Notas acerca de cómo haremos una Constituyente
A pesar de todos los años dedicados a influir en la política venezolana para que ocurra un cambio en el paradigma del poder en nuestro país, debo reconocer, no sin cierta decepción, lo poco que nos hemos sabido explicar a la población cómo debería desenvolverse el proceso Constituyente en Venezuela.
Tal vez sea un problema en la forma en que hemos tratado de hacer llegar el mensaje, la manera de plantearlo, los canales utilizados, o bien la falta consistente de recursos que nos ha acompañado desde que comenzamos hace muchos años esta cruzada, para poder realizar una campaña comunicacional en plena forma para explicarles a los venezolanos cómo abordar el problema.
Lo cierto es que todavía al día de hoy me encuentro con personas que aún nos preguntan cómo haríamos ese proceso constituyente, ya que claramente tenemos al frente unos delincuentes manejando el poder en Venezuela, y que difícilmente lo abandonarán solo porque el pueblo se los ordene. No estamos tratando con políticos, como quieren seguir insistiendo quienes hacen oposición política en Venezuela, convenciendo a la Comunidad Internacional de ir a unas elecciones con unos delincuentes en el poder.
Hay dos consideraciones importantes que deben tenerse en cuenta en esta explicación que son definitorias para darle una respuesta clara a los venezolanos acerca de cómo realizar este proceso constituyente:
a) ninguna explicación para este tema cabe en un mensaje de Twitter (por más hilos que se le pretenda dar); y
b) la respuesta es y ha sido dinámica, y en consecuencia diferente en cada momento político que hemos tenido en Venezuela.
La primera consideración apunta al hecho comunicacional mismo. Los venezolanos deseamos respuestas rápidas y cortas a problemas complejos. Y si ya ha sido difícil explicar el porqué es necesario ir a un proceso Constituyente, la pregunta que viene a continuación es el cómo lo hacemos. Y allí entramos en la segunda consideración. La respuesta ha sido diferente desde que iniciamos la cruzada mucho antes de la fundación de ANCO en marzo de 2016.
No podíamos de ninguna manera fundar la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, sin decirle al país cómo íbamos a realizar ese proceso tan complejo y con quienes íbamos a hacerlo. De hecho, la base organizativa debía comenzar a construirse a partir de ese momento. ¿Y cuál fue el soporte teórico del lanzamiento de ANCO, que explicaba el cómo y sus fundamentos? El documento titulado “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio” cuya última versión se publicó el 26 de noviembre de 2017. Las Bases Constituyentes incluyen de manera extensa las Bases Comiciales de todo el proceso (cómo se realizarían las elecciones constituyentes y sobre qué fundamentos).
Encontrarán una explicación detallada de cómo haríamos ese proceso en mi nota titulada “Bases Constituyentes” del 22 de febrero de 2017. Sin embargo, les adelanto: ¿De qué se trata este documento?
Con base a nuestro derecho a la participación política consagrado en la Constitución, un grupo de venezolanos redactamos un manifiesto para la historia denominado Bases Constituyentes, donde aquellos que lo suscriban -denominados Activadores- nos constituimos en todo el país en Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs), cuya misión tiene tres objetivos fundamentales: 1) Recoger las manifestaciones de voluntad del 15% del Registro civil y Electoral en todo el país (Artículo 348); 2) Alcanzado y superado ese mínimo del 15% constitucional, proceder a convocar a un Proceso Constituyente de carácter Originario; 3) Estar en la disposición de defender la voluntad del pueblo de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente por encima de cualquier desconocimiento que haga el Poder Constituido al Poder Constituyente Originario.
En ese momento, previo a la convocatoria ilegítima del régimen a una Constituyente el 1ro. de mayo de 2017, nuestro cómo estaba basado (y sigue estando) en nuestro derecho constitucional a la participación política, ejerciéndolo por encima de los poderes constituidos, y convencer a todos los factores políticos, incluyendo a las Fuerzas Armadas, de respetar el resultado de ese proceso inédito.
Sin embargo, la situación política del país cambió radicalmente a partir de ese 1ro. de mayo de 2017. El repudio del país a esa constituyente ilegítima del régimen frenó en seco nuestra iniciativa de levantar el 15% requerido para convocar una Constituyente por iniciativa popular y nos obligó a un cambio en la estrategia hacia una Consulta Popular para que fueran los venezolanos los que decidieran el destino de Venezuela, sin abandonar la lucha por una Constituyente Originaria que cambiara las bases del poder en nuestro país.
