Constituyente en tiempos de interinato
Ciertamente ha pasado mucha agua debajo de los puentes desde que un grupo de venezolanos comenzamos a hablar, discutir, exponer y escribir del tema Constituyente para refundar a Venezuela. Ni se imaginan lo bien que me sentí cuando la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) comenzó a hablar de Refundar a la Nación, como mencioné en mi nota pasada , y en especial cuando la institución que ha visto subir y caer gobiernos por más de dos mil años en todo el mundo, da un paso trascendental para que los venezolanos comencemos a abordar ese tema.
Y es que no es lo mismo que se hablara del tema Constituyente en los tiempos de Chávez, luego en los de Maduro –que por cierto hizo su propia Constituyente- y ahora mucho menos en los tiempos del Gobierno Encargado o interinato. Porque aunque estemos hablando en el fondo de lo mismo, el planteamiento al país cambia radicalmente porque los contextos políticos han cambiado de igual manera. Les invito a dar un breve recorrido.
Cuando comenzamos a plantear este asunto y de la necesidad que el país comprendiera a cabalidad que no era cambiando un presidente por otro que saldríamos del problema estructural que enfrentábamos, no se hablaba internacionalmente de una crisis humanitaria en Venezuela. Tampoco se hablaba de una narco-tiranía aunque sí de los negocios de la droga que Chávez sostenía con las guerrillas de las Farc. Pero no más allá de eso, y resultaba algo más de lo que se le recriminaba al autoritarismo del Teniente Coronel Presidente. Todavía se hablaba de “un mal gobierno” que requería que los venezolanos sacáramos a punta de votos.
Lo estábamos pasando muy mal pero aun había dinero en las calles y a juicio del país opositor, la cosa no iba más allá de hacer una buena campaña electoral que retornara a Venezuela a su cauce democrático. Nosotros éramos “los locos de la Constituyente” que insistíamos que no era suficiente con sacarnos de encima a quien reventó las bases institucionales del país con una Constituyente en 1999, sino que había que refundar al país sobre bases nuevas, porque lo de antes y lo que vino después habían acabado conjuntamente la institucionalidad venezolana tal y como la conocíamos, y había que construir una nueva. Que había que aplicar la máxima que indicaba que lo que era bueno para el pavo lo era también para la pava. Dedique muchas notas a explicar esa idea que condense en una serie explicativa que quizá sea interesante divulgar ahora. Esto luego se tradujo en nuestro proyecto El Gran Cambio .
Pero ese mensaje tenía un sonido muy bajo para que lo oyera la sociedad venezolana. Había que explicar mucho e ir en contra de la corriente institucional de los partidos que insistía en un juego electoral en el que no tenían ningún chance de recuperar el poder en Venezuela. Las advertencias de quienes decíamos en aquel entonces, entre el año 2011 y 2012 que no existían condiciones en Venezuela para pelearle al régimen el poder en las urnas electorales, fueron desoídas. Insistir por esa vía no tenía ningún sentido
Pero la maquinaria poderosa de los partidos opositores era arrolladora. Cualquiera que levantara la voz diciendo algo diferente que ir a votar con el régimen, era considerado un paria por todo el mundo. Y así fuimos, y le regalamos las elecciones de Octubre de 2012 a Hugo Chávez con un candidato que nos mandó a tocar cacerolas y bailar salsa porque de acuerdo a su criterio habría muertos en las marchas para reclamar un fraude en descampado. Me gustaría saber si habrá contado los muertos, torturados y presos que ha habido después de eso hasta hoy, donde todavía tiene el atrevimiento, por no decir la grosería que corresponde, de querer de nuevo encabezar a la oposición. ¿Será que cree que los venezolanos somos pendejos? ¡Que alguien por favor entierre definitivamente ese cadáver insepulto!
No hubo reunión ni lugar de Venezuela donde no fuéramos a presentar la idea y con esa “Coordinadora Democrática” y sus representantes para presentarle la propuesta de utilizar la Constitución para convocarle a Hugo Chávez una Constituyente con el 15% del Registro Electoral de acuerdo al Artículo 348 Constitucional. A esas reuniones fuimos como simples ciudadanos empoderados de una idea y un proyecto de país. ¡Qué diferente hubiera sido si hubieran atendido ese llamado! Venezuela fuera otra ahora. Pero el contexto político de ese entonces indicaba que era inútil seguir tocando las puertas de los partidos para pedirles que asumieran el tema Constituyente. Hasta que caímos entonces en cuenta que la única manera era que lo asumiéramos nosotros mismos en la Sociedad Civil y lo presentáramos al país. Fue allí cuando fundamos Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO.
