La oposición manda
Por primera vez, desde que el chavismo arribó al poder en 1999, podemos afirmar la oposición tiene el control. Muchos inferirán “¿Eso de qué sirve si todo continúa empeorando?” En primer lugar, el chavismo es amo y señor dentro de nuestras fronteras si, reteniendo el poder a través de la violencia institucionalizada, pero la oposición tiene el control fuera del país. Ello es un elemento determinante cuando Venezuela depende casi 100% del extranjero.
En segundo lugar, día a día el régimen se encuentra más aislado producto de sus numerosas ilegalidades, sus sustentos económicos merman, las sanciones financieras y económicas lo asfixian. Para quienes arguyan “las sanciones afectan a la población” respondemos con otra interrogante: ¿de qué valieron los mil millonarios recursos que el chavismo manejó sin sanciones de ningún tipo? Prácticamente de nada. Solo nos aferró a la trágica petróleodependencia. Se dedicó a apoyar economías, empresarios y trabajadores de otras naciones buscando apoyos “incondicionales”. Creó una cruel dependencia a sus dádivas para manipular a la pobreza que encontró y sigue generando. Solo sirvió para crear una red de corrupción internacional que hoy nos abochorna como nación. Las peores sanciones han sido la desinstitucionalización, las distorsiones leyes inconsultas, la corrupción, controles, racionamientos y todo tipo de limitantes/condicionantes a nuestros derechos que en más de 20 años el chavismo ha impuesto.
Como externalidad positiva, las sanciones obligaron al régimen a flexibilizar el control cambiario, permitiendo que los anaqueles volvieran a llenarse. Lamentablemente con productos costosos anclados al dólar paralelo motivado a la gran inyección de bolívares sin respaldo que emite el BCV y porque en Venezuela no hay producción ¡ni la habrá con el chavismo en el poder! El chavismo es sinónimos de inseguridad económica, política, jurídica y personal… es un espantapájaros a las inversiones.
No hay motivo para alegrarse por las sanciones. Ello sería como festejar todas las violaciones a la Constitución, a la democracia e infinidad de sufrimientos a los venezolanos. Las sanciones son una realidad, consecuencias al andar inconstitucional e ilegítimo del chavismo además de otras presuntas acusaciones que lo convirtieron en un problema global.
En tercer lugar, Maduro dejó de ser presidente para la comunidad internacional determinante desde enero 2019. El régimen perdió el único vestigio de legitimidad y legalidad a la que se aferraba. Las facturas a sus arbitrariedades lo han arrinconado. Hoy ya no es capaz ni siquiera de nombrar un funcionario con reconocimiento fuera de nuestras fronteras, de consumar algún proceso electoral válido, ni de imponer algún diálogo o negociación, está abandonado a su suerte y con él arrastra a todo el país, se sustenta con peligrosas alianzas de regímenes tiránicos.
La oposición legítima finalmente tiene la facultad de imponer escenarios. Importante sería saliera de su círculo de confort y su cabeza, Juan Guaidó, involucrara a la otra figura con aceptación criolla y foránea, María Corina Machado, además de integrar activamente a los sectores del país, sobreponerse a las erráticas gríngolas partidistas.
Finalmente, luego de más de 20 años, la oposición tiene la sartén por el mango. Depende de sus decisiones, del apoyo de una comunidad internacional decidida y más comprometida que nunca arropada bajo el lema “redemocratizar / estabilizar la región”… Transcurren momentos decisivos para Venezuela.
@leandrotango