Los estallidos sociales en la región
«El comunismo no es un gran ideal que se pervirtió. Es una perversión que se vendió como un gran ideal» Olavo de Carvalho (1947 – ) Escritor, periodista y filósofo brasileño
Los venezolanos estamos viviendo esa experiencia. Los comunistas se disfrazan de demócratas para penetrar los sistemas de libertades y, una vez que logran acceder al poder, muestran su verdadero rostro. Inician su proceso ofertando grandes ideales y la solución de todos los problemas y como una mentira no puede mantenerse en el tiempo, la verdad empieza a aflorar, entonces, sacan las garras. La solución es el socialismo que nos llevará a la construcción de un mundo igualitario. Fin de las odiosas desigualdades y mientras construimos ese mundo ideal, todos serán iguales de miserables, mientras ellos viven en la opulencia. Una maravilla.
En ese proceso se viven años. El gran ideal nunca se hace realidad. La publicidad oficial se encarga de anestesiar al pueblo con el ritornelo de que, la construcción del socialismo está en desarrollo y que no hay que desesperarse. Hay que resistir en medio de todo tipo de penurias, pasar hambre y fortalecer la conciencia revolucionaria. El pueblo libre, soberano e independiente nunca se rendirá hasta lograr el socialismo igualitario. Ese es el gran ideal y hasta lograr ese supremo objetivo nadie puede rendirse. El pueblo tiene que insistir, persistir y sufrir, pero nunca permitir que las fuerzas contrarrevolucionarias lo confundan. Es entregarse al capitalismo salvaje ¡Oh! Que bien.
En la construcción del socialismo la dictadura cubana lleva 63 años y cada día hunden más al pueblo en la miseria y el terror. Lo único que han sembrado en la isla es hambre y miedo. El poco aparato productivo que funciona lo maneja, administra, controla, supervisa y disfruta la burocracia castrista. Todos los beneficios que se derivan del esfuerzo del pueblo los usufructúa una clase privilegiada. El pueblo cubano sobrevive de las migajas que le lanzan desde el poder. Es el único resultado en 63 que lleva la satrapía cubana construyendo el socialismo igualitario. Y pretender continuar.
Es esa perversión del comunismo que provocó el estallido social que están en pleno desarrollo en Cuba. Es el mismo grito que se escuchó en Venezuela “Libertad”, “Abajo la dictadura” y “Patria y vida”, en oposición al lema de patria y muerte con el cual los han anestesiado durante 63 años para subyugarlos y condenarlos a sobrevivir en medio de la más espantosa miseria. Llegó la hora de que las cosas cambien en Cuba y Venezuela. En Colombia, también, hay estallidos sociales, pero con otra connotación, no gritan libertad. Exigen más democracia y se preocupen y ocupen con mayor rigor por la seguridad ciudadana, combate al narcoterrorismo y mayores oportunidades para todos, eso sí, sin perder el sistema de libertades del cual disfrutan. Es la diferencia.
La perversión del comunismo ha costado muchas vidas en la historia de la humanidad. El desarrollo de las sociedades siempre se produce en los sistemas de libertades. Es por eso que cayó el muro de Berlín y Corea del Norte no permite que sus habitantes pasen a Corea del sur y mucho menos se enteren del nivel de vida de sus vecinos. Y es, también, la razón por el cual, en los países que imponen el comunismo (lo llaman socialismo para edulcorarlo) la gente huye despavorida, pero nunca para otro país donde se haya impuesto ese perverso, dictatorial, criminal y hambreador sistema. La realidad está a la vista. El pueblo de Cuba despertó, explotó y se salió de control. El cambio es inminente.
El espíritu libertario de Bolívar y Martí recorre América Latina y ese huracán que tiene su epicentro en Cuba, no hay un ápice de dudas, más temprano que tarde golpeará y arrasará con todas las tiranías de nuestra región. Esa perversión del comunismo hay que derrotarla y enterrarla. Los pueblos tienen derecho a su desarrollo y progreso en libertad. Es la opción o nos dejamos morir en medio de la perversión comunista. Llegó el momento de la revolución democrática. Patria y vida. No hay confusión. Todo está clarito.
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