La verdadera victoria del régimen en Barinas
Cuando vi la inferencia lógica de la oposición política a los resultados de la elección de Barinas el pasado domingo, recordé el viejo cuento de la araña que se queda sorda. Paradójicamente viniendo del Estado del “Arañero de Sabaneta” resulta bastante patético.
“…un científico que ha amaestrado a una araña y se dirige a ella desde el otro extremo de la habitación. «Araña, ven», le dice. Y la araña se acerca hasta él. Acto seguido, el investigador aleja de nuevo al arácnido, le arranca una pata y repite la operación. La araña vuelve a obedecer una y otra vez hasta que el científico le arranca la última pata y espera resultados. Como el animal se queda inmóvil en el suelo el profesor anota en su libreta: «Cuando a una araña le arrancas todas sus patas, se queda sorda»”. Y eso fue lo que concluyeron: “Como la oposición le gano con votos al régimen en Barinas, entonces es posible ganarle a su sistema electoral cualquier elección, incluyendo un revocatorio”.
Después de todos estos años existe todavía la creencia que el régimen “puede perder elecciones”, sin terminar de asimilar que el régimen no pierde elecciones, sino que deja ganar elecciones – que son dos cosas muy diferentes.
Y eso es lo que no se acaba de entender. Lo que pasó en Barinas el 9 de enero de 2022 fue lo mismo que pasó el 6 de diciembre de 2015. Al ver los resultados, el régimen decidió lo más conveniente para sus intereses (y los intereses de sus socios de la misma oposición) y si era preferible dejar ganar al candidato opositor en esta oportunidad. Deseo dejar muy claro aquí que no es la intención de quien escribe minimizar bajo ningún concepto el esfuerzo cívico del pueblo de Barinas por expresar su rechazo en la forma electoral a quienes han destrozado la calidad de vida de su Estado. El tema aquí es dilucidar las verdaderas intenciones de quienes han contado los votos, no solo en Barinas sino en toda Venezuela, desde el año 2004.
Los resultados de la elección de Barinas no comprometían de ninguna manera la estabilidad del régimen a nivel nacional pero si podía ser el inicio de una escalada de insurrección civil que habría que reprimir en el propio Estado donde la familia Chávez ha hecho de las suyas desde hace más de 20 años. Pero más allá de eso, entregarle la gobernación de Barinas a la “oposición” resultaría mucho más provechoso que tener al Estado del “Comandante Galáctico” en pie de guerra, a pesar de toda la comida y enseres domésticos que regalaron de manera profusa, incluyendo las ansiadas bombonas de gas que se habían desaparecido desde hace años de los pueblos del interior de Venezuela.
¿Y por qué más provechoso? Porque a partir del domingo 9 de Enero, de la noche a la mañana, el sistema electoral del CNE resultó, después de todo el descrédito internacional de las elecciones regionales del 21 de noviembre de 2021, el “más transparente del mundo”, como lo manifestaba cada vez que podía Tibisay Lucena, la de los resultados “irreversibles”. Pero no solo para afuera fue el mensaje, sino para dentro del país. Asombrosamente veo en las redes sociales una alegría desbordante porque “si en Barinas se pudo, se puede en Venezuela”. Es como para ponerse a llorar en la acera…
La pregunta que debemos hacernos los venezolanos no es por qué ganó la oposición, sino por qué el régimen decidió perder, cuando teniendo todos los controles para dar el resultado que quisiera decidió entregar la gobernación de Barinas.
En sistemas electorales controlados como el que tenemos en Venezuela, los resultados de cualquier elección nunca coinciden con la voluntad popular. En estos sistemas ese es el comportamiento normal, la voluntad popular es tergiversada por un sistema controlado desde afuera y desde adentro. Para nadie fue un secreto las decenas de autobuses viajando desde otros Estados hacia Barinas, con militantes del Psuv para votar en esas elecciones, incluso se descubrió a funcionarios del régimen cuya residencia comprobada estaba en otro Estado, votando en Barinas sin ningún problema de aparecer ante las cámaras, en prueba de migraciones abiertamente ilegales realizadas por el CNE, con todos los recursos del régimen a favor de su candidato.
Entonces si quienes tienen el control del país y de todos los poderes públicos, incluyendo especialmente el electoral, dejan que la voluntad popular se exprese sin problemas y sin distorsión de los resultados, hay que poner mucha atención del por qué lo están haciendo. Y es aquí donde tengo dos hipótesis que deseo compartirles.
La pelea interna por el control del PSUV
¿Quién tiene el control del CNE? Claramente el régimen. Pero ¿qué parte del régimen? Nicolás Maduro Moros. Maduro como dueño del CNE al dejar que la voluntad popular se exprese sin distorsiones, donde la masa popular, no solo de Barinas sino de Venezuela entera, expresa su repudio total a la figura de quien destruyó al país, mata al mismo tiempo tres pájaros de un solo tiro: recompone su figura como “demócrata” ante la Comunidad Internacional, le lava la cara a la imagen nacional e internacional del sistema electoral corrupto que tiene y le da un golpe final a su adversario interno por el control del PSUV y del régimen como un todo.
