Padecemos un virus peor que el chino

Opinión | marzo 28, 2020 | 6:24 am.

A partir del 11 de abril de 2002 inició una tragedia que nos va resultando peor que las consecuencias del «virus de China», lo que ya es bastante decir. Bien lo explican los entendidos: el problema de Venezuela no se fundamenta en el aspecto económico, ni siquiera en su sector político. La complicación estriba en la cultura de nuestra sociedad.


Allí es donde el socialismo sembró su semilla de maldad.

Porque es en la cultura del venezolano común, en nuestra forma de ser, donde encontramos el asiento del presente horror. Allí resulta verificable todas aquellas taras más o menos típicas de América Latina: viveza criolla, envidia, resentimiento social, sectarismo, partidismo y afines, fallas que en condiciones normales igual nos permitieron llegar a ser mundialmente reconocidos como ejemplo de Régimen Democrático de Libertades. Pero que bajo la influencia perniciosa del socialismo y su prédica del odio (colectivismo, lucha de clases, igualitarismo, entre otros),aquellos vicios pasaron a ser un caldo de cultivo que hizo posible degenerar en la sociedad esclavizada y envilecida de hoy.

Se trata de una sociedad tan diezmada en sus fundamentos éticos que incluso resultamos incapaces de proveernos un liderazgo demócrata idóneo para siquiera contribuir a la finalización del Estado Criminal Socialista en su proceso de genocidio contra aquella.

Tal incapacidad es consecuencia directa de un grado tal de perversión política que impede el ascenso de una dirigencia patriota en capacidad y disposición real de confrontar al socialismo de manera eficiente. Así entonces, el restablecimiento pleno del orden constitucional no está en manos de los venezolanos. Es mucho lo que nos resta por aprender

¡Fuera el socialismo! Ora y labora.

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