La libertad y la democracia
«No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres» Carlos Fuentes (1928 – 2012) Escritor, intelectual y diplomático mexicano.
Un numeroso grupo de luchadores democráticos fueron excarcelados esta semana, más no lograron la plena libertad. Es indispensable, entonces, que continuemos la lucha para conquistar la democracia, sistema dónde reina el Estado de Derecho y se respeten los DDHH fundamentales. Ese es el objetivo.
Esa batalla, que tenemos años dando y dónde todos hemos tenido aciertos y errores, nos obliga a actuar con mucha sensatez, equilibrio emocional y, por sobre todas las cosas, con sentido autocrítico y humildad. Nadie es indispensable y todos somos necesarios. Es cuestión de utilidad y no de importancia. Ese es el punto.
Está demás decir que solos no podemos, y desunidos y anarquizados mucho menos. Entendemos que nada ni nadie une más que un liderazgo inteligente, capaz, transparente, creíble y con una idea clara de cual es el plan definitivo que tiene, no sólo para desplazar el régimen usurpador, sino también para iniciar un proceso de reconstrucción del país. Es una labor titánica, unitaria y colectiva. Es allí donde hay que afinar la puntería.
El proceso de destrucción nacional hay que detenerlo. Ya nada funciona. Estamos trepidando en el fondo del abismo. El venezolano sobrevive en un ambiente de angustia, desesperación y lo peor, perdiendo la poca esperanza, que todavía conserva en ese arsenal de fe, del cual el supremo creador dota a todo ser humano. No perdamos la perspectiva y observemos bien la realidad. El diagnóstico es de terror.
El liderazgo político nacional tiene que buscar puntos de coincidencia, unirse en una sola estrategia para lograr la unidad del pueblo sufriente de esta tragedia nacional. Hay que abrir el visor y observar bien la tragedia humanitaria en toda su extensión. Es horrible.
Unidad y coherencia en torno a la estrategia para lograr la libertad, democracia e iniciar el proceso de reconstrucción del país. En esta búsqueda hay espacio para todos y todas. Es cuestión de ubicarse en los tiempos. El político que hace presupuesto de su futuro está fracasado y los que botan la oportunidad de lograr la libertad del país nunca lograrán cristalizar sus aspiraciones y deseos por muy legítimos y merecidos que estos sean. Es tiempo de salvar al país y, luego, pensar en aspiraciones individuales. La tarea es colectiva.
La búsqueda de la libertad y la democracia de Venezuela nos convoca a todos y es el éxito de esa búsqueda lo que nos hará libre. No perdamos el impulso. No todos tenemos la resistencia, integridad y aguante para esta larga lucha, pero lo vamos a lograr. ¡Vale la pena!
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