Llamado a una Huelga Electoral Indefinida

Opinión | diciembre 2, 2022 | 6:26 am.

Para aquellos que aún tenían dudas acerca de lo inconveniente para Venezuela del trato firmado por la pseudo oposición con el régimen, en ese Segundo Acuerdo de México, solo vean las declaraciones de Maduro y Rodríguez señalando quién finalmente administrará, y en qué se «invertirán» los fondos que les ayudaron a desbloquear en los EEUU, y por supuesto quienes saldrán políticamente beneficiados.

Efectivamente, el portal oficialista reporta: “Ahí agarró el micrófono Jorge Rodríguez, el jefe de la delegación del Gobierno en el diálogo, y aclaró que el dinero que van a descongelar, bajo la figura de un fondo especial de Naciones Unidas, será administrado por el Estado venezolano”… “Lo cierto es que toda la administración de estos fondos será basada en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, en la Constitución, y los órganos rectores serán el Ministerio del Poder Popular para la Salud, el Ministerio del Poder Popular para la Electricidad, y el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, que son los que han realizado con sus técnicos este plan”.

Y yo me pregunto, ¿y eso no lo sabía antes de esa firma la oposición firmante? Allí no había ningún ingenuo político, porque no existe la ingenuidad en política. Lo que existió allí fue complicidad, con un hedor horrible de corrupción, en cualquiera de sus manifestaciones.

No era muy difícil prever esa situación, a pesar de haber colocado a la ONU como una excusa de  «transparencia» a los ojos de los venezolanos. Pero, ¿a quién le importa eso? Ciertamente, no a los EEUU quienes lograron sentar al régimen a «negociar» para que su Departamento del Tesoro permitiera, con solo ese acto de México, avanzar en las negociaciones petroleras de Chevron con el régimen.

Algunos dirán que los venezolanos «ganamos» porque el régimen supuestamente pondrá ese dinero en educación, salud, generación eléctrica y atención a las víctimas de las tragedias ocurridas por las recientes lluvias que, por cierto, también fueron producto de la destrucción provocada por la corrupción del régimen. Pero si comparamos la miseria que representa la cantidad liberada en relación con lo que se han robado del país, notaremos que poco o nada pasara que ya no hayamos visto antes cuando las cantidades eran extraordinariamente mayores.

Veremos de nuevo los contratos para la ejecución de esas “obras” y contratación de insumos con los Ministerios señalados por Rodríguez, de intermediarios del régimen, y las conocidas comisiones del 40% y 50% -y en muchos casos más- que harán que esos 2.700, 3.000 o 5.000 millones de dólares se vuelvan sal y agua, sin que hayamos resuelto el problema estructural que significa tener a una mafia narcoterrorista al control del Estado venezolano. Y volveremos al punto inicial otra vez cuando esos reales se hayan terminado sin resolverles nada a los venezolanos.

¿Para qué sirvió entonces todo ese circo? Sirvió para que Maduro y su mafia continúen más tiempo en el poder y con más dinero que antes. Eso se lo pondremos al debe de la oposición política. Pero, ¿hasta cuándo?

Lo más importante de la declaración de la mafia usurpadora, en su celebración de la firma de ese bodrio con la oposición oficial, fue la amenaza de que todo ese proceso, que sabemos que es una parodia del régimen para eternizarse en el poder, no concluirá en unas elecciones libres, justas y transparentes, como lo pide de rodillas la oposición entregada, porque Maduro lo quiere todo: “¿Elecciones libres quieren, justas y transparentes? Elecciones libres de sanciones, de medidas coercitivas unilaterales. Que las quiten todas, que se las lleven todas”.

¿Serán capaces, desde la Comunidad Internacional, de levantarle todas las sanciones a Maduro para que ocurran unas elecciones con ellos en el poder? Porque eso el lo que pedirá el régimen para que eso ocurra, eso sin incluir la presencia del delincuente Alex Saab en la mesa de negociaciones.  Mi opinión es que sí, porque solo así terminarán de destrabarse los contratos petroleros, no solo con Chevron sino con el resto de las petroleras europeas, chinas y rusas.

El problema de Venezuela es geopolítico, con un alto componente petrolero. A los gobiernos de países afuera les importa muy poco si los venezolanos pasamos hambre o nos persigue, tortura o asesina un régimen castrador de libertades. Eso lo dejan para los discursos. Solo les importará si lo que pasa aquí les afecta a ellos o no. Y les está afectando, y mucho. Y por eso buscan que en Venezuela exista una apariencia de estabilidad política. ¿Y nosotros los venezolanos? Bien jodidos, gracias.

Siempre he creído, incluso antes que los profesionales de la salud mental lo dijeran públicamente, que tu futuro no depende de lo que te hacen, sino de cómo sea tu reacción a lo que te hagan. Podemos molestarnos y culpar –y con toda razón- a la oposición oficial y al régimen de nuestras desgracias. Pero solo seremos nosotros –cada uno de nosotros- quienes al reaccionar ante eso, definimos el futuro. La decisión que tomemos a lo que nos presentan, quienes dicen representarnos que hasta ahora son los responsables de ese acuerdo miserable que en el neto atornilla al régimen en su posición de poder, definirá el futuro de Venezuela. Si decidimos dejar pasar eso seremos tan responsables como ellos.

En su último comunicado, ANCO vuelve a señalarle a la oposición la existencia de la ruta de la Refundación y Reconstrucción de la Nación a través de un proceso Constituyente, sin la rectoría del CNE, y la inclusión de la Sociedad Civil y a nuestra organización, así como a otros países amigos de Venezuela, en esas negociaciones.

Esta exigencia no es nueva y ha sido persistentemente ignorada, por lo cual ANCO “convoca a los venezolanos a protestar esta nueva traición a la patria, no asistiendo ni avalando cualquier actividad electorera que esta oposición promueva, mientras no existan condiciones para participar en un proceso libre, confiable  auditable y transparente, con votación y escrutinio manual”.

La única manera que los partidos políticos de esta oposición negociadora, que montaron este circo con el narco régimen de Nicolás Maduro Moros, en su persistencia suicida de negociar lo innegociable, entiendan que los venezolanos deben ser escuchados y no ignorados en su decisión irrenunciable de ser libres primero antes de siquiera pensar en unas elecciones con unos delincuentes, es exigir nuestro derecho de votar en libertad sin la intermediación de poderes corrompidos por el régimen. Esto no es negociable. Y de allí el pecado original de aceptar que un régimen terrorista se autocalifique como “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela”.

Hacemos un llamado –otra vez- a una Huelga Electoral Indefinida, cuyo planteamiento inicial hicimos hace exactamente 4 años un grupo de venezolanos llamando a la resistencia civil de abstenernos electoralmente, incluyendo sus primarias, hasta que se nos escuchen nuestros planteamientos, y se convoque al pueblo venezolano a una elección Constituyente con la administración electoral de la Comunidad Internacional.

Decía en ese entonces: “Si quienes deben representarnos deciden darle la espalda a las instituciones legítimas, les tocará a los ciudadanos salir directamente en su defensa, como efectivamente lo estamos haciendo ahora con esta iniciativa”. Tenemos la obligación de ejercer nuestro derecho a la participación política directa. Las cosas con el régimen y su oposición han empeorado dramáticamente desde 2018, lo que hace esta propuesta más vigente que nunca, y más aún, después de ver la evidencia clara de esta traición opositora con la firma de un acuerdo que nos perjudica, ya no existe otro camino…

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