A merced de la tiranía
Ha sido así a partir del 11 de abril de 2002, ello en virtud de la ausencia de un liderazgo anti socialista eficiente, tragedia política solo comparable al propio ascenso y permanencia del socialismo en el poder. Tal ausencia ha dado lugar a situaciones por demás vergonzosas para nuestro gentilicio, más allá del horror implícito en esta guerra genocida en curso.
Lo traemos a colación para puntualizar la importancia existencial que reviste para Venezuela el contar en tiempo perentorio con un liderazgo anti socialista en capacidad real de coordinar la Resistencia a la Opresión, algo del todo inexistente al tiempo presente por las razones harto conocidas. De allí que resulte del todo previsible cualquier tratativa de sabotaje por parte del sistema político dominante en contra del proceso de primaria opositora.
Porque más allá del evento electoral presidencial pautado en la misma Carta Magna impuesta por el socialismo en 1999, fervorosamente promovido por la usurpación, la sola elección de una jefatura legítima para las fuerzas de la Resistencia a la Opresión representa la finalización de ese ciclo infinito de humillación e ignominia sobre la sociedad venezolana a manos de la barbarie dominante. Junto a la matanza silente de venezolanos en virtud del hambre, la enfermedad y el hampa, no es menos cierta la burla permanente prodigada por esa misma regencia socialista a sabiendas que frente a sí solo cuenta con una falsa oposición.
La más reciente guasa se va configurando con la designación de nuestro país como sede para las negociaciones entre el grupo terrorista colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno socialista presidido por Gustavo Petro, ello a sabiendas de que el socialismo criollo hizo del suelo patrio un asentamiento permanente de grupos terroristas originarios del hermano país.
Sin dejar de lado la inminente aprobación por parte de la ONU de un programa destinado a proveer a Venezuela de ayuda alimentaria, pero aceptando como representación criolla al socialismo regente, «coincidencialmente» único responsable del genocidio en curso.
Probablemente sea esta la última oportunidad para que Venezuela elija por voto popular a un líder de la Resistencia a la Opresión. Apuntemos todo nuestro esfuerzo en esa particular dirección, porque la libertad de la República de Venezuela lo vale. Oración y trabajo.