La prolongación de nuestra agonía
“La realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece” Philip K. Dick (1928 – 1982) Escritor y novelista estadounidense de ciencia ficción
Hay que aceptar la realidad. El sólido apoyo que dio y mantuvo la comunidad internacional a la oposición que lidera Juan Guaidó, se está diluyendo y cada día es más tibio. Esa es la razón que los indujo a clamar un diálogo con el régimen usurpador, intentando edulcorarlo, ante la opinión pública con el pomposo nombre de “Acuerdo de Salvación Nacional”, cuando en verdad es una rendición incondicional vergonzosa. Escogieron el peor de los caminos.
El peor de los caminos porque se tira por la borda, el sacrificio que hizo el pueblo el cual dejó el cuero en las calles y, ante las desgracias que hubo, le daban ánimos, repitiendo el proverbio 16:3 “resistir, insistir y nunca desistir”, pues bien, sin ton ni son, desistieron y dejaron a todo el mundo guindado de la brocha. El régimen, pareciera, cesó la usurpación y se legitimó de la noche a la mañana. Fin de la resistencia. Es más cómodo el diálogo. Todo regresó a la normalidad.
Hay que reconocer tres cuestiones fundamentales: el pueblo y la comunidad internacional brindaron todo su apoyo y, nuestro liderazgo, fracasó. El primer error fue, en medio de las más grandes movilizaciones, iniciar diálogos con el régimen a espaldas del pueblo y, lo peor, intentar negarlo. Una vez que quedaron al descubierto, todo el sólido apoyo que se había logrado comenzó a derrumbarse y, ahora, terminamos con una rendición vergonzosa. Es la verdad y triste realidad.
¿Acuerdo de salvación nacional o acuerdo para perfeccionar la cohabitación y salvar pellejos? El resultado no puede ser más desastroso. Le dieron una puñalada trapera a la esperanza del pueblo y, la comunidad internacional ya reconoce, que se equivocaron al apoyar la estrategia de nuestro liderazgo. Es la verdad y con la verdad, como decía, José Gervasio Artigas: “Ni ofendo, ni temo”.
Errar es de humanos y rectificar es de sabios. El problema es la prolongación indefinida de la tragedia, mientras llega, esa rectificación y volvamos a recuperar el terreno perdido. El régimen usurpador, escríbanlo, continuará con su proceso de destrucción nacional con menos oposición y obstrucción. Nombraron un “nuevo y menos parcializado” CNE, convocaron otra farsa electoral, en la cual pareciera muchos, de los que llamaron a no participar el 6D, ahora, participarán y paralelo impondrán el estado comunal. Es la nueva normalidad.
Ese llamado “Acuerdo de Salvación Nacional” no hay un ápice de dudas, será la prolongación de nuestra agonía. Estamos mal y vamos peor. Es la verdad. No podemos resistirnos a creer en esa realidad. No es ficción, existe y, como van las cosas, existirá por mucho tiempo y no desaparecerá tan fácilmente y, mucho menos, con diálogos cuyos resultados apuntan a un solo ganador. Estamos entendidos.
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