Negociación, una Constituyente y el factor Colombia

Opinión | septiembre 26, 2021 | 6:22 am.

“El retorno de la democracia a Venezuela es fundamental y cualquier acuerdo que consolide la dictadura será una tragedia continental que solo fomentará el éxodo y la miseria”. Así se expresó el Presidente de Colombia Iván Duque en relación al dialogo que se realiza en México entre la usurpación y la oposición oficial.

¿Y quién es el receptor mayoritario de ese éxodo y miseria? Colombia. Ese mensaje del Presidente Duque hace solo dos semanas puso de relieve la importancia que reviste el problema venezolano para los colombianos, y que a mi juicio adelanto la intención de comprar un ticket para participar como actor interesado en cualquier iniciativa en la dirección que resuelva el problema de los venezolanos.

Y no es que Colombia haya estado políticamente ausente de nuestro problema – todo lo contrario- sino que en la medida que el problema venezolano se ha ido agravando, como apuntan los primeros resultados de esa negociación que reveló que no fue más que una oportunidad que no desperdició el régimen de Maduro para arrodillar a la oposición oficial a reconocer su gobierno ilegítimo, se hace más evidente que actores internacionales directamente afectados por la crisis venezolana deberán tener una presencia cada vez más activa en su solución. La declaración mencionada del Presidente Duque apunta en esa dirección.

Pero si con la declaración mencionada el Presidente Duque dejó claro el interés de los colombianos en una pronta solución del problema venezolano, su discurso en la Asamblea General de la ONU, lo puso en evidencia: “Los diálogos entre el gobierno interino de Venezuela que encarna la resistencia democrática y la narco dictadura, si bien dan algunas esperanzas, no nos permite ser ingenuos pues el único desenlace efectivo de ese encuentro es la convocatoria cuanto antes de una elección Presidencial, libre, transparente y con una minuciosa observación internacional. Cualquier salida que perpetúe el oprobio dictatorial y le permita al régimen ganar tiempo agudizará el mayor desastre humanitario que conozca nuestro continente. El fin de la dictadura es el único camino viable para el bienestar del pueblo venezolano. Debe ser sobre todo el propósito de la acción internacional” (ver Noticiero Digital, intervención del Presidente Iván Duque en la Asamblea General de la ONU, en https://www.instagram.com/reel/CUFuP_6h … =copy_link).

Bien podría decirse que el Presidente Duque habló en representación del sentimiento general del pueblo venezolano en la Asamblea General de la ONU. Sin embargo, el Presidente de Colombia repitió lo que infinidad de veces han dicho en la Comunidad Internacional y se ha repetido como una verdad goebbeliana, una mentira repetida mil veces: que una elección Presidencial libre, transparente y verificable internacionalmente, es una solución al problema venezolano. Desde aquí deseo sacar de su error, no solo al Presidente Duque, sino a todos aquellos factores que nacional e internacionalmente creen que solo sacando a Maduro del poder a través de ese método pacifico, electoral y constitucional resolveremos la gravísima situación política de Venezuela.

Y esto lo hemos repetido mucho desde esta tribuna en la red y desde el seno de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO: la institucionalidad venezolana está completamente destruida, y la cosa deforme y distorsionada que existe en la actualidad debe ser sustituida antes de intentar una nueva elección Presidencial. Todos y cada uno de los Poderes Públicos venezolanos, no solo el Poder Ejecutivo, que se encuentra usurpado por Maduro, y respaldado por un Alto Mando Militar felón, deben ser removidos para iniciar el restablecimiento constitucional de la República.

No se puede hacer una elección presidencial libre, transparente y con una minuciosa observación internacional como lo indicó el Presidente Duque si no contamos con un Tribunal Supremo de Justicia libre de jueces comprados con dinero del narcotráfico que maneja a su discreción el régimen de Nicolás Maduro Moros, así como no se puede hacer una elección libre, justa y verificable sin antes contar con un Poder Electoral previamente depurado, robusto, transparente y libre de fraude.

La Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia legítimo del 13 de junio de 2018 declaró “Nulo e inaplicable el uso del sistema automatizado de votación y escrutinio que actualmente existe en Venezuela para la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos, así como para la celebración de los referendos…”; y asimismo ordenó “…la depuración y actualización del Registro Nacional Electoral, debiéndose efectuar las debidas correcciones sobre la identidad de cada ciudadano venezolano o extranjero habilitado para ejercer el voto, así como el diseño e implementación de un sistema de votación y escrutinio fundamentalmente manual…”. Estas previsiones no se han hecho realidad y ni siquiera se han discutido en el seno de la oposición venezolana que negocia en México, ni es del conocimiento pleno de la Comunidad Internacional. Es hora de cambiar esa ecuación.

De manera que para salir del grave problema que tenemos en Venezuela debemos convocar a la fuente de todos los poderes y la legalidad, que no es otro que el pueblo soberano. Esto está previsto plenamente en nuestro ordenamiento constitucional y se llama Asamblea Nacional Constituyente Originaria. Son los delegados del pueblo de los 4 rincones del país quienes deben ser convocados y electos a través de un proceso libre y transparente con auxilio de la Comunidad Internacional, para disponer de los poderes Públicos y ordenar la realización de unas elecciones Presidenciales y Parlamentarias a los fines de restablecer el orden constitucional del país. Ese sería el cuerpo llamado a destituir a quienes usurpan los Poderes Públicos de manera ilegitima y designar un Gobierno de Transición que organice esas elecciones y se haga cargo del Poder Ejecutivo hasta que esas elecciones se produzcan. Cualquier proceso de negociación planteado desde el exterior debería apuntar a una elección Constituyente, NO a una elección Presidencial

Esa sería la verdadera ruta para regresar a Venezuela a su cauce legítimo, restableciéndose el orden constitucional. Elegir a medias a un Presidente de la República sin resolver antes el grave problema institucional que padece la República, sería la receta perfecta para un estrepitoso fracaso, porque no solo se constituiría en un suicidio político frente al régimen, sino que agravaría aun más la situación de los venezolanos porque el resto de los poderes corruptos del régimen se encargarían de hacer fracasar cualquier iniciativa de restauración de la República.

Una consecuencia inmediata de un paso tan trascendental como ese, al rehacer el entramado institucional del país, sería examinar a fondo la relación con nuestro principal vecino, Colombia, y todo lo que ello implica en el camino de recobrar nuestra seguridad económica y política. Será necesario abordar una discusión seria y detallada en una Asamblea Nacional Constituyente Originaria nuestra relación política, económica, social y comercial con Colombia, el relanzamiento del comercio binacional destruido por Hugo Chávez Frías al arruinar en el año 2006 la Comunidad Andina de Naciones (CAN), donde Colombia y Venezuela se llevaban la mayor parte, así como la normalización de la situación de nuestras fronteras frente a los grupos irregulares que protegen el narcotráfico. Todo eso y mucho más hacen que el retraso en resolver la usurpación del régimen de Maduro se haya convertido ahora en un problema de nuestros dos países.

La estrecha relación de hermandad y cercanía de nuestros Estados fronterizos con los Departamentos correspondientes en Colombia, es un activo fundamental que debemos aprovechar quienes hacemos lucha activa frente a la tiranía para el bienestar de ambas naciones. Tenemos demasiadas cosas en común que estamos perdiendo ambos países al no resolverse el problema político de Venezuela, lo que hace a la Colombia democrática nuestro principal aliado en la lucha en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y así como hemos solicitado la presencia de una representación calificada de la sociedad civil venezolana en cualquier proceso de negociación arbitrado por la Comunidad Internacional, creemos que igualmente Colombia tiene un puesto merecido tanto como nosotros, como dolientes de la tiranía de Nicolás Maduro Moros. Las declaraciones del Presidente Duque al abogar por una solución en Venezuela es solo el comienzo para que el factor que significa Colombia pueda cambiar la ecuación política en Venezuela.

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