¿Dejarán a María Corina Machado llegar al 2024?
La política es realidad. Aunque a muchos les guste o por el contrario le desagrade, la realidad es inocultable, así traten de esconderla, disimularla. En Venezuela María Corina Machado es la figura política de mayor aceptación, a pesar de todo el ataque, vejaciones y censura a la que ha sido impuesta en el remanente de medios de comunicación.
Tan es así que el pasado miércoles 14 de septiembre, quién para mucho es el número 2 del chavismo, Diosdado Cabello, exclamó públicamente que “María Corina Machado no puede ser candidata presidencial”… lo dicho ¡Le temen!
Pero no solo el régimen siente pavor, la misma oposición languidece ante la idea ella pueda materializar su liderazgo. Ha estado fuera de los fracasos electorales y demás acusaciones en los que la oposición ha estado inmersa.
En marzo de 2014, Machado fue destituida de su cargo de diputada en la Asamblea Nacional por presunta «traición a la patria» al haber aceptado un cargo de «embajadora alterna» de Panamá ante la Organización de Estado Americanos (OEA). Machado fue designada «embajadora alterna» para denunciar ante la Comisión Permanente de la OEA las violaciones constitucionales, democráticas y de derechos humanos perpetrados por el chavismo.
Imaginamos, Cabello hace mención a ese episodio en el que, además de ser separada de su “molesto” cargo (para el régimen), fue inhabilitada por 12 meses para evitar volviera ser electa en las elecciones a la Asamblea Nacional de 2015, todo fríamente calculado. La mala noticia para Diosdado es que ese “delito” ya fue cursado y pagado, no puede nuevamente ser imputada, hasta para la desinstitucionalidad roja sería bochornoso, exhibición altiva de cobardía y desespero ante la más legítima figura política de la nación.
Pese a todo esto, su actividad política no cesó, continuó recorriendo al país de cabo a rabo, en las comunidades más apartadas de la nación, además, llevó su voz de protestar contra el chavismo a nivel internacional, lo continúa haciendo. Ella es hoy día una de las venezolanas más respetadas en el plano mundial.
En 2022 nada ha cambiado. María Corina sigue con su lucha, sin abandonar un solo criterio de los que le ha acompañado siempre, precisamente, su coherencia es el principal atributo al que sus seguidores apelan. Ella, desde un principio, comenzó advertir y denunciar el talante, arbitrariedades y desafueros del régimen, incluso, los de la misma oposición. Su valiente postura le ha devengado en el tiempo apoyo y credibilidad, valores fundamentales, muy escasos en el oscurantismo que envolvió la patria desde 1999.
El régimen venezolano, de corte castrista, al igual que el de Ortega Díaz en Nicaragua, no tienen empacho a la hora de retener el poder. En 2021 observamos cómo Ortega inhabilitó y apresó a todas las opciones opositoras de ese país, solo permitiendo inscribir los candidatos que a él le convenía, simulando una elección presidencial que le causó sanciones internacionales, al igual que su par venezolano. Algo parecido ocurrió en Venezuela en las “presidenciales” 2018, donde 3 de los 4 candidatos provenían de la esfera chavista y uno era un pastor con una relación turbulenta con la ley.
Así pues, no es de extrañar, que la piedra en el zapato del chavismo y de la oposición cohabitadora jueguen contra María Corina Machado y sumen esfuerzos para sacarla del camino, después de todo, es la única figura política que realmente puede darle un vuelco de 180° a la política nacional, a la conducción del país. El miedo es libre y comienza a brotar, por su peso y lo que representa, inhabilitar a María Corina Machado deslegitimaría 100% las próximas presidenciales, lo cual ahondaría mucho más la tragedia que padecemos. @leandrotango