La educación, defensa contra el socialismo
Un punto de coincidencia obligada entre todas las personas de bien debería ser la educación, entendida como la enseñanza dirigida a desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales, morales e incluso físicas de la persona. Lo anterior es sin dudas un concepto reiterado en la historia de la humanidad sobremanera por los tiempos que corren. Sin embargo en consonancia con la naturaleza humana, le prestamos la mayor atención solo cuando peligra la existencia misma de la sociedad, es el caso de nuestro país.
Porque diezmar a Venezuela en poco más de 20 años no es poca cosa. Es tarea de especialistas en devastación, tarea para el socialismo. Pero no llegamos a esto por azar. Se ha requerido el concurso de una porción importante entre la propia sociedad venezolana no solo para el ascenso al poder de esta doctrina, mediante el estafador de marca mayor elegido el domingo 6 de diciembre de 1998 como Presidente de la República de Venezuela, que al poco tiempo devino en tirano, sino además para la continuidad de un sistema político opresivo que no deja de necesitar un trazo de apoyo popular.
Lo anterior solo ha sido posible en razón de las decisiones erradas de ese porcentaje de venezolanos que en cada oportunidad se decanta por brindarle apoyo a una propuesta política cuya cabida solo se encuentra en los estantes de alguna biblioteca. Cuando la historia certifica que la prosperidad de los pueblos no depende únicamente del clima, la ubicación geográfica, sus riquezas naturales o la apariencia de sus gentes, no queda sino concluir que la diferencia estriba en la capacidad de razonamiento de sus individuos.
El desarrollo y perfeccionamiento de esa capacidad en cada ser humano individualmente considerado depende en alto grado de la enseñanza que reciba la persona desde su infancia, más allá de las cualidades innatas de cada quien.
Siendo así debemos concluir que la pervivencia de una ideología del mal como el socialismo, capaz de seducir a sociedades enteras hasta la esclavitud, responsable de la mayor cantidad de asesinatos por motivos políticos en la historia de la humanidad, es solo posible en sociedades donde la educación no es la prioridad. No por casualidad el Libertador tuvo a bien expresar: ¨Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción¨. Oración y trabajo.