Esa pelea a muerte entre Cabello y Maduro la explica en detalle la periodista Sebastiana Barráez el pasado diciembre a César Miguel Rondón. En esa entrevista la periodista resume claramente cuál es la situación política en Barinas a lo interno del régimen:
“El objetivo real de Nicolás Maduro hace mucho tiempo es eliminar la figura de Hugo Chávez, y uno de sus objetivos principales es tener que eliminar a la familia Chávez y el poder que tienen en Barinas y por eso envía para ese Estado a Iris Varela que era plomo en el ala para la campaña de Argenis Chávez”… “¿Por qué Nicolás Maduro cambia a última hora, no deja que Barinas quede en manos de Superlano y grupos de la oposición? Es porque allí hay una figura que intercede y es de cierto peso con Cuba como es Adán Chávez, y para los Chávez, a pesar de los problemas internos que tienen, saben que perder ese espacio en Barinas no tiene nada que ver que sea la cuna de Hugo Chávez, sino porque es el único espacio de poder de control de negocios que siguen teniendo los Chávez en Venezuela”… “Diosdado sí necesita que el candidato del chavismo gane aunque no sea su candidato, aunque Arreaza no sea su candidato sino el de Maduro. Y lo necesita porque él necesita mantener la imagen de Chávez como supervivencia del chavismo, porque si el chavismo no existe, si los Chávez desaparecen, y si eso no es más que una referencia para la historia, lo único que va a quedar es el madurismo y Diosdado Cabello tiene menos posibilidades de sobrevivir solo en el madurismo…”.
Esa maniobra de dejar ganar a la oposición en Barinas le brindó mucho más beneficios a Maduro que a la oposición, quien ahora la está usando como pivote para impulsar sus intereses electorales con el régimen a expensas de la ingenuidad de muchos venezolanos, incluyendo la convocatoria a un Referendo Revocatorio que sellará con broche de oro la estrategia para que el régimen consiga definitivamente el reconocimiento internacional que perdió después de las elecciones presidenciales ilegitimas de 2018.
Abrir el camino para la legitimación de Maduro
La inferencia lógica que hico la oposición oficial al indicar que si vamos a elecciones ganaremos porque en Barinas “sí se pudo”, no se hizo esperar en toda Venezuela a través de sus medios masivos y sus redes sociales. Ya toda Venezuela cree que las arañas se quedan sordas cuando les quitan las patas.
Esta estrategia del régimen comenzó inmediatamente a dar resultados cuando vemos que el Gobierno Encargado asoma la posibilidad de un Referendo Revocatorio de Maduro por la misma razón: “El presidente de la AN de 2015, Juan #Guaidó (@jguaido), aseguró que plantea activar el revocatorio a través de un acuerdo integral entre los sectores del país. “Para ejercer el derecho que hoy está secuestrado en Venezuela”, sentenció”.
Esta afirmación por parte del Presidente Encargado es de una gravedad extrema de tal magnitud que no creo que los venezolanos se hayan percatado claramente de ella. La única persona que NO PUEDE asomar la posibilidad de un Revocatorio a Maduro es precisamente quien le debe su existencia a la usurpación de Nicolás Maduro Moros.
En efecto, la razón misma de la existencia de una Presidencia Encargada y la figura de Juan Guaidó Márquez, es la usurpación del poder de Nicolás Maduro Moros. Más allá, el respaldo a nuestra Constitución, mostrado por los países que le han dado su reconocimiento internacional es precisamente porque Nicolás Maduro es un usurpador. Entonces, ¿cuál puede ser la razón de un pronunciamiento de Juan Guaidó respaldando el revocatorio de quien de ninguna manera puede utilizar ningún recurso constitucional que requiere de entrada la condición de ostentar un cargo legítimamente obtenido?
Si Guaidó pide de manera contradictoria un revocatorio a Nicolás Maduro Moros como gobierno encargado deberá entonces, en primer lugar, deslastrarse de su condición de Presidente Encargado, aceptar la legitimidad de la presidencia de Maduro, que su CNE y TSJ son legítimos, y que la Consulta Popular que hicimos en Diciembre de 2020, que le ordenó a él y al resto de los venezolanos hacer todo lo necesario para que Maduro cesara la usurpación del poder, fue una lumpia que nos fumamos todos los venezolanos.
Todo esto sin contar que la Asamblea Nacional, que el mismo Guaidó preside, declaró el 15 de Enero de 2019 la usurpación oficial de Nicolás Maduro Moros . Se podría decir que con esa declaración pública Juan Guaidó se auto revocó.
¡Esa es la verdadera victoria del régimen en Barinas! Y si los venezolanos aun no se dan cuenta de eso vayamos todos al matadero revocatorio pero con conocimiento de causa. Si por alguna casualidad del destino (y eso que no creo en casualidades sino en causalidades) la oposición política se le ocurre ir a un revocatorio de Maduro con el Gobierno Encargado y Juan Guaidó al frente, con el respaldo de la Comunidad Internacional, y en especial de los Estados Unidos, estarán cayendo en la telaraña póstuma del “Arañero de Sabaneta”, porque esto le dará finalmente al régimen la tan ansiada legitimidad internacional que verdaderamente está buscando con esta jugada de laboratorio con la ayuda de la oposición oficial, porque allí el régimen no “perderá” como en Barinas. Y los perjudicados, como siempre seremos los venezolanos, porque a partir de allí habrá régimen para rato. Entonces, les pregunto de nuevo ¿quién ganó en Barinas? Piénselo bien antes de seguir celebrando…
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