Mercenarios, traidores y patriotas
En honor a los caídos y capturados por la libertad de Venezuela
De verdad me había emocionado mucho con las noticias que revelaban que el gobierno interino había tomado decisiones alrededor de comenzar acciones militares para enfrentar al régimen, firmando un contrato con elementos privados en el exterior, aunque finalmente resultaran fallidos. ¿Y por qué lo digo? Porque eso al menos demostraba pasos concretos en la dirección de desmontar al régimen desde afuera utilizando los recursos que disponen y que no les pertenecen a ellos sino a los venezolanos. Nadie podría objetar esa acción. Además, no es la primera vez que eso ha ocurrido en la larga historia de Venezuela en la lucha por desalojar tiranías en el pasado.
Pero luego me tuve que decepcionar de nuevo de Guaidó y su gobierno interino al leer ese patético comunicado donde negaban esa acción, indicando que “El Gobierno Legítimo no tiene relación con ninguna empresa de la rama de seguridad y defensa. No tenemos relación ni responsabilidad alguna del accionar de la empresa SilverCorp o su representante”.
Cosa bastante difícil de creer al Gobierno Interino y su equipo, luego de ver las firmas de Juan Guaidó, Sergio Vergara y JJ Rendón en un contrato que muy posiblemente vea la luz pública en las próximas horas. Todo eso sin contar los audios que han trascendido públicamente donde se escucha claramente a Juan Guaidó firmando diligentemente ese contrato. Incluso es posible que el mercenario Goudreau sea capaz de llevar a Guaidó y al resto de los firmantes a los tribunales en los Estados Unidos. Por menos que eso se han perdido fortunas en ese país donde los contratos los hacen respetar en los tribunales so pena de arruinarte.
Y en realidad no sé cuál es el problema en negarlo. Lo que en realidad tratan de negar es que metieron la pata al tener adentro al doble agente Cliver Alcalá como asesor militar de Juan Guaidó desde la primera chapuza del 23 de febrero de 2019 en Cúcuta. Y ese contrato es consecuencia de eso. Quiero aclarar que lo malo no estuvo en firmar esa ayuda militar, sino en quienes confió Juan Guaidó y su gobierno interino para ejecutarlo. De esas lluvias vinieron esos lodos.
Pero lo más grave de ese comunicado del gobierno interino no es haber negado que firmó ese contrato que si firmó, sino reafirmar el error de la ruta de cohabitación con el régimen: “Ratificamos nuestro planteamiento central: la única manera de salvar a nuestro país de una catástrofe sin precedentes será con la conformación de un Gobierno de Emergencia Nacional”. Esta ruta abraza al régimen y a la oposición oficial. Y no avanza porque esa es la de un dialogo donde el régimen se queda, traicionando a los venezolanos.
Y hay algo peor (si ello es posible): que los errores a esa escala cuestan vidas. El arranque de la Operación Gedeón sin respaldo económico del gobierno interino está costando vidas de venezolanos. Y esa sangre está en las manos de quienes tomaron esa decisión que ahora niegan. Los gobernantes, así sean interinos, son responsables por acción u omisión de las decisiones que toman, y no existe nada más deplorable que no afrontarlos porque tarde o temprano tienen un altísimo costo, así se escurran detrás de la mentira de negarlo.
Demasiados errores que bien podrían atribuirse a la inexperiencia, falta de consistencia en las decisiones que se toman, y a mi juicio lo más importante, la gravísima colusión de los factores de la oposición oficial con el régimen, hacen que cualquier iniciativa resulte en un fracaso muy doloroso para la lucha de los venezolanos. No se trata de falta de valor de nuestros militares institucionales que han demostrado hasta la saciedad que si existe y por mucho. Es la falla en saber dirigirlos militar y políticamente. Si por alguna razón el poder cae en las manos de esa dirigencia mediocre debido a fuerzas que aun no visualizamos, ese gobierno no duraría. No podría durar.
No solo a fuerza de puro valor se ganan las batallas. El valor es necesario pero no suficiente. No sé porque esto que está pasando con los grupos de liberación que ya están en el país ya sucedió en el pasado. Desde las expediciones del Precursor Francisco de Miranda, pasando por las muchas que reseña la historia contemporánea de Venezuela como la del Falke, relatada extraordinariamente por Francisco Vegas en su libro, y llegando a esta de la Operación Gedeón, tenían un componente común: un profundo amor por la libertad de Venezuela y el extraordinario valor de sus integrantes al ofrendar su vida por ella. Llegara el momento de honrar eso en el futuro a esos verdaderos patriotas. Pero para hacerlo debe haber gente al mando que lo entienda y lo reconozca en su justo valor. Y eso no es lo que vemos en el actual panorama político venezolano que pretende el poder en Venezuela sin merecerlo.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Dejar que el régimen se salga con la suya? ¿Dejar que los políticos mediocres de la oposición sigan engañando a los venezolanos como lo hizo Guaidó al negar haber firmado ese contrato? Si hay algo que queda luego de toda eta chapuza mal orquestada es que ni los unos ni los otros tienen la capacidad de manejar una transición a la altura que necesitan los venezolanos. Y si este modesto escribidor se da cuenta de eso, ¿no se van a dar cuenta quienes fuera de Venezuela sostienen esa presidencia interina? Es para preocuparse muchísimo.
Yo creo que cualquier militar, policía o fuerza armada institucional tiene la obligación de intentar algo para el desplazamiento de un régimen que ha violado la Constitución. Esa es la esencia del Art. 333 Constitucional. Estas personas en tiempos de paz se les da un trato especial precisamente por eso. Los militares son los únicos profesionales a los que la República mantiene hasta que se mueren. No salen a la calle a buscar trabajo después que se gradúan. ¡La República les da ese trato precisamente por eso, porque ellos son el último bastión en la defensa de su institucionalidad. Aquellos militares que cumplen ese juramento deben ser honrados y reconocidos, aunque mi recomendación es que la Republica los necesita vivos. Que no se inmolen al mando de gente sin valor.
Un militar de alta graduación, especialista en inteligencia, una vez me comentó que si Oscar Pérez, un policía de altísimo nivel en su campo, hubiera aplicado todo el conocimiento que tenia basado en su entrenamiento especial, hubiera causado muchísimo más daño al régimen que intentar confrontarlo de frente, a una fuerza bruta mucho mayor que la suya y la de sus acompañantes, y aun posiblemente estuviera vivo.
Y eso lo sabía el régimen, Y fue la razón por la que lo masacraron con saña a los ojos de todo el mundo como lo hicieron. Para darle un ejemplo a quienes como él se les ocurriera hacer algo semejante, y por terror a que Pérez usara en contra de ellos lo que sabía hacer muy bien y no lo hizo. Me atrevería a decir, sin conocer absolutamente nada de este tipo de operaciones militares, a aquellos que están arriesgando su vida por Venezuela, que no cometan el mismo error de Oscar Pérez de hacer algo más allá de las capacidades para los que fueron entrenados. Eso posiblemente les pueda salvar la vida, haciendo más eficiente el sacrificio que están haciendo por los venezolanos…
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