En ese entonces desarrollamos la teoría necesaria para que se convocara al pueblo soberano a través de un proceso de recolección de firmas diseñado por ANCO y recorrimos el país proponiendo ese curso de acción, juramentando grupos consustanciados con la idea y a los que denominamos Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario, JAPCOs. Se juramentaron JAPCOs en todo el país. Dimos charlas, conferencias, asistimos a incontables programas de radio en el interior, vendiendo un proyecto de cambio y refundación del país. Pero entonces el contexto cambió: Maduro anunció la convocatoria de una Constituyente del régimen, el 1ro de Mayo de 2017.
Ya no podíamos seguir recogiendo firmas para una Constituyente, sino convocar al pueblo a una Consulta Popular que rechazara ese llamado del régimen, donde se tergiversaba la esencia misma de ese proceso al llamar directamente a unas elecciones constituyentes sin la autorización del pueblo a través de un Referendo Consultivo. Ese había sido el procedimiento seguido por Hugo Chávez en 1999 para convocar al Constituyente. Maduro convocó, de acuerdo a esto, a una Constituyente ilegitima. De allí en adelante, todo lo demás que hizo el régimen a través de ese parapeto, fue ilegitimo.
La historia de la participación de ANCO en la realización de la Consulta Popular de 2017 ya la he contado, por lo que no abundaré de nuevo en esos detalles. En esa Consulta vinculante se rechazó la convocatoria de Maduro a una Constituyente el 30 de Julio de 2017 y lamentablemente las autoridades de la Asamblea Nacional ignoraron ese mandato, acatando solamente la designación de los Magistrados del TSJ, que terminaron siendo perseguidos y presos por el régimen. La oposición negoció esa Consulta por las elecciones regionales de diciembre de 2017.
A pesar de la descomposición acelerada de la institucionalidad del país que ameritaba y sigue ameritando, la convocatoria del Constituyente Originario, se siguió insistiendo en la vía electoral con el CNE ilegitimo del régimen. El 20 de Mayo de 2018 Maduro adelanta las elecciones presidenciales correspondientes a Diciembre de 2018 utilizando un CNE ilegal, razón por la cual esas elecciones fueron rechazadas nacional e internacionalmente, así como su presidencia ilegitima.
ANCO siguió insistiendo en la convocatoria de la Soberanía Popular para que esta refrendara la ruta a seguir en el país para el Cese de la Usurpación. Ese camino finalmente fue aceptado por los sectores políticos de la Asamblea Nacional y el 7 de Septiembre de 2020 se firma el Pacto Unitario por la Libertad y Elecciones Libres, por 37 partidos políticos opositores, siendo los últimos 4 los partidos que conforman el G4. En ese contexto político de finales del 2020 todos avanzábamos en la misma dirección de hacer que la Comunidad Internacional nos ayudara, con el mandato en la mano del pueblo soberano, a lograr el Cese de la Usurpación. Cesada la Usurpación era necesaria la convocatoria al Constituyente para refundar al país.
Sin embargo, el sector político volvió a darles la espalda a los ciudadanos que en un número mayor a los 6,4 millones de venezolanos dimos un mandato para que se usara a nivel mundial a favor de cesar la usurpación de Maduro. Los partidos volvieron por sus fueros a negociar unas elecciones regionales y presidenciales con el régimen. Y en eso están ahora. El Gobierno Encargado ya está por anunciar un acuerdo para ir a unas elecciones con Maduro y éste a cambio exige que la oposición le pida a la Comunidad Internacional que les retiren las sanciones. ¡Maduro logro poner a trabajar a los opositores para él! Los venezolanos no refrendaremos esa inmoralidad ni esas elecciones, menos aun iremos a ellas, y la Comunidad Internacional lo sabe, al punto que no retirarán esas sanciones a un régimen delincuente y terrorista.
A ese estado de descomposición moral y política se ha llegado. No hay representación legítima de ninguno de esos negociadores, ni del régimen ni de la oposición, para resolver la crisis terminal de Venezuela. Y en ese contexto ya la refundación de la Nación no puede esperar ni un minuto más. El Interinato y los partidos opositores lograron con su traición reiterada a los venezolanos que dimos dos mandatos, lo que no logramos por años los venezolanos que impulsamos el proceso Constituyente en Venezuela: que el país y su Iglesia Católica exijamos resolver la crisis convocando al pueblo a Refundar la Nación a través de un proceso Constituyente. Que la Comunidad Internacional comience a tomar nota de este giro político de incalculables consecuencias. Las elecciones deberán ser para elegir los legítimos representantes del pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria que decida el destino de Maduro y del país, con la presión sostenida de la Comunidad Internacional. El resto es el vacío. Y como ya saben, no existen vacíos en la naturaleza y menos en política…
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