Diálogos y elecciones ¿En serio?
Los diálogos en política son útiles para las naciones exclusivamente cuando quien está impregnado de ilegalidad e ilegitimidad se encuentra acorralado, no teniendo más opción que ceder. Por tal motivo, en las peores guerras estos acercamientos entre enemigos son diarios, pero solo llegan a término cuando uno de los dos está vencido.
Como es sabido, el chavismo (desde época de Chávez) ha utilizado este mecanismo para darle paso a coyunturas difíciles, sin embargo, mientras se sienta distrae, continúa profundizando su modelo castrista. Posterior a cada proceso de estos nos topamos con un chavismo más radicalizado, anclado al poder. Las elecciones en condiciones de inconstitucionalidad son la joya de la corona a estas estratagemas.
Hoy el régimen castrista venezolano se encuentra en paz relativa, principalmente porque ha sabido acallar su peor enemigo, las protestas sociales, a pesar hoy en el país existen más razones que nunca para que estas existan, la violencia institucionalizada es la “herramienta tranquilizadora”. Por otro lado, también ha sabido burlar las sanciones internacionales, maneja con total discreción armas, recursos e instituciones que deberían ser del Estado, son del partido de gobierno.
El chavismo no tiene nada que perder a través de los fulanos diálogos, todo está a su favor, en la forma como hoy subsiste puede soportar 20 años más en el poder bajo su fórmula diálogos/elecciones ilegales. La oposición, en cualquiera de sus versiones, la falsa de la Alianza Democrática (nuevo polo patriótico) o la representada por Juan Guaidó, la única que pudiera actuar formalmente, aunque a muchos no les guste es la realidad, determinará quien se prestará para este macabro juego.
De este modo, la oposición venezolana, más que en una “sospechosa” división, ve en su desorientación su peor enemigo, las estrategias erróneas han cavado su tumba. A diferencia del régimen, la oposición ha perdonado al chavismo cuando este se ha encontrado en momentos de crisis.
Por otro lado, el chavismo se ha visto acorralado cuando han sido las manifestaciones de calle las que copan la escena, ellas son su peor enemigo, por eso se desvive para contenerlas. El Artículo 68 de nuestra carta magna las avala, así como prohíbe reprimirla con armas de fuego y sustancias químicas. Sin ellas nada de lo que se haga tendrá resultado, desde 2019 cuando el chavismo perdido todo vestigio de legalidad/legitimidad, encontrándose en el ojo del huracán, observado por el mundo entero, sería un error reprimir cómo lo hacía cuando aún era reconocido, “atrozmente”.
Sí el país se mantiene al margen de la agenda del chavismo, el dinamismo social encausará la lucha, la crisis de los servicios públicos (agua, electricidad, salud), la escasez de gasolina, la inflación, están tomando forma a nivel nacional, sí la oposición sabe apoyarlas (no conducirlas) otro gallo cantará.
Bajo su insultante slogan “Venezuela se está arreglando” se esconde una verdad perversa, el país acelera su destrucción. La corrupción, la desidia, la premeditación acabaron con todo lo que una vez nos hizo grandes, a 23 años de revolución chavista, el país no cuenta ni con gasolina, ni con agua, electricidad, la inflación nos come vivo.
La exigencia de nuestros derechos, de nuestras libertades es lo que nos devolverá nuestra libertad, nuestra independencia. Huyamos, repudiemos a quienes en estas condiciones absurdas nos obligan a más diálogos y elecciones descaradamente arregladas.
@leandrotango