Más allá de Ucrania
Imposible para cualquier escribidor por estos días no referirse a la invasión rusa a Ucrania. Los medios de comunicación han sido amplios en la cobertura de los sucesos, así que no agregaremos sobre lo que ocurre en el interior de Ucrania y hablaremos de sus alrededores y especularemos sobre el futuro.
Acostumbrados a las películas de conflictos de cualquier tipo, en donde claramente hay un “bueno” y que usualmente es el protagonista y el que gana al final y un “malo” que, a pesar de todo su poder, pierde, muchas personas del mundo occidental están ingenuamente esperando que los “buenos” (USA, UE y otros países) salgan a defender a la pobre Ucrania de los “malos” rusos. En pocos días nuestros “buenos” le darían una lección a los “malos” y todos contentos y sale el fin de la película.
Pero el mundo real es diferente y no hay buenos ni malos sino países y personas que tratan de hacer lo que creen es mejor y les conviene, en un planeta con una población inmensa, fuertemente interconectado por intereses de todo tipo y pareciendo, como decimos por aquí, un cuero seco que si lo pisas por un lado se levanta por el otro.
Rusia acaba de demostrar con los hechos que está decidida a jugársela e ir recuperando los países bajo su anterior control y hasta ha amenazado a otros como Finlandia y Suecia de acciones militares si se unen a la OTAN. Esto antes podría sonar a un bluf de póquer, pero ahora, después de la invasión a Ucrania, se convirtió en una peligrosa y real posibilidad.
La respuesta de la OTAN ha sido movilizar su poderío militar a países miembros cerca de la frontera de Rusia como para decir “de aquí no pasas” pero no mucho más. En paralelo planean sancionar a Rusia y a funcionarios de manera de presionarlos económicamente. Una de las medidas fuertes consideradas es sacar a Rusia del sistema Swift que se usa para las comunicaciones financieras internacionales, sin embargo, y aquí viene el cuero seco, varios países europeos dudan de hacerlo por su dependencia del gas ruso.
Hasta aquí lo predecible a corto plazo. En resumen, movilización de la OTAN, pero nada de disparos, apoyo con armas a Ucrania, sanciones a Rusia, pero dejándole el SWIFT en algunos bancos para poder pagarle el gas y el petróleo, y Ucrania pasa a estar bajo la influencia rusa. Fin del primer capítulo de la película.
Vamos ahora a especular sobre el segundo capítulo, de lo que imaginamos podrá venir y aquí las posibilidades son variadas así que esta solo es solo nuestra opinión entre las muchas posibles.
Las imágenes grandes sobre el fin del primer capítulo es el triunfo de Rusia sobre Occidente mediante una acción militar y una OTAN que sirve de poco a la hora de la verdad y de los tiros. Por otra parte, un estímulo para China y sus antiguas ganas de recuperar Taiwán y haber constatado, en los hechos, que ya los gringos no se meten en líos de guerra para defender a otros. De la ONU no diremos nada pues se ha convertido en un organismo como referencia mundial de lo inútil.
El paralelismo entre el inicio de la Segunda Guerra Mundial y este caso es escalofriante y, al igual que Hitler, envalentonado por su fácil invasión a Polonia, Putin podría respirar aires de invencibilidad imaginando la expansión de Rusia sin encontrar otra resistencia que artículos y declaraciones de prensa desacreditándolo a él y a sus acciones. El casi seguro apoyo chino a Putin, potencialmente enorme en todos los aspectos, complicaría mucho el escenario.
Nuestra especulación es que necesariamente debe aparecer, de parte de occidente, una reacción militar contundente contra Rusia y arriesgarse a tener un conflicto de consecuencias sin precedentes en la historia de la humanidad. Esto no es fácil pues la vida cómoda en muchos países desarrollados ha creado generaciones pacifistas que han olvidado que no importa lo que pienses ni hagas, siempre existe algún hijo de Putin que te puede amenazar y agredir y vas a tener que defenderte. También el horror a un posible intercambio de bombas atómicas es paralizante para occidente y facilita a los rusos para seguir.
En adelante ningún trato con Rusia será creíble y nada podrá limitar sus ansias de expansión salvo una respuesta militar contundente. Occidente puede esperar en responder a Putin y tratar de crear acuerdos, tal como lo hicieron con Hitler, hasta que la situación sea dramáticamente intolerable y se entre, después de un lamentable luego, en guerra abierta.
En Venezuela, por las idiotas declaraciones de Maduro a favor de Rusia, en un ambiente de guerra, podríamos estar envueltos con todas las desventajas y peligros sobre la mesa.
Espero, de verdad, equivocarme en lo que aquí he escrito y un milagro nos traiga otra solución, pero lo que está planteado de nuevo la lucha entre la tiranía y la libertad. En Venezuela existe esa misma confrontación, pero las armas solo las tiene el tirano. Muy distinto es a nivel internacional donde el tirano tiene armas, pero los que quieren la libertad tienen más.
Veremos.