2024: El nuevo amanecer
“Nada puede venir de la nada” William Shakespeare
Los tiempos de la humanidad son lentos y largos, distantes de los tiempos vitales del Ser Humano como individualidad. El año 2024 luce lejano pero realmente no lo es. La impaciencia del tiempo vital nos desboca y a menudo terminamos cometiendo errores arrastrados por la ausencia de paciencia, olvidando que somos extensión de una humanidad que trasciende de generación en generación, lo que hagamos o dejemos de hacer afectará irremediablemente la generación que viene, por eso la impaciencia de la juventud termina siendo una contradicción que termina en errores costosos.
El 2024 vuelve a ser una oportunidad extraordinaria para lograr un cambio político anhelado por la mayoría de los venezolanos, hoy hundidos en la pobreza y la migración forzada.
De acuerdo a todos los estudios de opinión realizados en los últimos diez años, hay un ochenta por ciento invariable de venezolanos insatisfechos con el “socialismo del siglo 21” y además deseosos de un cambio político, lamentablemente las inconsistencias y errores políticos opositores sumados a una elite carroñera y deshonesta han impedido que este cambio ocurra, no voy a negar el autoritarismo y ventajismo del gobierno para mantenerse en el poder pero los hechos históricos desde el 2002 han demostrado que son derrotables.
Lo ocurrido el nueve de enero en Barinas vuelve a ser un ejemplo de lo que debe privar para lograr el cambio político venezolano. Despejadas las dudas sobre la posibilidad de lograrlo a través del referéndum revocatorio, no queda otra fecha que la del 2024, tiempo suficiente para que todas las fuerzas políticas opositoras junto a la sociedad civil amalgamen una estructura desapegada de intereses particulares y se siembren las semillas de los frutos que se recogerán en el 2024, año crucial para el futuro venezolano.
Venezuela es un país presidencialista, por lo que será necesario encauzar los esfuerzos hacia una sola figura que pueda unir en vez de dividir. Para lograr este cometido será necesario un desprendimiento superior de todos los que aspiren, al parecer serán muchos, sin embargo, todos deberán tener presente que será la mayoría popular a través del método de escogencia que se decida quien determine el candidato de la unidad, solo a través de esta estrategia será posible derrotar el gobierno, mantener un debate interno divisionista, en muchos casos alentado por el propio gobierno, traerá inevitablemente la derrota y la continuidad del “socialismo del siglo 21”
No descarto los imponderables. En este periodo de tiempo pueden ocurrir muchas cosas, en especial lo relacionado al aspecto geopolítico, ambos bandos han elegido entregarse a la suerte de potencias extranjeras, lo que pudiese arrastrar al país a situaciones inesperadas, pero asumiendo que los acontecimientos se desarrollaran sin mayores contratiempos, es evidente que será el año 2024 el del probable cambio político, amanecerá y veremos, las cartas vuelven a estar sobre la mesa y además descubiertas, no jugar correctamente se traducirá en la condena de millones de venezolanos de hoy y mañana.
@lombardijose