Réquiem para el general Raúl Isaías Baduel
Aunque el régimen diga, e incluso demuestre, que al general Raúl Isaías Baduel lo mató el Covid-19, la realidad es que para todos los venezolanos lo mató el régimen de Nicolás Maduro Moros.
En Venezuela -y en ninguna parte del mundo- ningún preso político o no se puede morir en una cárcel en custodia de las autoridades, y menos aun un preso político como el general Baduel quien fuera secuestrado, atropellado y violados todos sus Derechos Humanos, como permanentemente lo denunciaran sus familiares y abogados. El Covid-19 le ha servido al régimen no solo para mantener contenida a la sociedad venezolana para rechazar en las calles a este desgobierno infernal, sino también como una excelente excusa para deshacerse de quienes le adversan políticamente.
Basta con decir “¡se murió de Covid-19!” es suficiente para que un Fiscal felón encubra alguna atrocidad del régimen. Lo menos que se podía esperar era que se abriera una investigación y de ella se derivaran las causas de su muerte. Pero eso no es posible en Venezuela como bien se desprendió de los informes de las misiones independientes de Derechos Humanos de la ONU y la OEA. Inmediatamente dictaminaron e informaron a la opinión pública “que murió a causa de la pandemia Covid-19”. De esa manera se puede “por órdenes superiores” llevar el cadáver a un crematorio y desaparecer la evidencia de cualquier irregularidad. Quienes deberían ser los más interesados en que este caso se maneje de la forma más transparente posible es precisamente al régimen cuyo responsable único es Nicolás Maduro Moros.
Espero que la presión de la opinión pública, sus abogados, familiares, las Iglesias y quienes podamos levantar nuestra voz, puedan evitar que el cuerpo del general Raúl Isaías Baduel sea cremado o profanado para que se le practique una autopsia debidamente conducida y certificada por organizaciones de Derechos Humanos a fin de determinar las verdaderas causas de su deceso, así como que se les permita posteriormente a sus familiares darle cristiana sepultura como se debe.
¿Será posible esperar ese mínimo respeto de este régimen después de tanta iniquidad en contra de la familia Baduel?
Dicho lo anterior, que no es más que una reacción de indignación ante la barbarie de lo que puede ser considerado otro delito más de Lesa Humanidad cometido por Nicolás Maduro Moros y quienes se encuentran en la cadena de custodia de los presos políticos en las diferentes cárceles y mazmorras de este régimen, el mejor homenaje que se le puede hacer al general Raúl Isaías Baduel es preservar la trascendencia de sus ideas, lo que hizo y propuso para Venezuela, a pesar de la historia que sabemos que protagonizó y que solamente podrán juzgar las próximas generaciones. Ya él está frente al Creador y cualquier cosa indebida que se le pudo haber atribuido, será juzgada por Dios, aun cuando gran parte de los posibles errores incurridos ya los pagaron no solo él, sino toda su familia, en el pequeño infierno comunista al que fue sometido por sus antiguos compañeros del régimen, comenzando por el propio Hugo Chávez Frías.
El general Baduel fue una figura muy controvertida, no solo por ser el principal responsable de restituir en sus funciones presidenciales a Hugo Chávez Frías inmediatamente después del 11 de abril de 2002, sino por su importante y decisivo apoyo al rechazo a la reforma Constitucional del año 2007. Estos dos importantes hitos a favor y en contra del régimen hicieron de él una figura odiada y seguida al mismo tiempo por diferentes sectores de la oposición venezolana, y en especial en las Fuerzas Armadas.
Coincidimos con el general Baduel en que la solución definitiva del problema político venezolano sigue siendo la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter originario. De hecho el general Baduel publicó un libro en mayo del año 2008 poco conocido y de circulación limitada por la restricción del régimen, titulado “Mi solución, Venezuela Crisis y Salvación” (pueden descargarlo desde https://tinyurl.com/p7z9juam) donde luego de varias consideraciones políticas, llega a nuestras mismas conclusiones:
“Originalmente era un trabajo de investigación en el área de seguridad y defensa energética y petrolera del Estado. Esa revisión me ocupa mucho, ya que una de mis aspiraciones es hacer una versión actualizada en este trabajo. Cuando salí del servicio activo al retiro, gracias a un equipo de trabajo con el cual uní esfuerzos, logramos ampliar ese trabajo original a un diagnóstico/pronóstico, con unas opciones de solución para el país en cuatro grandes áreas, que llamamos factores: Factor Educativo-Cultural, Factor Económico-Petrolero, Factor Político-Institucional y el Factor Ideológico, con la propuesta final de por qué, para qué y cómo convocar una asamblea nacional popular constituyente como la vía eficiente y democrática para recomponer nuestro país. Cuando oigo hablar de reconciliación opino que el mejor espacio para esto sería la activación del poder constituyente originario. Una asamblea constituyente, en su concepto más universalmente aceptado, es un pacto máximo de amplio consenso de todos los sectores del país y que además estén representadas las minorías”.
Estas son las ideas que van perdurar a pesar de la violencia de quienes desean acallarlas y el asesinato a sus defensores. El régimen acabará antes que la gente olvide a quienes levantaron esas banderas.
En lo personal diferí con el general Baduel acerca de la manera de aproximarnos a la solución constituyente, en especial en la convocatoria popular que estábamos abordando antes del 1ro de mayo de 2017, fecha en la cual el régimen decidió llevar a cabo una Constituyente sin la autorización del pueblo venezolano. Muchas coincidencias en el qué pero también muchas diferencias en el cómo. La convocatoria a un proceso de esta naturaleza debía –y aun debe- discutirse a profundidad en especial con personas que como él, conocen el régimen a fondo así como los factores decisivos para llevarla a cabo, y están dispuestos a someterse a la decisión de la Soberanía Popular. Lamentablemente no hubo tiempo de conciliar estas ideas antes que el régimen apresara de nuevo al general Baduel.
La Venezuela indignada, la Comunidad Internacional y las organizaciones de Derechos Humanos nacionales e internacionales deben repudiar con todas sus fuerzas la muerte del preso político general Raúl Isaías Baduel, en las mazmorras del régimen, y exigir inmediatamente una investigación a fondo para encontrar las causas y los responsables de su fallecimiento en custodia de las autoridades. El ensañamiento que existió y aun existe en contra de él, su esposa Cruz y sus hijos, varios de ellos todavía presos, no tiene comparación en la historia reciente de las dictaduras venezolanas, y debe cesar inmediatamente porque la supuesta amenaza que representaba para el régimen la vida del general Baduel ya dejó de existir.
Vaya para su familia mis más sentidas condolencias por el asesinato de este digno venezolano a manos del régimen, en la esperanza de que su muerte influirá en el despertar de los corazones de los oficiales y soldados decentes que aún quedan dentro de nuestras Fuerzas Armadas y sobre los cuales influyó, que todavía creen que es posible recuperar nuestro país desde adentro, a pesar de los atropellos, la cárcel y la injusticia. Vaya para ellos también nuestras condolencias porque sé que les indigna una muerte cercana tan cobarde. No olviden nunca que la muerte siempre ha sido la compañera inseparable de la libertad. Descansa en paz general Baduel…
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