El Soviet Supremo venezolano
Fiestas en tepuyes, Margarita, El Humboldt y Los Roques exclusivos para una supra élite. Bodegones, farmacias y demás negocios exprés que reflejan riquezas súbitas y sin controles. Hace pocos días, unan jueza, hermana del Contralor General designado por la extinta “Constituyente”, entregó la sede de El Nacional a un alto jerarca rojo. Al mismo tiempo, el presidente de la nación nombra un familiar directo de su esposa ministra… señoras y señores, estamos en pleno apogeo del Soviet Supremo Venezolano.
“¡Venezuela está mejorando!” Alegan algunos cuando una de las peores tragedias, la hiperinflación, se agrava día a día en un país donde ni los sueldos en dólares alcanzan, la inflación también es en divisa extranjera, flagelo producido ante el manejo inescrupuloso de nuestra política monetaria por parte del que una vez fuera uno de los mejores bancos centrales de la región, hoy convertido en otro tentáculo del partido de gobierno.
¿Para quienes está mejorando Venezuela? Para el común de los ciudadanos no, sí usted quiere emprender acudir a un registro es una odisea, imponen mil trabas, el aumento de los precios lo hace impagable, además, para aspirar a un negocio propio se debe contar con divisas y con contactos en caso que requiera importaciones de equipos o materia prima. La mayoría de los emprendimientos son al margen de la ley y dan solo para cubrir lo estrictamente necesario, así no se levanta un país ¡Sobrevive!
Una tragedia muda lo acontecido en Trinidad y Tobago. Ello es solo una nota ante todo el drama y la tragedia que padecen los venezolanos que deciden emigrar en búsqueda de libertades que permitan realizarse personal y/o profesionalmente. La emigración, o éxodo más bien, también se agrava, somos la peor emigración del planeta ¿Qué país experimenta este fenómeno sí está “mejorando”? ¿ilógico no?
¿Venezuela está mejorando? Probablemente se refieran a un porcentaje menor a dos dígitos con nexos todopoderosos que no les ha quedado más remedio que “invertir” en la nación, ante el temor de ser pillados y ser objeto de actos punibles por parte de una comunidad internacional atenta a hechos de corrupción. Más del 90% de la población pasa hambre, trabajo y padece todo el denigrante espectro de la pobreza.
Mientras la inmensa mayoría de los habitantes de este país se rebusca vendiendo sus pertenencias, inventando un negocio particular, endeudándose, prestándose para labores ajenas a su formación y capacidades, una minoría la pasa de lo lindo, dándose vidas de jeques occidentales.
Pero es que ni gasolina hay, ni gas, la electricidad va y viene, el agua escasea más y más y el hampa sencillamente tiene el control de las calles del país. Las pretendidas autoridades han sucumbido a la crisis, se han unido al rebusque para sobrevivir aprovechando su estatus de “hombres de ley, de orden”.
Para emprender hay que estar “enchufado”, lo mismo para importar, exportar, contar con divisas, ello genera un caldo de cultivo para poderosos carentes de virtudes, mientras los que estudian o estudiaron, los que trabajan de sol a sol, los honestos dejan sus mejores años productivos sobreviviendo indignamente o huyendo del país a enfrentarse con duras e inmerecidas realidades ¿Esa es la mejoría que enarbolan? Día a día, hechos como los de El Nacional o la frutería de Altamira, incrementan la inseguridad jurídica, política y social que espantan a las verdaderas inversiones productivas. Con el pasar del tiempo nuestra nación se ha tergiversa tanto que solo “mejora” para los nuevos Soviet Supremos Venezolanos, mientras que para la inmensa mayoría es casi un campo de concentración.
@leandrotango