Desarrollo y subdesarrollo

Opinión | mayo 18, 2022 | 6:24 am.

Para hablar de este tema he elegido el libro “Brecha entre América Latina y Estados Unidos”, interesante compilación de trabajos de importantes autores a cargo del reconocido politólogo norteamericano Francis Fukuyama.

Estos trabajos de investigación permiten analizar y entender las causas del retraso de las naciones subdesarrolladas versus las desarrolladas.

El libro ha delimitado su investigación al continente americano, comparando las naciones latinoamericanas frente a Estados Unidos y Canadá, todas como comente anteriormente ubicadas geográficamente en el mismo continente y colonizadas por los europeos en la misma época, lo que pudiera convertir a factores culturales, geográficos o religiosos en una tentación para explicar la brecha entre desarrollo y subdesarrollo.

Sin embargo, las conclusiones de la investigación dejan claramente definida que serán las instituciones junto a las políticas de Gobierno y la desigualdad social los factores determinantes de esta causa y no los factores antes mencionados, los cuales con ligereza mucha gente asume por error, creando tesis supremacistas, racistas o religiosas que dejan como resultado negativo una brecha más amplia.

El factor institucional, en el concepto económico de “reglas formales o informales que restringen la capacidad de la decisión humana” definen la importancia de las instituciones como reguladores del comportamiento humano en la sociedad, ejercido a través de lo que ellos llaman hábitos formales e informales.

Los hábitos formales son el imperio de la ley, sistemas electorales, federalismo, derechos de propiedad, sistema jurídico, leyes y el poder ejecutivo, serán ellos quienes sostienen las instituciones y el fortalecimiento de las mismas, harán posible un “sistema institucional” que permita el desarrollo, pero dejando claro que los procesos de institucionalización son lentos, difíciles, progresivos y pasan desapercibidos, por lo que es imprescindible  no interrumpirlos y dejar que fluyan en su desarrollo.

Interrumpir el desarrollo institucional por hechos como “golpes de Estado”, dictaduras, enjuiciamientos presidenciales, dimisiones y todo acto que implique un quiebre institucional, ha traído como consecuencia un retraso histórico para alcanzar el desarrollo, citando como ejemplo a los Estados Unidos quien desde su independencia en 1789, solo ha experimentado un quiebre institucional (La guerra civil). Después de eso, todos los conflictos  han sido superados institucionalmente dentro del “marco de la ley” a diferencia de los  países latinoamericanos, quienes plagados su historia de quiebras institucionales han retrasado el proceso al desarrollo, solo en Venezuela han habido tenido veintisiete (27) constituciones, lo que se traduce en veintisiete (27) interrupciones en el camino hacia el desarrollo.

En relación con las políticas de Gobierno, estás deben ser tomadas por personas profesionales, lo que requiere de formación previa de quienes la ejecutan, para ello será necesario una inversión importante en institutos de formación y capital humano en la formulación, elaboración y ejecución de políticas públicas. La improvisación y el presidencialismo han sido males recurrentes, que crean “dotes imperiales” pretendiendo quedarse con todo, a pesar de haber sido electos con una minoría que les resta legitimidad.

El escaso imperio de la ley y la corrupción latinoamericana son males que  sumados a los anteriores ocasionan daños graves a la oportunidad de alcanzar el desarrollo, al contrario de Estados Unidos o Canadá, en donde el “imperio de la ley” es sacrosanto para la gran inmensa mayoría de sus ciudadanos. Es este comportamiento de los ciudadanos frente a la ley lo que conceptualizan como “hábitos informales” y en donde concluyen que en los países latinoamericanos estos son escasos o ausentes.

La desigualdad social es otro de los factores que analizan como consecuencia de la brecha entre América latina, Estados Unidos y Canadá. Textualmente en las conclusiones dicen lo siguiente: “la desigualdad deslegitima el sistema político, genera movimientos sociales y actores políticos contrarios al sistema y prepara la escena para una amarga polarización social y una lucha por la participación de suma cero. Esto es lo que ha venido sucediendo en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, donde políticos populistas se han empeñado en consolidar el poder ejecutivo, desmantelar las instituciones democráticas, revertir las reformas económicas liberalizadoras y promulgar políticas sociales que cuentan con el amplio apoyo de los pobres, pero son insostenibles a largo plazo”.

Ante la interrogante ¿Cómo salir del subdesarrollo? los autores concluyen en cuatro acciones para alcanzar una solución:

1. Establecer políticas económicas basadas en un Banco Central autónomo y con técnicos altamente preparados.

2. Establecer todas las reformas que sean necesarias, las cuales serán medidas a través de sus resultados, las mismas deben ser formuladas y ejecutadas por expertos en cada una de las materias.

3. “prestar atención a la actividad política” la política debe ser ejercida por los mejores, los más preparados, es necesario para ellos contar con diversidad de instituciones de alto nivel para formar un capital humano competente, capaz de llevar adelante la actividad política.

4. “política social inteligente” convertirse en lo que William Easterly llama un “indagador”, o sea, un empresario de la política social decidido a experimentar con nuevos métodos, aprender de los demás y, sobre todo, abandonar propuestas que no son fructíferas.

El diagnóstico del subdesarrollo está sobre la mesa y la mayoría lo conoce, ahora corresponde aplicar los correctivos  y las acciones que necesariamente deben ser acompañadas de una voluntad común en trabajar unidos en donde los intereses colectivos sean más importantes que  los particulares, esto último determinante para que cualquier acción implementada sea exitosa, un plan estratégico común a largo plazo abrirá el acceso al desarrollo y con él, el bienestar y el progreso de la gente, especialmente los pobres,  la fórmula ganadora sigue siendo “el todo es superior a la parte”.

@lombardijose