El consultor de Moisés
Uno de los primeros consultores en temas de organización fue un judío de nombre Jetro. Jetro era sacerdote y suegro de Moisés, o sea que tenía hijas, lo que podría ser una interesante referencia para nuestros curas actuales.
La hija de Jetro casada con Moisés se llamaba Séfora (no era maracucha a pesar del nombre) y conociendo Jetro todo lo que había acontecido con la salida de Egipto decidió ir a visitar a Moisés. Esto está escrito en el libro del Éxodo en el antiguo testamento de la Biblia y tal vez ocurrió hace 4000 años.
El libro dice que salieron de Egipto unos 600 mil hombres por lo que al añadirle las mujeres y niños podríamos suponer que fueron más de 2 millones de personas.
Moisés y Jetro hablaron de todo un poco y al día siguiente Moisés se había levantado muy temprano para desarrollar su oficio de juez y resolver problemas entre los judíos. Jetro le preguntó qué hacía. Moisés le respondió que las personas cuando tenían algún problema entre ellos venían a él para ver quién tenía la razón.
Jetro, que era un hombre sabio, y viendo que Moisés era el único juez para dos millones de seres, le dijo: Lo que estás haciendo no está bien. Tú y el pueblo que está contigo se van a cansar (te vais a reventar, le hubieran dicho en Maracaibo). Este trabajo es muy difícil para ti. No puedes hacerlo solo. Ahora escúchame, te voy a dar un consejo para que Dios esté contigo. Elige hombres buenos, dignos de confianza, que respeten a Dios, que no se dejen sobornar y haz que ellos manden sobre el pueblo. Coloca a unos de ellos a cargo de 1000 personas, a otros a cargo de 100, a otros a cargo de 50, e incluso otros a cargo de diez. Ellos estarán encargados de juzgar al pueblo en todo momento. Los casos más graves te los llevarán a ti, pero los casos menores los juzgarán ellos. Facilítate las cosas, encargándoles parte del trabajo. Si haces todo esto, vas a poder sobrellevar tu trabajo y todo el pueblo se irá en paz a sus hogares.
A Moisés le pareció muy bien el consejo y de seguida lo implantó y nos imaginamos que pudo dormir mejor.
Lo asuntos de organización son muy importantes a la hora de tener que realizar una iniciativa compleja y, en un intento de cooperar, de seguida haremos una propuesta para salir de Maduro y su combo y la necesaria organización que pudiera tener de la oposición formada por partidos políticos, asociaciones de muy diversos tipos y los ciudadanos.
Algunos amigos ya no creen en elecciones con los comunistas en el poder, pero, en nuestra opinión, la solución electoral es el camino civilizado y hay que hacer todo lo posible para evitar una guerra civil, de manera que partiremos de esta base.
El principal problema para organizar la fuerza opositora es nuestra pobre capacidad para seguir instrucciones. Herederos de la romántica figura del hidalgo español capaz de batirse en duelo por asuntos de honor y que nunca bajaba la cabeza ante nadie con la excepción de su majestad el Rey, los venezolanos somos orgullosos opinadores y razonadores de los motivos por los que los otros lo están haciendo mal. De manera que la solución la tiene cada hidalgo criollo y eso impide el amalgamiento necesario para la organización y la ejecución de las acciones.
De manera que el primer mandamiento de una buena organización es la subordinación. El estar dispuesto a cumplir las instrucciones. De no ser así lo que tenemos es un gallinero ruidoso e inútil. La pregunta es: ¿pueden los máximos líderes de nuestros partidos políticos aceptar la subordinación temporal para el proyecto “salir de Maduro”?
Allí, en ese detalle, está el meollo del asunto, allí esta la pepa del queso.
Pues bien, si suponemos que están dispuestos a subordinarse, se debe elegir un venezolano con auctoritas (que los hay) para gerenciar el proyecto “salir de Maduro”. Posiblemente ese gerente organice el esfuerzo de oposición por estado y municipio. Podría ser una opción que cada jefe máximo de un partido político comande un estado y nombre sus encargados por municipio.
Cada comando de estado organizará a toda entidad y ciudadanía dispuesta a participar en el gran proyecto. El sincronismo de las acciones que se planifiquen de manera que sucedan simultáneamente en todo el país, será fundamental en la tarea y eso solo se logra con la subordinación. Todos estarán subordinados al gerente del proyecto de manera temporal.
Cuando llegue la hora esa misma organización podría facilitar un pacto de gobernabilidad para las próximas décadas, podría hacer unas elecciones primarias para elegir un candidato a la presidencia y esa misma organización podría hacer la campaña electoral.
No es muy difícil. Lo difícil es bajarnos de nuestros tronos y subordinarnos con humildad para trabajar en sintonía. Y ya que empezamos con la Biblia cerramos también con ella. Isaías 1.19 ¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra!