Ese Estatuto no es de Transición
Los venezolanos ya deberíamos estar acostumbrados a conocer las andanzas de la oposición oficial, pero como la mujer del marido infiel, siempre nos enteramos de último. De acuerdo a una nota del portal Bloomberg, “Los partidos políticos de la oposición venezolana se están movilizando para deshacerse de Juan Guaidó como jefe de su llamado Gobierno interino, lo que marcaría el final de una estrategia respaldada por Estados Unidos que no ha logrado forzar la salida del presidente Nicolás Maduro. Al menos dos de los cuatro principales partidos de la oposición planean proponer la sustitución de Guaidó por una comisión de legisladores, según una propuesta conjunta a la que tuvo acceso Bloomberg y cinco personas con conocimiento directo del asunto”.
Al mismo tiempo, el portal ND, en exclusiva, titula que “AD, UNT y PJ se proponen eliminar el Gobierno Interino de Guaidó”, indicado que “…los partidos Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia han tomado la decisión de no apoyar la continuidad del gobierno interino que preside Juan Guaidó, y adelantan una reforma al Estatuto que Rige la Transición Democrática para darle más relevancia a la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional/2015”.
Lo cierto de todas estas noticias es que, hasta este momento, eran rumores no confirmados que hacían pública una realidad que toda la Venezuela política ya conocía: los partidos de la oposición oficial decidieron pactar con Maduro e irse a elecciones con su régimen en el poder, y requieren de quitarse encima seguir hablando de “usurpación” y de “gobierno de transición”, desapareciendo todo rastro de eso del -ya tres veces- inconstitucional Estatuto de la Transición.
De allí que el primer sacrificado sea el Gobierno Interino y su principal representante, quien por cierto, no puede cargar con toda la culpa de no haber podido acabar con el régimen de Maduro, ya que nunca manejó absolutamente nada, como acertadamente indica la nota de Bloomberg: “nunca ejerció ningún poder real en Venezuela”. Precisamente porque quienes lo manejaron desde esa Asamblea Nacional que ahora lo desconoce, fueron los principales y verdaderos responsables de ese proceso impidiendo que el Presidente Encargado ejerciera sus funciones constitucionales como Presidente y poder legítimo de Venezuela, ignorando abiertamente la separación de poderes en su Estatuto para la Transición.
Algunos pudieran decir que Guaidó “no es responsable” porque actuó dentro del marco establecido del Estatuto de la Transición. Pero sí lo es. Es corresponsable de haber puesto por encima de la Constitución una norma inconstitucional que disolvió la separación de poderes, ejerciendo él mismo la Presidencia de dos poderes públicos de una naturaleza estructural y completamente distinta. El no podía pagarse y darse el vuelto, siendo el supervisor y el supervisado al mismo tiempo.
Si los venezolanos no vimos un resultado de su gestión como Presidente Interino fue porque esa Asamblea comenzó mal, violando la Constitución que pretendían defender en todas las versiones de ese Estatuto de la Transición. En esta nueva versión que se está cocinando para el año 2023, aun después de desaparecido el Gobierno Encargado, ese pecado original todavía permanece vivito y coleando.
La Asamblea Nacional del 2015 podrá eliminar del Estatuto de la Transición al Gobierno Encargado, buscando “…La defensa por la restitución de la democracia en Venezuela y plena vigencia de la constitución”, pero sería una contradicción y tarea imposible de alcanzar si en esa nueva versión insisten en seguir modificando las atribuciones de la Comisión Delegada, preestablecidas en la Constitución en su Artículo 196, y que fueron ampliadas inconstitucionalmente en el Estatuto anterior. Insisto en señalar que el Artículo 333 Constitucional no dice por ningún lado que tengamos que violar la Constitución con la excusa de defenderla. Ese Estatuto fue, es y seguirá siendo inconstitucional.
Pero para salir en la defensa de nuestra Constitución y en especial blandir los Artículos 333 y 350, los ciudadanos Diputados no tienen la necesidad de redactar ningún Estatuto de la Transición, cuyo nombre dejó de tener sentido desde que eliminaron su esencia, que no era otra que la de reglamentar una transición que eliminaron de la pasada versión del Estatuto al eliminar el concepto del “cese de la usurpación” que debía llevarnos a un “gobierno de transición” con “elecciones libres”.
Lo que estarán fabricando los ciudadanos diputados de la Asamblea Nacional del año 2015 en su nueva modificación del Estatuto de la Transición no es más que el documento de entrega del país al régimen de Nicolás Maduro Moros, para una elección sin condiciones cuando al régimen le de la gana.
De acuerdo a la nota del portal ND en el documento al que tuvieron acceso “…desaparece toda mención al desconocimiento a Maduro y a las autoridades usurpadas. Elimina los capítulos referentes a la reinstitucionalización y la conformación de un Gobierno Provisional, que es el centro de la transición política”. ¡Por eso se llamaba Estatuto de la Transición!
¿Qué debe decirles eso a los venezolanos? Que se utilizó la figura de la Presidencia Encargada para esconder a los verdaderos responsables de su fracaso y de la permanencia de Maduro en el poder, y que ahora se harán cargo directamente quienes siempre manejaron a Guaidó, pero que ahora será sin intermediarios, desapareciendo en esta versión al muñeco de ventrílocuo. Pero eso no mejorará la situación de los venezolanos, al contrario, la pondrá peor.
Sin embargo, lo más grave de todo este nuevo sainete “opositor” es en lo que se ha convertido nuestra lucha por salir de este régimen siniestro.
Y no es que esta gente que se dice opositora esté cuadrando para su beneficio un nuevo mecanismo para administrar los activos de los venezolanos que han congelado en el exterior. Lo grave es que el problema opositor lo hayan reducido al “como quedo yo allí” para la supervivencia política de los partidos, olvidando la principal razón por la que se hizo ese Estatuto en primer lugar, que no era otra que de salir de manera inmediata del régimen de Nicolás Maduro Moros, como se le vendió a los venezolanos. Y ahora nos dicen que la solución a nuestros problemas actuales se traduce en esperar por unas elecciones cuando al régimen disponga y bajo sus condiciones.
¡Qué falta de respeto a los cientos de muertos, desaparecidos, presos y perseguidos políticos del país! ¿Es esa la oposición que necesitamos? Tengan al menos la decencia de dejar de engañar a los venezolanos y pónganle otro nombre a ese nuevo bodrio. Les sugiero uno: “Acta de entrega de Venezuela”, porque ese Estatuto no es de Transición. Forma parte de la estrategia de entrega del país que comenzó con la firma del Memorando de Entendimiento en México, donde lo primero que hicieron fue reconocer a Maduro como Presidente.
Los venezolanos debemos comenzar a mirar con mayor seriedad los llamados de quienes dicen ser opositores. No seré yo quien les diga qué hacer con esas primarias o con esas elecciones a las que pretenden convencernos. Solo miren los hechos, sus protagonistas y saquen ustedes sus propias conclusiones.
Será un primer paso para terminarnos de convencer de que la solución no pasa por la elección para un cargo de un salvador de la patria a través de los mecanismos electorales que el régimen imponga, sino por la decisión de una representación calificada y Constituyente de los representantes de todo un pueblo, sin la intermediación de ningún poder corrupto de la tiranía. Cuando todos –los de adentro y los de afuera- estemos alineados y convencidos de que esa es la solución, el mecanismo para llegar a eso será lo de menos…
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