La advertencia del Quijote o la sola abstención no basta

Opinión | agosto 13, 2020 | 6:24 am.

Siempre he pensado que la frase del Quijote, “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”, de la inmortal novela de Cervantes se ha hecho popular para denotar el poder de la Iglesia como institución humana. Tal vez Cervantes debió haberle dado esa intención porque verdaderamente tarde o temprano todo el mundo termina chocando en contra del muro de esa institución milenaria, que por alguna razón es la única organización humana que perdurado por más de 2 mil años. Por eso la gente debe leer entre lineas y con mucho cuidado lo que dicen.

La Conferencia Episcopal Venezolana, máxima representación de la Iglesia Católica del país, levantó este miércoles los titulares de la prensa, pronunciándose a favor de concurrir al proceso electoral convocado por el régimen de Maduro para fin de año. Inmediatamente todo el mundo reaccionó indicando que la Iglesia había sido presionada para enviar ese mensaje contradictorio al pueblo venezolano (por el régimen o el Vaticano, no sabemos), acusando a los obispos de traicionar el sentimiento mayoritario del pueblo de rechazo a ese acto electoral fraudulento.

De buenas a primeras, esa reacción es natural. La Iglesia Católica ha sido consistente en su rechazo al régimen, pero también ha sido igualmente consistente en señalar que la manera de resolver la crisis política debe pasar por un acto electoral, sin violencia. Pero si algo sacamos de bueno los venezolanos de la era democrática fue a resolver nuestras diferencias politicas con votos. Y eso es un gran avance socio político. Ir hacia atrás es el regreso a la barbarie del siglo antepasado. Cuando la violencia política comienza, difícilmente se detiene. Solo miren a la Colombia de Gaitán desde 1948. Y a eso teme la Iglesia.

La CEV no ha dicho otra cosa diferente que no haya aceptado antes la dirigencia política opositora venezolana al concurrir a todos los procesos electorales con el régimen desde el comienzo de esta pesadilla, sin importarles las condiciones electorales.

La Iglesia está bien consciente de eso: Punto 3 del comunicado de la CEV: “…Somos conscientes de las irregularidades que se han cometido hasta ahora en el proceso de convocatoria y preparación de este evento electoral: desde la designación de los directivos del Consejo Nacional Electoral, la confiscación de algunos partidos políticos, inhabilitación de candidatos, amenazas, persecuciones y encarcelamiento de algunos dirigentes políticos, el cambio del número de diputados y de circunscripciones electorales. Resulta inmoral cualquier maniobra que obstaculice la solución política y social de los verdaderos problemas presentes en el país”.

Sin embargo, igualmente dicen que la sola abstención no basta y que busquemos salidas diferentes para un pueblo que desea votar: Punto 4 del comunicado de la CEV: “…Ante esto, un grupo importante de líderes y de partidos políticos ha expresado su voluntad de no participar en las elecciones parlamentarias. Esto no basta, deben asumir la responsabilidad de buscar salidas y generar propuestas para el pueblo que durante años han creído en ellos, pues la sola abstención hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ante el futuro”. Yo estoy de acuerdo con eso. Y como liderazgo responsable de la sociedad civil ANCO ha generado una propuesta al país y al Gobierno Encargado que pasa por encima del régimen y su sistema electoral

Sin embargo los obispos todavía insisten – como han insistido siempre y la oposición oficial los ha acompañado -, en que la sola mayoría abrumadora del electorado opositor de al traste con las pretensiones del régimen, olvidando que aunque los resultados sean “positivos”, los delincuentes que usurpan el poder en Venezuela ignorarán la voluntad popular, como efectivamente lo han hecho desde el comienzo de la pesadilla castro-chavista-madurista.

Basta solo recordar los casos como el desalojo de la Alcaldía Metropolitana de Antonio Ledezma, el desconocimiento abierto de los resultados electorales de la Gobernación del Estado Bolívar de Andrés Velásquez, y como olvidar el famoso “desacato” de la actual Asamblea Nacional, que fue anulada desde el primer día por el TSJ del régimen. Punto 4 del comunicado de la CEV “…A pesar de las irregularidades, la participación masiva del pueblo es necesaria y podrá vencer los intentos totalitarios y el ventajismo de parte del gobierno”. De allí la razón de nuestra lucha porque la voluntad popular se manifieste verdaderamente de manera autónoma en una Consulta Popular Plebiscitaria, sin la participación de un Poder Electoral secuestrado del régimen, que defina la presencia de Maduro en el poder, estableciendo una ruta clara para la liberación de Venezuela.

