diluya es la devaluación y la indexación no es la solución.
«En los países donde hay estabilidad cambiaria, si se indexara el salario al tipo de cambio, los salarios no podrían subir hasta que hubiese una devaluación, y si suben es para garantizar el mismo poder de compra, y no más”.
En este mismo orden de ideas, la economista Tamara Herrera y directora de la firma Síntesis Financiera, consideró que la indexación del salario debería ser, a lo sumo, un mecanismo transitorio. Pero, concuerda en que cuando se aplica en economías vulnerables e inestables, se corre el riesgo de desatar una espiral de costos y precios.
“Hay que sentarse a estudiarlo para saber si se aplicaría con respecto a la inflación pasada, la inflación esperada, con qué frecuencia y qué implicaciones tiene para la economía, sea sus costos, o proceso de reanimación, porque se corre el riesgo de entrar en recesión, con lo cual se debilita la capacidad empleadora, y si ya de por sí el marco legal laboral es poco flexible y poco propiciador de la productividad, pues tanto mayor, tiene muchísimas exigencias la indexación”.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) reportó, de forma preliminar, al menos 600 protestas en el país durante el mes de enero, relacionadas a la exigencia de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. En su informe de 2022, según el OVCS, las protestas laborales encabezaron las exigencias. Se registraron unas 1.642 veces por salarios en seis meses del año.
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