El problema del gas doméstico
Por acción o por omisión, todo tiene repercusión» Frase popular
Un año, exactamente, entre el 30 de abril de 1988 y el 30 de abril de 1989, ejercí la Presidencia del Concejo Municipal de El Tigre. En ese corto tiempo, logramos desempolvar el contrato firmado por Tigasco, a mediados de la década de los año 50 y, el cual, hasta hoy, está vigente. Términos de 25 años, prorrogables automáticamente si no hay objeción entre las partes. En una de las cláusulas, la empresa se comprometió a instalar el gas directo en el casco urbano e irlo ampliando, en la medida que fuese creciendo el área urbana de la ciudad. Letra muerta.
La omisión, por parte de sucesivas administraciones municipales, hizo posible que Tigasco abandonará la aducción de la red de gas directo y fijará su estrategia de venta en las bombonas (cilindros), obviamente, un negocio más lucrativo, pero que atentaba y continúa atentando, ahora con mayor intensidad por la especulación desatada, el presupuesto familiar.
En la actualidad, con la escasez y el desorden con el bendito gas comunal más que solucionar el problema, lo agravó. Es parte del legado.
En mi ejercicio como Presidente Municipal solicitamos, por vía conciliatoria a Tigasco, el cumplimiento del contrato y procediera a continuar con la ampliación de la red de gas directo. Se negaron. Introdujimos una demanda ante los tribunales. Ardió Troya, porque tocamos poderosos intereses. Nos trataron de persuadir para que retiraramos la demanda y, como no desistimos, montaron una tramoya. Me dieron un «golpe de Estado». Salí de la presidencia y, eliminaron el peligro ¡Albricias! Regreso la omisión.
A finales del año 1989 eligieron por primera vez los Alcaldes. La confabulación contra mis aspiraciones se trasladaron a lo interno del partido y fui objeto de atropello en las primarias. No logré la nominación para la alcaldía y, desde ese momento, la lucha que había emprendido buscando la reivindicación popular de lograr la ampliación del gas directo, feneció. La omisión se instaló y continúa, aún cuando hubo Alcaldes con recursos y poderes infinitos. Nadie se atrevió o se atreve a poner la cascabel al gato. Imperdonable.
En la actualidad, la alcaldía está de manos atadas para buscar solución definitiva al problema. El servicio del gas doméstico e industrial lo asumió, violando la Ley Orgánica del Poder Público, el poder central. Empero, existe una rendija, por donde se puede, de manera cogestionaria con los Consejos Comunales, ir ampliando la red, lo que obligaría a la industria petrolera a mantener el suministro y presión del servicio de gas directo. Un largo camino empieza con el primer paso.
Es importante que no se continúe pecando por omisión. Hay que ser creativo y diligente. La peor diligencia es la que no se hace. Es doloroso el sufrimiento del pueblo para obtener una bombona de gas. Es imperativo que alguien se ocupe. Estamos ubicados en pleno corazón gasífero del país. El servicio de gas doméstico es un derecho y lo merecemos. Vamos a reiniciar la lucha.
La omisión, en la lucha por la consecución del gas directo, tiene una repercusión catastrófica para el pueblo. Hay que iniciar la acción y, tengo la impresión de que, podemos ir revirtiendo esta nefasta situación y lograr una repercusión positiva. Es mi opinión.
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