No hay que equivocarse. El comunicado de la CEV exige la participación “plena y libre” de todos los partidos, exhortando al régimen y a su oposición a movilizarse, aludiendo el viejo fantasma de la no participación del pueblo en las elecciones parlamentarias del año 2005. Punto 4 del comunicado de la CEV: “…Esta decisión de abstenerse priva a los ciudadanos venezolanos del instrumento válido para defender sus derechos en la Asamblea Nacional. No participar en las elecciones parlamentarias y el llamado a la abstención lleva a la inmovilización, al abandono de la acción política y a renunciar a mostrar las propias fuerzas. Algo semejante pasó en diciembre de 2005, y no tuvo ningún resultado positivo”.

La CEV olvida el porqué los venezolanos decidimos no participar electoralmente ese año. Les refresco la memoria: el fraude del Referendo Revocatorio del anterior 15 de agosto del año 2004. Los venezolanos demostramos con ese nivel de abstención en el 2005 que Chávez perdió ese Revocatorio y lo partidos no cobraron eso. No movilizaron el país, no desconocieron esa Asamblea Nacional electa con una cantidad pírrica de votos. Toda Venezuela los hubiera acompañado. ¡Aceptaron ese resultado ilegitimo!

Le recuerdo a la CEV que no fuimos nosotros los venezolanos los culpables de lo que pasó después de abstenernos a participar en una trampa, sino de la dirigencia opositora al ponerse en complicidad con el régimen culpándonos a nosotros por su falta de liderazgo y acción frente a un delincuente electoral. Esa es la verdad histórica. La abstención del año 2005 fue el movimiento no violento mas grande de nuestro país desde la marcha del 11 de abril de 2002 que destronó a Chavez. Pero al igual que ese dia, la dirigencia politica opositora no estuvo a la altura del pueblo venezolano.

La Iglesia Católica hace votos porque el régimen y la oposición oficial dejen a un lado sus intereses y realicen un acto conjunto de participación “plena y libre” aunque esto resulte en la práctica solo una aspiración, pero es la obligación de la Iglesia pedírselo a la dirigencia. Punto 5 del Comunicado de la CEV: “…El momento actual exige la participación plena y libre de todos los partidos y movimientos políticos, junto con el compromiso ineludible de las autoridades y los dirigentes de los mismos, de dejar a un lado sus propios intereses para promover el bien común y el servicio a todo el pueblo venezolano”.

A diferencia de muchos de los que han opinado que este comunicado es una “traición” de los obispos, se equivocan. No veo contradicción en el comunicado de la CEV en relación con lo que ya han dicho y hecho en el pasado, incluso cuando acompañaron elecciones sin condiciones. Lo que veo es mas bien una reafirmación de su posición ante el país, pero en esta oportunidad dejando una rendija para que la oposición haga algo nuevo y desafiante si se ha decidido una abstención militante: “…Esto no basta, deben asumir la responsabilidad de buscar salidas y generar propuestas para el pueblo que durante años han creído en ellos, pues la sola abstención hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ante el futuro”.

Y tienen razón. Si en el año 2005 la Iglesia hubiera hecho esa recomendación y la oposición oficial hubiera hecho caso, la abstención hubiera sido la poderosa fuerza motriz que disparara el sentimiento de malestar general del país provocando los cambios que todavía necesitamos. Y si se hubieran comportado como verdaderos lideres de ese sentimiento popular de malestar general provocado por un fraude en descampado en el año 2004, los venezolanos no estuviéramos aquí y ahora llorando en una acera por este monumental desastre.

Lamento que este comunicado de la CEV no haya sido leído por el país con el lente correcto y sea necesario meterle la lupa a las entrelineas. El Quijote siempre tendrá la razón universal al advertirnos cuando nos topemos con la Iglesia…

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