¿Revocatorio o legitimatorio?
No tenemos la menor duda que, mientras los colaboradores del régimen intentan activar el revocatorio a destiempo, el objetivo final del chavismo es arrastrar a la oposición reconocida a ese teatro pues le resultaría un escenario ganar-ganar. Veamos por qué:
En primer lugar, sí la oposición reconocida acepta acudir al revocatorio estaría finalmente otorgando el tan anhelado reconocimiento al “gobierno de Maduro” e inercialmente a todas las instituciones psuvizadas porque, ¿cómo revocar alguien ilegal e ilegítimo y utilizar las instituciones públicas no reconocidas? Incluso, en el momento en que se brindase ese reconocimiento las sanciones internacionales perderían toda validez.
En segundo lugar, el chavismo no da puntada sin dedal. Ya se ha librado de revocatorios, en 2002 y en 2016, puede aplicar mismas tretas.
En tercer lugar, suponiendo aceptase ir al revocatorio, para ello aplicaría misma receta de Chávez 2004. Aceptó el referéndum solo cuando Jorge Rodríguez asumió la presidencia del CNE y dio inicio a su “chavenización”. En esta oportunidad, fingiendo hacer caso a las observaciones de la oposición, impondría procesos de legitimización de partidos, REP, software, etc… todo aquello que retarde dicho evento. Es decir, buscará materializar el revocatorio en 2023, de este modo los venezolanos no acudirían o simplemente le harán un inmenso favor al régimen al revocar a Maduro, dejando en su lugar a otra figura del chavismo, el o la vicepresidenta de la nación, tal como mandata la CRBV ante las faltas absolutas cuando faltan 2 años o menos del periodo presidencial.
En cuarto lugar, la diatriba del revocatorio permitiría transitar lo que queda de 2021 en relativa tranquilidad, pues las “elecciones” del 21N, ténganlo por seguro, son un hecho a la medida del chavismo de la mano de sus colaboradores desechables.
En quinto lugar: lo obvio. El régimen sabe los venezolanos no volverán a acudir a las urnas electorales mientras las instituciones del Estado continúen psuvizadas, así ha sido desde 2017, por eso clamará a gritos cualquier desenlace por la presunta vía electoral y amparado en la falsa oposición electorera.
Por otro lado, Maduro ha dicho sí la oposición quiere entablar diálogo deben desaparecer todas las sanciones internacionales, reconocer no solo el gobierno de Maduro sino a todas las instituciones que retienen, además de permitirle el acceso a todos los recursos que el país posee en el exterior… más claro no canta un gallo.
El régimen continúa explotando al máximo sus mismas fórmulas, elecciones al margen de la constitución, de todo precepto democrático, aderezado con el control absoluto de las instituciones del Estado. Así, la oposición navega a la deriva en una etapa postdiálogo y postelectoral en la que trata de encontrar nuevas estrategias.
Venezuela continúa a la espera sea la oposición quien, finalmente, revestida de legitimidad, sea la que imponga la agenda, tarea que le ha correspondido desde hace mucho tiempo y continúa en mora.
@leandrotango