Hidrógeno, pa’ allá vamos
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, pero generalmente está combinado con otros. Así, lo encontramos en el agua fuertemente unido al oxígeno (H2O) y en los hidrocarburos asociado al carbono en muy diversas formas (CH4, metano, por ejemplo).
El hidrógeno es un extraordinario combustible, mejor que la gasolina en su potencia, y no produce gases contaminantes. La presión mundial para reducir los gases “efecto invernadero” ha hecho considerar al hidrógeno como una fuente de energía viable y deseable. Comentaremos de seguida sobre esto y la oportunidad que puede representar en el futuro para Venezuela.
La producción de hidrógeno se puede lograr de diversas maneras, pero la más extendida es mediante los hidrocarburos y, generalmente, para fines industriales tales como la producción de fertilizantes y para la remoción de azufre en procesos de refinación. Su uso como combustible está limitado a aplicaciones especiales y en pocos países, pero existe ya una buena experiencia.
Una de las ventajas es que los motores usando hidrógeno como combustible son similares a los de gasolina de manera que a nivel del consumidor final no habría muchos problemas. También se usa el hidrógeno para recargar “pilas de combustible” que producen electricidad y mueven motores y estos, a su vez, a vehículos, barcos y aviones.
La complicación está en producirlo, en transportarlo y en distribuirlo, lo que significaría prácticamente rehacer toda la enorme logística que existe para el uso masivo de los combustibles fósiles. Puesto de esa manera pareciera casi imposible el poder lograrlo.
Pero, al igual que las abejas que los cálculos aerodinámicos demuestran que no puede volar, pero sí que lo hace, las cosas empiezan a moverse y la prensa nos informa de una iniciativa que implica a un productor de hidrógeno como combustible (Australia, utilizando como materia prima al carbón) y un gran buque adaptado para transportar hidrógeno líquido (un barco de nombre Suiso Frontier) que ya zarpó desde Japón para recoger su primer cargamento en Australia.
Japón parece muy motivado a desarrollar este sistema de combustible no contaminante y también Corea del Sur ha puesto en blanco y negro sus metas para construir 1200 estaciones de distribución de hidrógeno, 40.000 autobuses usando hidrógeno, 30.000 camiones y seis millones de automóviles para el 2040.
La crítica a este método es que, si bien reduce los gases contaminantes en el país usuario, los aumenta en los países productores del hidrógeno. Esto es cualitativamente cierto sin embargo cuantitativamente no, pues comparado con el sistema actual de contaminación con vehículos a gasolina, la emisión de CO2, produciendo hidrógeno se reduce significativamente y eso va en la dirección correcta en cuanto a la protección ambiental del planeta se refiere.
Si esto sigue así no nos debería extrañar que el hidrógeno se empiece a usar en casi todo tipo de transporte y hasta en la generación de electricidad. Para los países con capacidad de producir hidrógeno esto será un nuevo y gran negocio y Venezuela tiene esa oportunidad.
La producción de hidrógeno utilizando la electrólisis del agua es un método disponible, pero costoso y requiere grandes cantidades de energía eléctrica. La producción del hidrógeno vía hidrocarburos es mucho más económica y es donde existe la mayor experiencia a nivel mundial. En Venezuela tenemos las dos cosas, una enorme cantidad de hidrocarburos líquidos y gaseosos y la experiencia de haber operado plantas productoras de hidrógeno desde hace muchas décadas.
De manera que producir hidrógeno en Venezuela sería relativamente fácil y podríamos ir pasando de ser un país exportador de energía vía el petróleo a un país exportador de energía vía el hidrógeno.
Cuando salgamos de este monstruo rojo que manda, en nuestro país, cual asquerosa dictadura y la industria petrolera comience a recuperarse y a producir como Dios manda, debemos mantenernos alerta a la evolución del uso del hidrógeno a escala mundial pues sin duda podría ser un muy interesante nuevo negocio. Por otra parte, al ir cambiando la matriz energética mundial y reducir el uso de los hidrocarburos tendríamos la opción de ir compensando la baja en exportación del petróleo con un aumento de la exportación del hidrógeno.
Pero bueno primero lo primero y hay que seguir haciendo cosas definitorias para salir de esta lacra que hoy nos impide ser un país moderno. Por cierto, dicen que los bichos andan revueltos.