Del socialismo también fluye «sangre»
Tal como en la película Depredador cuando su protagonista, vista la notoria herida del enemigo, proclama con optimismo: «Si sangra, también puede morir», los venezolanos sobrevivientes al socialismo bien podríamos proclamar otro tanto pero en relación a esa ideología del mal.
Decisiones jurisdiccionales por parte del Reino Unido y de los Estados Unidos de América, reconociendo la competencia de la Presidencia Encargada de la República de Venezuela en relación a 31 toneladas en lingotes de oro venezolano depositados en el Banco de Inglaterra, y la autorización para decomisar cargamentos de gasolina contenidos en barcos cargueros de bandera iraní que se dirigen a la República de Venezuela, respectivamente. Que aunado a la decisión política de la Unión Europea sancionando a 11 aliados criollos del Estado Criminal Socialista en Venezuela, suman un peso colosal a la táctica de presión internacional que por vía política y diplomática persigue el restablecimiento del orden constitucional en nuestro país.
Si bien es cierto que la precitada táctica, por sí sola, no es garantía de éxito en la liberación nacional – habida cuenta la naturaleza criminal del socialismo en el poder que hace indispensable la activación del artículo 187 #11 de la Carta Magna – no lo es menos el impacto políticamente demoledor de las antedichas resoluciones de carácter internacional para con las pretensiones esclavistas del socialismo hoy bajo la figura del Cártel de los Soles.
Porque esa legitimidad ganada a pulso por la causa democrática a partir del 11 de abril de 2002 jamás le será arrebatada por el Estado Criminal Socialista. En consecuencia, nos hallamos ante un dictador que nunca será Presidente. Fuera del territorio patrio, él y sus cómplices jamás gozarán de sosiego -recompensas onerosas mediante-. Que podrán convocar elecciones, todas muy legales, pero siempre acompañadas de la palabra fraude.
¡Ni un paso atrás! Ora y labora.