Recuperar la red eléctrica a través de sistemas fotovoltaicos residenciales
Es cierto que hay un evidente esfuerzo para avanzar en la estabilización de la red eléctrica desde el Ministerio para la Energía Eléctrica, a través de la recuperación de antiguos generadores o contribuyentes como las termoeléctricas del estado Zulia. Sin embargo, aún lográndose esa tarea, nuestro Sistema Eléctrico Nacional tiene un techo.
Por tanto, la recuperación de la red eléctrica en el muy corto plazo requiere de una estrategia paralela en la que haya múltiples contribuyentes: un sistema individual de almacenamiento de energía eléctrica con baterías y paneles solares para garantizar un kilowatt a cada casa.
Siendo conservadores este sistema podría reducir la demanda residencial al SEN en al menos un 50%. Una solución a la venezolana porque resolveríamos en mancomunidad, con toda la población, el suministro confiable de energía eléctrica. Esto permitiría robustecer, blindar y desestresar nuestra red eléctrica nacional en un tiempo récord.
Digo a la venezolana porque va más allá de colocar paneles solares en casas, escuelas u hospitales. Es usar la tecnología fotovoltaica con baterías, manteniendo la conexión a la red que le permita a cada familia disponer de la suficiente energía de respaldo almacenada ante cualquier contingencia del sistema eléctrico e igual independizar de manera autónoma y progresiva sectores o comunidades o pueblos completos con la meta de hacer de Venezuela, en un muy corto plazo, uno de los más confiables en lo que significa su suministro seguro de electricidad a la población.
Instalar en una casa un sistema de tecnología fotovoltaica con respaldo de un kilowatts almacenado en baterías sería más que suficiente para garantizar un consumo eléctrico. Luego, cada casa individualmente podría tener más energía almacenada agregando más baterías.
Cada hogar, al mantener esos pequeños sistemas fotovoltaicos conectados a la red eléctrica, cargará sus baterías bien sea con la energía que viene de la calle o de los paneles solares instalados, que además tienen la ventaja de que si ocurriese una contingencia de muchas horas sin suministro eléctrico, en la noche se consumiría el kilowatt almacenado y en el día los paneles solares segirían alimentando la casa.
Con esta estrategia en lo inmediato se notaría el impacto porque al bajar progresivamente la demanda a la red, se reducen o eliminan los cortes o racionamientos eléctricos. Y en una segunda fase, se debe estimular al sector privado para inyectar a la red, como pequeñas o medianos empresarios suplidores de energías, bien sea desde sus casas o industrias o granjas solares.
Esta acción, que es casi inmediata, ayuda a la red eléctrica nacional a crecer con el concurso de la inversión privada, y evita pensar en crecer a través de mega inversiones que tendría que buscar el gobierno nacional.
Esta experiencia se ha aplicado con mucho éxito en países como Francia y en casi toda Europa.
Es esencial que esta propuesta sea compartida, mancomunada: Gobierno, comunidades e inversión privada.
La tecnología existe, y geográficamente somos un país privilegiado por ser una tierra donde la energía solar se encuentra en abundancia. Después del desierto de Atacama en Chile, Venezuela es en América una de las regiones que posee una condición estable y excepcional para el desarrollo de la energía fotovoltaica.
Ingeniero y ambientalista venezolano. Experto en Sistemas Fotovoltaicos, con más de 300 megawatts instalados entre Canadá y los EEUU