La honradez siempre será un mejor camino
El delito nos trajo adonde estamos – cómo dudarlo. Los vicios nunca solventados en la democracia representativa de otrora derivaron inexorablemente en el socialismo criollo y su depravación inherente. Trampa de la que solo podremos escapar tomando la ruta diametralmente opuesta de aquella por la que entramos.
Porque el despilfarro y la indiferencia nacional a partir de la estatización del petróleo aquel 1ro de enero de 1976 debía tener su costo, no tan alto como el presente, quizá, pero es la regla de la vida humana donde toda acción tendrá consecuencias, negativas o positivas según la naturaleza de aquella.
Retomar las buenas costumbres, esos clásicos de no robar, no mentir, no codiciar… son la ruta, tan fácil como suenan, y tan complejos para ejecutar desde la base: Nuestra decisión individual. Porque salvando las nobles excepciones de aquellos venezolanos preclaros, ejemplos de ciudadanía en la época contemporánea, nuestra sociedad sigue siendo un fiel reflejo de esa degradación política que ha conducido los destinos del país desde aquella famosa estatización.
Afrontar la realidad es lo mejor, sin dudas. Pero igual de sensato el ocuparnos de mejorar esa realidad por muy adversa que nos parezca. Así entonces procede echar mano de esas herramientas probadamente efectivas a la evolución de los pueblos: El Trabajo, la honradez, la solidaridad, que entre otros valores de la humanidad perfilan un porvenir siempre promisorio para quienes se decidan en pro del deber ser ¡Viva la República de Venezuela! Oración y trabajo.