Una solución institucional
La cita del texto clásico de Juan Ignacio Jiménez, Política y Administración [1] que se me quedó para siempre fue la diferenciación entre lo institucional y lo político: “…La acción de gobierno no es función administrativa, sino intrínsecamente política, en el sentido más vulgar del arte de lo posible y en el más técnico de asignación autoritaria de prioridades, de acuerdo a la captación por el gobernante de las demandas del grupo gobernado. Se administran Instituciones y se gobiernan sectores…”.
La institucionalidad sabe que es lo que hay que hacer, y su deber es acompañar a los políticos para determinar cuándo, dónde y en qué proporción aplicar la acción del Estado (o no aplicar ninguna acción), que es el trabajo de quienes ejercen el gobierno. Es por eso que los políticos deben respetar las instituciones porque por definición son ellos los que están de paso aunque detenten el poder, mientras que las instituciones son las que se quedan y deben prevalecer.
Se preguntarán por qué traje a colación este clásico. Lo hago porque en este punto tenemos que separar, aunque sea difícil para mucha gente, lo institucional de lo político. ANCO ha propuesto a los políticos y al país una solución institucional, que de observarse con la rigurosidad y control técnico necesarios, puede desplazar al régimen de Nicolás Maduro Moros y sus delincuentes, obteniendo el objetivo político que todos buscamos de salvar a Venezuela. Pero para lograr que se haga realidad ese objetivo, la sociedad civil debe estar presente en todo el proceso como condición sine qua non (condición si la cual no) para que todo funcione como está planteado, obedeciendo a los intereses de los venezolanos.
Sin la participación activa de la sociedad civil, la solución planteada a los políticos desde la esfera de lo civil no funcionara y fracasará, porque los intereses que se mueven en los círculos políticos históricamente se han antepuesto a los intereses de la gente. Si los políticos deciden dejar fuera a la sociedad civil en la solución del problema político de los venezolanos, muy posiblemente el esfuerzo que hemos hecho se perderá. Esto no es una premonición ni una profecía auto-cumplida sino una experiencia que los venezolanos hemos pagado con sangre desde hace 20 años.
Por otro lado, es bueno recordarles a los críticos feroces de la solución de la Consulta Popular Plebiscitaria y Vinculante, que este no es una propuesta de Juan Guaidó sino que nace de la sociedad civil, aunque él y su Gobierno Encargado le hayan dado su aval político. Esto es para aquellos que insisten en atacar la solución porque supuestamente viene de él. No es así. Viene de la sociedad civil. De allí que haya que invertir la pirámide en la toma de decisiones. Solo los venezolanos seremos capaces de sobreponernos a nuestros propios males. Nadie lo hará por nosotros aunque digamos mil veces que “solos no podemos”.
El giro que tiene que darse en esta nueva etapa de la ruta para la recuperación de la libertad en Venezuela no pasa ni por Guaidó, ni por María Corina, ni por Capriles (quien últimamente trata de resucitar desesperadamente) sino que pasa por la decisión de todos los venezolanos. Es por eso que aquel político que entienda que esta no es su hora sino la de los ciudadanos, y coadyuva a que eso sea así, habrá dado con la clave de su futuro político.
Pero como bien dice el dicho popular, el demonio no descansa. Una vez anunciado el Pacto Unitario por la Libertad y Elecciones Libres donde se fija el camino para la realización de una Consulta Popular Vinculante a los venezolanos, saltaron las voces que al ver que ya no es posible parar esa consulta dicen ahora, como en el 2017, que la Consulta “no es vinculante”.
A todos esos señores les sugiero que se lean los Artículos 5, 62, 70 y 326 de la Constitución acerca del ejercicio directo de nuestra Soberanía y la responsabilidad de la sociedad civil en los asuntos del Estado. ¿Qué parte del Artículo 5 que garantiza el ejercicio directo de la soberanía no entendieron los que dicen que la participación, y más aun, la decisión de un pueblo, “no es vinculante”? Toda participación establecida en las formulas mencionadas en el Artículo 70 sí son vinculantes..
Y tiene que ser así por la estrecha articulación entre los artículos 5 y 70: Artículo 5: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta constitución y en la ley…”; y Artículo 70: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político…., y en lo social y económico…”. El Artículo 5 define quien es el dueño de la soberanía y como la puede ejercer de manera directa, y el Artículo 70 cuales son los medios establecidos para ejercerla en lo político, social y económico. ¿Cómo alguien que simplemente lea esa Constitución puede decir que no es vinculante lo que el pueblo decida cuando emita un mandato categórico en una Consulta Popular? Esa mamarrachada que inventaron los políticos para no hacer efectivo el mandato del pueblo el 16 de Julio de 2017 porque “la consulta no era vinculante” fue un engaño que le hicieron a los venezolanos porque habían negociado con el régimen de Nicolás Maduro Moros.
Ahora dicen que la Consulta Popular que se decidió en la ejecución del Pacto Unitario por la Libertad y Elecciones libres “no es vinculante” para despachar con un argumento espurio que el pueblo no se pronuncie y decida qué hacer con este régimen narco delincuente. Pues sí es vinculante y los venezolanos deben saberlo a los fines de ejercer plenamente su derecho a expresarse en una Consulta Popular para decidir el futuro de Venezuela.
Este es quizás el mejor momento para que los venezolanos comencemos a ejercer nuestra ciudadanía. De allí que insistamos en intervenir cuando lo político ha sido sobrepasado por la crisis aplicando una solución institucional de protagonismo ciudadano. Nuestra participación está bien definida y escrita en una Constitución de la que soy el primero en insistir que es necesario cambiar, pero que también me atrevo a decir que muchos no se han leído bien. Ya es hora que sean los ciudadanos los que pasen al frente de las decisiones y comencemos a tomar las riendas de esta crisis…
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[1] Juan Ignacio Jiménez, Política y Administración, Cap 2. Modelo Tridimensional: Instituciones, Sectores y Sistemas, 1970.