La fuerza vuelve a ser una opción
No podía ser de otra manera. Ningún pueblo en la historia de la humanidad se ha entregado al exterminio sin antes llegar a luchar. Esta no podía ser la excepción. Cuando el régimen de facto socialista y genocida dominante en la República de Venezuela llegó a estimar que la misión de esclavizar a este país se había cumplido a cabalidad los hechos demuestran que tal evaluación se hallaba muy lejos de la realidad.
Porque a la fecha presente es un hecho público, notorio y comunicacional que la casi totalidad de la población adulta en suelo patrio reconoce el quebrantamiento del orden constitucional, como igualmente acepta que su restablecimiento es solo posible por vía de fuerza. De nada han valido las matanzas, encarcelamientos, las amenazas ni las triquiñuelas siempre motorizadas por el socialismo a objeto de doblegar el anhelo de libertad. Ante el horror por el genocidio en curso, y a sabiendas que la oposición oficial es aliada del socialismo, y por ende toda tratativa electoral o de negociación política patrocinada por el Psuv constituye otro “circo” de la traición, entendemos por qué la aplicación del artículo 250. de la Constitución de la República de Venezuela del año 1961. vuelve a ser la primera opción.
Así, con un ambiente tan favorable a esa iniciativa la selección del líder necesario se nos antoja como el paso inmediato a seguir. Por ende el escenario de las publicitadas primarias de la oposición despunta como inmejorable ocasión para definir la jefatura del movimiento de Resistencia a la Opresión, siempre que emerja algún dirigente en disposición de asumir como propia esa propuesta tan popular. Es recomendable la legitimación electoral para definir liderazgos sobremanera cuando la gestión que se tiene por delante pasa por encabezar una auténtica epopeya. La libertad de Venezuela vale eso y mucho más. Oración y trabajo.