La convicción de vencer al socialismo
La historia de la humanidad es rica en episodios como el vigente en Venezuela. Cuando los hechos objetivos señalan un curso directo a la debacle total, entonces la propia voluntad humana desplegada por sobre las particulares circunstancias del entorno, da lugar a salidas que por inverosímiles no dejan de ser conspicuas.
Así es nuestro presente en suelo patrio. El socialismo fortaleció su dominio sobre la sociedad venezolana como nunca desde el 11 de abril de 2002. No existe ámbito del Poder Público, ajeno a su hegemonía; ni sector de la economía extraño a su predominio. Y de tal forma se conduce: Ejerciendo a plenitud las facultades que emanan de ese poder solo limitado por sus propios intereses delictivos.
Pero en la acera de enfrente se halla el 80% de la población adulta criolla, víctima en mayor o menor grado de todos los desmanes típicos de esa ideología maligna una vez alcanzado el poder. Se trata entonces de toda la sociedad democrática sometida a un plan de esclavitud y exterminio, que aun ocupando un territorio de ilimitada riqueza material ésta le resulta negada. Aunado a ello se encuentra la comunidad democrática extranjera ganada a la liberación nacional, pero auto limitada en la actualidad a una puntual gestión diplomática, en total dependencia del accionar criollo.
Es precisamente allí donde cobra pleno sentido la apuesta por la libertad. Se trata de nuestra Patria, nuestro hogar arrebatado por el crimen, que ha segado la vida de miles, y dispuesto a segar la de muchos más. A contra corriente, los patriotas venezolanos cuentan con una invaluable herramienta: La convicción de vencer, que siempre acompañará a quienes se empeñan en buscar la verdad, actuando en consecuencia. ¡Ni Un Paso Atrás! Oración y Trabajo.