En esta nota explico en detalle el porqué hay que cambiar la Constitución de 1999 a través de un proceso Constituyente. La estrategia de ANCO de iniciar el esfuerzo consultivo sin los poderes públicos, llevó a la ejecución de las dos Consultas Populares en el 2017 y en el 2020, y estableció los mandatos populares necesarios para lo que ocurrirá en Venezuela en el proceso de la recuperación de la libertad.
Luego de estas Consultas Populares cuyos mandatos han sido ignorados por el régimen, pero peor aún por la oposición política, retornamos a nuestra lucha principista por la convocatoria al Constituyente Originario, pero teniendo en cuenta que la realidad política del país ahora es completamente diferente.
Desde el año 2017, el régimen afianzo sus estructuras trayendo como consecuencia una destrucción exponencial de la planta física –y la reserva moral- del país, con el consiguiente éxodo de más de 6 millones de personas, aumento considerable de la persecución política y ruina económica del país, todo esto sin contar con una espantosa pandemia que ha arrasado a Venezuela hundiéndola aún más en la miseria del régimen. Este país no es el mismo en el 2022 que en el 2017. No existen las mismas condiciones políticas por lo que no se pueden aplicar las mismas metodologías y soluciones que una vez esgrimimos en las Bases Constituyentes, para tratar de imponer un mandato que surja de la decisión popular.
Entonces la aproximación debe ser otra, manteniendo nuestra propuesta de convocatoria Constituyente, pero a través de un proceso diferente al planteado hasta mayo de 2017. Y es allí donde debemos afinar nuestra creatividad política. Entre las dos Consultas Populares de 2017 y 2020 ya existe un mandato vigente y vinculante de: a) Ordenar el cambio de los Poderes Públicos; b) Exigir el Cese de la Usurpación de Nicolás Maduro Moros previo a cualquier llamado a elecciones; y c) La obligación de “… adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”.
Con esos tres elementos podemos afirmar que no solo ANCO, sino todos los venezolanos tenemos el respaldo necesario ordenado en mandato popular por el pueblo venezolano en dos Consultas Populares, para plantear ante la Comunidad Internacional, un proceso constitucional, pacífico y en esencia electoral (sin la participación de ningún poder público del régimen) como lo es una Asamblea Nacional Constituyente, que nos lleve a una elección de Constituyentes, en contraposición a unas elecciones presidenciales y parlamentarias planteadas desde la oposición oficial como solución al problema venezolano.
De esta manera elevamos el planteamiento Constituyente a otro nivel, no sin dejar de lado lo que tengamos que realizar para que ese planteamiento sea hecho realidad. Esto es, si la Comunidad Internacional entiende que hay que cambiar todas las estructuras del Estado venezolano para poder salir de la crisis terminal donde nos encontramos, y de entre sus observaciones sale que todos los venezolanos debemos firmar para que eso se haga realidad, entonces idearemos la manera de que todos los venezolanos aquí y el resto del planeta firmen por esa solución.
Pero si se considera que para que exista paz en Venezuela se acuerda en una negociación política a cuatro partes, un Tribunal Electoral Ad Hoc (especialmente dispuesto para eso) fuera de las estructuras del régimen, entre la Comunidad Internacional, los partidos políticos, la sociedad civil y el régimen para una elección constituyente de cuyos resultados salga un Gobierno de Transición producto de la decisión de unos constituyentes legítimos, con unas Bases Comiciales discutidas entre todos los involucrados, entonces ese será el camino de ese cómo constituyente. En mi opinión, no se puede pensar en ir a recoger firmas ahora mismo sin que antes esto sea decidido en ese proceso de negociación política que incluya a todas las partes.
No estoy hablando de algo irreal.
La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria sigue siendo nuestro desiderátum para organizar y Refundar a la Nación. Pero la gran mayoría de todos los venezolanos deben estar convencidos de eso. De todos los años que he estado estudiando y escribiendo acerca de este proceso nunca he estado más convencido que este tendrá necesariamente que pasar por una negociación política adentro y afuera del país, como recientemente lo explicara en una reciente nota.
Pero para que eso ocurra deberemos tener de nuestro lado a la gran mayoría de todos los venezolanos que aspiran a un cambio radical en nuestro país. De allí la fortaleza que deberemos tener en organización y penetración popular para convencer a los ciudadanos que esta es la última y única vía a transitar políticamente para salir de este problema sin matarnos entre todos. Espero en Dios que así sea…
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