¿Quedan esperanzas en Venezuela?

Opinión | abril 15, 2022 | 6:26 am.

El gran problema de los venezolanos es que el país se encuentra bajo los efectos de una ficción. Ahora, el mensaje gubernamental fijado bajo su control mediático es: “Venezuela se está arreglando”, en medio del recrudecimiento de la crisis eléctrica, gasolina, agua y de todos los demás servicios públicos. Con universidades, escuelas, liceos, hospitales e infraestructura nacional en el piso, con una inflación que no cesa, sin ningún poder público nacional conectado con las necesidades sentidas de la población, la prioridad hoy son los conciertos y las fiestas patrocinados con recursos públicos.

Otra ficción, la peor, es la electoral. Desde 2017 se perpetran procesos electorales ajenos a la constitucionalidad, a la democracia, a la política como ciencia. El régimen ha confeccionado, al mejor estilo del Estado Comunal (un Estado paralelo al legal y legítimo) una sociedad política de cómplices, donde, imagínense el descaro, las propias instituciones psuvizadas entregan las direcciones nacionales de los partidos opositores a estas lúgubres figuras, justo por eso tras cada elección el empeoramiento del país se acelera.

Bajo esa ficción, prontamente, se simulará un proceso de “primarias opositoras” tan absurdo que, en un escenario tan radicalizado, los presuntos líderes opositores (los beneficiados por las instituciones psuvizadas) solicitan al CNE controlado por el régimen sea el órgano “garante” de ese proceso… no se ría, es tan serio como real.

A parte, se suman a esas “primarias” los presuntos líderes de nuevas organizaciones que han pululado en los últimos tiempos con rostros totalmente desconocidos, cuya misión ha sido hacer bulto en las elecciones simulando una democracia hace rato extinta. Además, aprovechando el momento, participarán figuras políticas que en un proceso real de primarias no tendrían ninguna oportunidad contra una verdadera oposición, es lo que decimos en criollo puros “bates quebrao’s”.

De ese modo, la esperanza en el país es directamente proporcional al escenario donde se desenvuelva, es decir, mientras se cifren esperanzas en procesos electorales innaturales, ilegales e ilegítimos todo está perdido, no debemos olvidar ¡Nunca! que fueron los procesos electorales en condiciones mínimas los que destruyeron al país, los de hoy son simplemente absurdos, burlistas, todo un delito.

A diferencia de la oposición, el chavismo ha aprendido sus lecciones. Luego del derrocamiento de Chávez en 2002, no volvió permitir (o las controla férreamente) las manifestaciones multitudinarias. Luego de la paliza electoral de 2015, elimina la más mínima posibilidad opositora en cada elección. Se hizo un maestro limitando la información veraz y oportuna.

Por otro lado, la oposición (lo que quiera usted definir como oposición) ha sido reptiliana, básica, predecible, obediente a su andar amaestrado de ciclos de crisis-diálogos-elecciones sin condiciones. Todo esto nos ha deparado la tragedia de país que hoy padecemos.

A pesar fuera de nuestras fronteras la resistencia internacional al régimen es más notable, a lo interno del país es nula, de hecho, la cúpula roja ha sabido burlar las sanciones, sin embargo, pese a su estrategia, que pareciera extraída de la novela 1984, la realidad es una e inocultable, grita “Venezuela está empeorando”.

La ficción de la “mejora comercial” no incrementa la calidad de vida estructuralmente, la inyección de capitales fantasmas no corrige la inflación (la empeora) ni restituye los servicios públicos, la inseguridad, solo los maquilla. La esperanza de los venezolanos solo revivirá cuando tenga actores verdaderos (oposición real) que luchen por lo único que puede a su vez revivir a Venezuela; el retorno de la democracia, de la constitucionalidad.

@leandrotango