Perfil para candidatos a las primarias
Lo siguiente tiene por destinatarios a quienes entendemos tal evento comicial como una «oportunidad de oro» para superar lo que constituye enorme obstáculo para la libertad de la República de Venezuela: La ausencia de liderazgo patriota.
La magnitud de esa carencia se cuantifica en la permanencia en el poder por parte del régimen de facto socialista y genocida desde el ya lejano 11 de abril de 2002, ello a pesar de un rechazo popular certificado.
Así entonces resulta comprensible la importancia que revisten estas primarias para el sector demócrata criollo.
Es el caso que por estos días la naturaleza delictiva del régimen dominante ha evidenciado como nunca antes la depravación de su accionar ello mediante la publicación de un par de eventos, a saber:
El reciente informe de la ONU ratificando la violación sistemática de derechos humanos en Venezuela como política de Estado, y la entrega de 7 rehenes estadounidenses por parte del régimen socialista, al gobierno de su país, a cambio de la libertad para 2 traficantes de droga, condenados a 18 años de cárcel, sobrinos políticos del tirano.
Todo ello configura un escenario que impone la selección de un líder opositor con características muy particulares bien alejadas del perfil acostumbrado en democracias. El nuestro debe ser un dirigente más afín a una política de Resistencia a la Opresión, entendiendo que el objetivo mantiene su plena vigencia: Cese de la Usurpación, Gobierno de Transición y Elecciones Libres, conforme al mandato popular del domingo 16 de julio de 2017.
Por ende el líder que emerja triunfador de las primarias, si pretende eficiencia en el cumplimiento de su deber, o por lo menos aspire a detener la depauperación de nuestra dignidad como pueblo, tendrá que asumir posturas diametralmente opuestas a las enarboladas por quienes le antecedieron.
Ello pasa por la ejecución de una política fundada en la naturaleza delictiva del socialismo dominante, de allí la necesidad de organizar alianzas nacionales e internacionales dirigidas a la consolidación de una fuerza política, social y militar en capacidad real para detener el vigente genocidio, siempre de conformidad con la Constitución de la República de Venezuela en su artículo 250. Oración y trabajo.