¿El 2022 será parecido al 2021?
El 2022 será un año sin sorpresas aparentes comenzando por el fraude electoral más descarado que se haya podido realizar desde la “constituyente”. En Barinas se resumen todos los actos administrativos y electorales más impuros que el chavismo ha coleccionado en más de dos décadas, intenta desesperadamente alterar el resultado de la voluntad ciudadana y comprar el voto de los barineses, entidad federal hastiada de todo lo que significa chavismo.
Guaidó es el epicentro de la política, aunque haya perdido casi toda su popularidad a lo interno del país. Internacionalmente es en quien recae el reconocimiento oficial, el hecho de haber sido el último presidente de la Asamblea Nacional 2015 – 2020, ultimo poder público legal y legítimo electo, le otorga el también único atisbo de constitucionalidad existente en Venezuela, aunque su interinato, por inédito, también sufra los embates de juristas y políticos cazapoder.
Juan Guaidó tiene el peso de la historia en sus hombros, a pesar de haber obtenido ciertos laureles, éstos en nada repercuten positivamente en la vida de los venezolanos quienes sostienen aún está en deuda con el país. Es de nuestra opinión que debe apartarse de la asesoría internacional, él debe ser quien los asesore a ellos en búsqueda de acciones tropicalizadas a nuestras exigencias reales.
Por otro lado, el régimen sigue siendo víctima de su propio veneno, pero gracias a las sanciones maneja nuestros recursos a placer obligado al oscurantismo comercial internacional, en pocas palabras, nadie sabe qué exporta, qué importa, cuanto obtiene ni cuanto paga, coyuntura que le permite total discrecionalidad en el manejo de las riquezas de la nación, desde luego, amparado por las instituciones que dejaron ser del Estado y hoy son fácticamente del psuv lato sensu.
Intenta dosificar parte de esa nublada renta a través de míseros bonos vía el ominoso Sistema Patria, se le ha hecho cuesta arriba levantar la economía criolla sin ningún tipo de reconocimiento de las democracias internacionales y sin poder ofrecer ningunas de las seguridades que requieren los inversionistas requeridos. Lo de Starbucks es el mejor ejemplo del irrespeto a las leyes y de obnubilado desespero.
Pero el verdadero reto de 2022 es el de los venezolanos, quienes tienen la única arma que teme el chavismo, la presión social. Ante los resultados de 2002, 2014 y 2017 los habitantes del país hoy son renuentes a volver a las calles, además de no contar con una oposición empática que los represente ni los motive.
Es allí donde Barinas se hace importante. Ya el régimen se salió con la suya el 21N al arrebatarle vulgarmente el triunfo al candidato de la MUD. A pesar de haber existido algunas protestas, el chavismo logró imponer otra elección para el 9 de enero. Sí el régimen logra tergiversar la voluntad soberana de los barinenses y éstos la aceptan, se comprobará una vez más que nada podemos esperar de “lo electoral” con instituciones psuvizadas. Sin embargo, y es el temor certero del castrismo venezolano, si los barineses salen a las calles a exigir se respete su decisión y lo logran, ello podría representar un hito que haga corregir la ruta de la política criolla.
El 2022 comienza con mismos protagonistas, mismas acciones, de las cuales se esperan mismos resultados. Ojalá que en el recorrer del próximo año se planteen nuevas acciones con nuevo y mejores resultados para el país.
@leandrotango