Del timbo al tambo
Vivir, andar o pasarla del “timbo al tambo” significa ir de un lado a otro sin organización, ni juicio, ni sentido y pareciera que este régimen de malandros que tortura a Venezuela se ha especializado en eso.
Como los acontecimientos suceden en el aquí y ahora nos olvidamos a veces de “ver la película completa” y estas líneas intentan ser un resumen de la “película”.
No hay duda alguna de que Chávez era un mentiroso intencional. Las entrevistas que le hicieran Jaime Bayly en plena campaña electoral en 1998 y luego también la que le hizo Jorge Ramos por esa fecha, ambas disponibles en YouTube, son una prueba indiscutible de ello. Algunos dicen que Chávez actuó de esa forma para conseguir votos, pues mucho peor ya que mintió con plena conciencia y eso en todas partes se llama falta de integridad.
En ellas prometió bajar el IVA a la mitad, mantener la paridad cambiaria, privatizar todas las empresas del Estado menos Pdvsa pero que participaría en ella el capital privado de Estados Unidos e Inglaterra.
Dijo que toda la banca debía ser privada, que él no era socialista sino humanista, que se llevaba de maravilla con los empresarios, que nunca sería autoritario sino demócrata, que entregaría el poder a los cinco años, que no nacionalizaría ningún medio de comunicación pues todos debían seguir siendo privados y que no nacionalizaría ninguna empresa.
La verdad es que, conociendo como están realmente hoy las cosas en Venezuela, todo lo contrario a sus promesas, cuesta mucho creer que Chávez decía estas cosas así que invito cordialmente a mis lectores a ver esas entrevistas.
Al poco tiempo Chávez, ya como presidente, empezó a mostrar su verdadera calaña comunista siguiendo casi al pie de la letra el catecismo rojo. Allí se incluye la permanencia para siempre en el poder, la concentración de todo alrededor de la imagen de un único líder, el adoctrinamiento y control de los militares, el control masivo de los medios de comunicación, la centralización de la economía, la expropiación de empresas, el control absoluto de todos los poderes del Estado, el acercamiento a países y organizaciones enemigos de los estados unidos, entre otras muchas perlas similares.
Obsesionados por controlarlo todo colocaron a personas leales en los puestos de importancia, pero con poca experiencia y talento, de manera que el país se fue deteriorando en todos sus aspectos y muy especialmente en lo económico pues los inversionistas perdieron la confianza ante la evidente falta de estado de derecho. En consecuencia, sucedió algo inédito en la historia del país, los ciudadanos empezaron a emigrar por centenares de miles.
Salvo por el resultado de mantenerse en el poder usando cualquier manipulación y controlar todos los poderes y las armas, el resto del país es un desastre y más de 90% de los habitantes desean que ocurra un cambio de gobierno.
Quizás ya convencidos que la ruta comunista era un peligroso fracaso han empezado a tratar de que mejore la economía flexibilizando algunas cosas, pero al mismo tiempo, por estar cortos de dinero, han inventado nuevas formas de meterle la mano en el bolsillo a los ciudadanos vía impuestos y alzas en los servicios.
Algunos mencionan que la intención del régimen es acercarse a un modelo económico como el chino o el de Vietnam en donde existe apertura al capital privado y las empresas funcionan al estilo capitalista, pero se mantiene un gobierno de ideología comunista y, a los dos, les va bien en sus economías.
Pero pasan los días y no suceden las cosas y el país sigue en su letargo. La pérdida de confianza que el régimen creó en el mundo empresarial durante 20 años de arbitrariedades no es fácil de recuperar.
También en paralelo tenemos cosas que le revuelven el estómago a cualquiera. Nuestra soberanía como país está hecha flecos. La influencia cubana en nuestras decisiones como nación es inmoral, la evidente tolerancia de grupos irregulares en el territorio nacional y el monstruoso silencio de nuestras fuerzas armadas es increíble. Personeros del régimen son reclamados internacionalmente por narcotráfico y hasta curiosamente ellos mismos están poniendo presos a algunos de los suyos para mejorar en algo su imagen internacional.
Del timbo al tambo van estos comunistas en una balumba de desaciertos, sin un plan claro de país salvo el propósito de apoderarse del continente entero y volver a los años dorados cuando Marx incendió la pradera con unas ideas que lucían esperanzadoras. Sin embargo, la práctica demostró tercamente su utopía.
En estas horas difíciles en que el régimen, haciendo gala de su falta de escrúpulos, destruyó la esperanza civilizada de hacer un referéndum, es un buen momento para volver a aspirar los aires patriotas y seguir en el obstinado empeño de salir de esta pesadilla.
Como decimos los petroleros “Ni un paso atrás”.