Oz

Opinión | septiembre 6, 2022 | 6:26 am.

Con ese pocotón de cosas maravillosas de la tecnología moderna hemos podido volver a ver películas tan antiguas como El puente sobre el río Kwai, El gran escape, Una Eva y dos Adanes, con la bella Marilyn Monroe, Casablanca, con la inolvidable Ingrid Bergman y El mago de Oz de donde elegimos el título de estas líneas.

Hace algunos años escribimos un artículo relacionado con El mago de Oz, pero con mucho gusto lo hacemos de nuevo. La película, filmada en 1939, tuvo 6 nominaciones al Oscar y ganó la de mejor canción que, con el tiempo, se convertiría en una de las más conocidas del mundo. La cantó la protagonista de la película Dorothy (Judy Garland, quien vendría a ser la madre de Liza Minnelli) y se llama “Over the Rainbow” (Sobre el arcoíris).

En nuestro criterio, la mejor estrofa de la canción dice así “Somewhere over the rainbow/ Blue birds fly / Birds fly over the rainbow / Why then, Oh why can´t I?” (en algún lugar sobre el arcoíris/ pájaros azules vuelan/ los pájaros vuelan sobre el arcoíris/ por qué entonces?, ¿por qué no puedo yo?).

En esa dulce frase de los pájaros azules está resumida la clave del progreso. El soñar constante de los humanos en lo mejor. En ver el arcoíris y más allá y esforzarse en llegar a ese horizonte deslizante que significa el buscar una calidad de vida superior. Y así ha sucedido. A pesar de los chocantes que siguen fastidiando sobre la mala situación del mundo, nadie puede esconder que la pobreza a nivel planetario es la menor de toda nuestra historia humana, que la esperanza de vida es la mayor que hemos tenido gracias a los innumerables avances de la ciencia y que la cantidad de peroles que hemos inventado para facilitarnos todo se pierde de vista.

Pero las cosas son muy diferentes cuando analizamos los asuntos, no a nivel planetario sino a nivel local. Mientras en el mundo el porcentaje de pobres es el menor de todos los tiempos, resulta que en Venezuela el número de pobres es el mayor de toda nuestra historia. Mientras en el mundo la gente goza y se divierte en su país, en el nuestro se va la gente por millones pues no hay trabajo, los servicios son deplorables, la salud miserable y hasta la educación la volvieron trizas estos animales rojos que en mala hora nos envió mandinga.

Lo peor del asunto no es que estemos en la miseria, sino que, además, estos infames cancerberos se han dado a la tarea de crear una campaña publicitaria diciendo que estamos en recuperación económica. Muestran unos bodegones llenos de latas importadas, dicen la economía crecerá 10% y que la inflación será de dos dígitos. Farsantes embusteros e inmorales de medio pelo, nada de eso es cierto. La inflación seguirá siendo la mayor del planeta y la economía seguirá estando en el mismo sótano profundo.

En realidad, hay poco que pensar sobre la necesidad de salir de estos delincuentes corruptos e incapaces. Dicen que hasta la mayoría de los chavistas están hartos de Maduro y su combo y si van las elecciones en 2024 estos tipos salen volando como corcho de champaña. Para ello es necesario que los partidos políticos de oposición sintonicen alrededor de un solo candidato, bien sea con primarias o en consenso.

Muchos opinan que es necesario el uso del CNE para realizar las primarias pues la Constitución así lo exige, pero eso es muy fácil de saltarlo simplemente cambiando los nombres. Llamemos a ese proceso “Consulta de preferencias populares” y no elecciones primarias y listo. Lo importante, creemos, es incluir a los que están en el exterior pues bajo la sombra del CNE pareciera que hacerlo es casi imposible. Si la votación en el exterior fuese digamos de dos millones, sería un arma formidable de combate para las siguientes elecciones de presidente y presionaría al CNE a hacer lo que fuera necesario para incluir a ese número tan grande de electores.

Los rojos están muy asustados y no tienen mucho poder de maniobra. Lo que sí debemos tener es serenidad, ponernos de acuerdo en el candidato y hacer la mejor campaña que se recuerde y que lleve a todos a votar con la alegría del triunfo. Estamos muy cerca para que eso ocurra.

El mago de Oz le puso un corazón al hombre de lata, el cerebro al hombre de paja y el valor faltante al león. Quizás debemos pedirle al mago que nos reviva nuestro enorme amor por la patria para actuar con coraje y sin miedo. Muchos ya lo hicieron antes. Ahora nos toca a nosotros.

 

Eugenio Montoro

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