¡Realidad! ¡Realidad! ¡Realidad!
A nuestras tragedias debemos sumar la ficción, la simulación de un país próspero y pujante, sin ninguno de los males que nos destrozan la vida desde hace más de dos décadas. Mediáticamente, en un gran esfuerzo del castrismo criollo, Caracas ha pasado ser Venezuela, la fachada bonita del país, aislada, maquillada para los ojos de los extranjeros, en perfecta concordancia con los Castro y la ultrajada Habana.
¿Ha resultado? No tanto como el chavismo ha deseado, pero mucho más de lo que tolera la racionalidad. Se hizo viral un video de un grupo de fanáticos mexicanos en la Serie del Caribe profiriendo comentarios que “sospechosamente” extrapolan lo deportivo, indicando que “Venezuela no es como se la pintaron los medios, que está bien” dando lugar a mil hipótesis que parten desde el desconocimiento e ingenuidad de los entrevistados, hasta la de laboratorios que prefabricación este tipo de propaganda mediática. Sea como sea, la realidad es una, Venezuela continúa hundiéndose más y más en el oscurantismo que la envolvió desde 1999.
A esta inhumana estratagema también se añaden personeros de una oposición de anime, los archiconocidos alacranes y la órbita G3 (o G4, como gusten) quienes una vez más han aceptado participar en otro proceso electoral absurdo, sin ningún tipo de garantías, con instituciones 100% controladas por el Psuv. Antes al menos exigían (fingido o no) un mínimo de peticiones, esta vez no, asisten amaestradamente, al parecer las negociaciones entre mismos rostros, a miles de kilómetros y en total hermetismo han dado sus frutos: dádivas, cuotas de poder, los anhelados recursos de campaña con los que más de uno se arreglan la vida.
Las televisoras nacionales entran en este indigno paquete de sumatorias, ellas se han dado la tarea de difundir un país inexistente, peor aún, ocultar lo que en realidad ocurren en el territorio nacional ¿Hasta dónde ellas estarán vinculadas en la comisión de delitos de lesa humanidad que transitan en la CPI? No olvidemos que el derecho a la información es un derecho humano. Revuelve el estómago observar como en presuntos “programas de opinión” entrevistan solo a personeros permitidos, encargados de seguir milimétricamente la agenda del régimen, aupando diálogos macabros y elecciones ilegales e ilegítimas.
La Venezuela 2023 en peor que las “Venezuelas” anteriores, pues lo que antes estaba mal hoy no solo empeora, sino que buscar normalizarse, la cubanización del país ha acelerado su marcha en calendarios donde el chavismo atraviesa su peor momento y, precisamente, la oposición también, pues quienes se han autoproclamado como tales son tan aborrecidos como quienes han destrozado la nación desde hace más de veinte años. En esta ausencia de liderazgo el chavismo avanza.
La anulación del sentimiento nacional también da frutos al régimen, la premeditada crisis económica hace que los venezolanos apenas puedan velar por su esfera personal/familiar, desligándose de lo que acontece en el país, una nación dividida, en éxodo, sometida a la sobrevivencia indigna.
En conclusión, preste atención solo a políticos que hablen temas reales como la inflación, las causas que originan las sanciones internacionales, la crisis salarial, la premeditada destrucción del sistema educativo, el alzamiento de una nueva élite social proveniente de la peor corrupción luego de la segunda guerra mundial, acerca de la imposibilidad de realizar elecciones, a aquellos que se ponen del lado de los venezolanos apoyándolos en sus protestas y acciones de calle ¡Esos son los que valen la pena! Los demás son tarifados del régimen. @leandrotango