La oposición inútil
Venezuela cuenta con el peor gobierno de su historia, uno de los peores del mundo. Además, padece de la oposición más inútil que jamás haya existido, dentro y fuera de nuestras fronteras. ¿Cómo Venezuela no va estar fregada?
En época de Chávez, la oposición tuvo que lidiar con la inconmensurable cantidad de recursos económicos que éste manejó a su antojo, potestad autoconferida tras partidizar las instituciones de Estado. Aunque se obtuvieron triunfos electorales importantes en alcaldías, gobernaciones y en la reforma constitucional de 2007, esos triunfos se convirtieron en sendas derrotas.
Tras cada “victoria electoral” opositora las instituciones rojas rojitas restaron competencias, facultades y recursos constitucionales a las instancias que los venezolanos le arrebataban electoralmente, por sí fuera poco, impusieron poderes paralelos y un poder popular psuvizado. Además, en el caso de la reforma constitucional, en solo semanas el régimen impuso vía habilitantes lo que los venezolanos rechazaron en dicha consulta.
Ya para 2007 – 2008 se sabía fehacientemente lo electoral estaba muerto. En las parlamentarias 2010 la oposición obtuvo más votos, pero la reingeniería antidemocrática de la AN, CNE y TSJ permitieron al Psuv obtener más diputados con menos votos que la oposición. En 2012, según declaración del mismo exministro de finanzas del expresidente, Jorge Giordani, Chávez arrasó con el erario público para poder ganar las presidenciales de ese año, quien con todo ese inmenso ventajismo de recursos e instituciones solo obtuvo un millón de votos por encima de Capriles. En 2013 la fórmula se repitió con Maduro, pero esta vez la ventaja fue ínfima, menos de 300 mil votos.
En 2015 la oposición ganó apoteósicamente la AN, pero con misma intensidad se convirtió en otra faraónica derrota. Antes de asumir la institucionalidad chavista restó inconstitucionalmente la mayoría absoluta, luego anuló todos sus actos para finalmente imputarle un desacato inexistente en nuestro marco jurídico. En 2016 el chavismo evadió con tretas infantiles y repudiables desafueros el revocatorio.
En 2017, obviando el mandato supremo de la Constitución y todo precepto democrático, el chavismo perpetra una ilegal e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente que además tiñó de sangre las calles del país. Artilugio que le ha costado su reconocimiento, además de sanciones y acusaciones de todo tipo.
Entre 2017 a 2020 se han perpetrado procesos electorales donde el chavismo (evitando sorpresas como la de 2015) designa los partidos, candidatos y (según la misma Smartmatic) también impone resultados. Sí en 2008 ya se sabía el régimen era inmune a procesos electorales, en 2021 es prácticamente un hecho de complicidad prestarse a estos… pero adivine qué: para este 21N la oposición reconocida decide participar ¡Inaudito!
Por todo esto la abstención, como rechazo a la psuvización de las instituciones del Estado, a la ruptura del hilo constitucional y democrático, abstención que sirvió de piso para las acciones internacionales que han golpeado al régimen como nunca antes en sus luengos 22 años de existencia. Este 21N también habrá abstención porque estas condiciones no solo se mantienen absurdas, sino que han empeorado. La oposición venezolana, en sus dos vertientes “falsa y reconocida”, ante su incompetencia y sin dar explicaciones ha decidido participar para atribuir, al final de este amargo episodio fraudulento, la culpa de su derrota e ineptitud a la abstención, así cohabitar con el chavismo, quien, aparte de los venezolanos de a pie, no ha tenido enemigos dignos.
@leandrotango