Votar es reconocer las instituciones del Estado
Volvemos a preguntar: ¿Qué gobierno repudiado al menos por 8 de cada 10 ciudadanos se desvive por consumar elecciones? Sencillamente uno que sea inmune a lo electoral, uno que ha extinguido la democracia, la constitucionalidad, el poder del voto.
¿Saben que sería heroico? Que en esta coyuntura líderes opositores reales hablen con la verdad como bandera, digan quiénes nos han traicionado, lo que buscan con lo pretendidamente electoral y dieran al país una alternativa a la agenda chavista, a sus colaboradores.
En momentos donde la mirada del mundo recae sobre Venezuela es momento de unirnos y demostrar lo que realmente padecemos desde hace más de dos décadas; la ruptura del hilo constitucional y democrático, pero lamentablemente los venezolanos hemos sido abandonados a nuestra suerte, a los planes del régimen, a la violencia institucionalizada, al dólar paralelo, a los intereses de una élite desalmada, antihistoria.
Imagínense si en lugar de hacerle el juego al chavismo, al pretender normalidad democrática a través de elecciones totalmente contravenidas a la ley y a la legitimidad, los venezolanos estuviéramos aprovechando la vitrina internacional para denunciar otro fraude; que en lugar de dejarnos atiborrar por la campaña electoral más siniestra de nuestra historia, estuviéramos ejerciendo presión en cada rincón, con el escudo de la abstención como forma de rechazo absoluto al régimen y sus cohabitantes.
Qué puede pensar la comunidad internacional, dicho sea de paso, ajena a la real realidad política de nuestra nación, pues sencillamente, si los venezolanos celebran elecciones es porque reconocen y aprueban las instituciones del Estado. Así, le preguntamos estimado lector ¿Hay reconocimiento y aprobación a las instituciones psuvizadas? Pues no, es obvio, así que la respuesta obvia debería ser la continuidad de la apatía electoral hasta que el carril democrático y el hilo constitucional retornen.
Por ello el adelanto de las navidades, de los irrisorios aguinaldos, el rompimiento de un récord Guiness, la eliminación de las semanas radicales, el permitir aforo en actos deportivos y culturales, la reconversión, la inyección de divisas públicas al mercado para frenar la hiper inflación, entre otras estratagemas apresuradas… detrás de ello los objetivos son:
En primer lugar, intentar movilizar naturalmente a los electores sin tener que arreciar el “sobre-fraude”, pues todo el 21N en su conjunto es un timo, hasta los candidatos de la falsa oposición han sido bendecidos por el chavismo, así que mientras más voto se logre embaucar menos “plan b” será necesario. No olvidemos, el chavismo nunca ha perdido electoralmente, ni cuando pierde.
En segundo lugar, aprovechar este escenario, dicho sea de paso, cercano a las navidades, para suavizar a nivel mundial todo lo que está aconteciendo alrededor del chavismo, con relación a las acciones de la corte penal internacional, las extradiciones de figuras chavistas solicitadas por la justicia estadounidense, sanciones, recompensas, entre otras gravedades.
De este modo, debemos estar consientes de lo que se logra o pierde votando o no, En estos momentos en que el chavismo se encuentra acorralado, ha conseguido bombonas de oxígenos en personeros que más temprano que tarde tendrán que rendir cuenta a la historia.
@leandrotango