Foro: El Esequibo es recuperable
Los internacionalistas Rajihv Morillo Dáger, Josmar Fernández y Gerson Ravenales coincidieron en que Venezuela acude a la Corte Internacional de Justicia, a propósito de la controversia del Esequibo, con una gran fragilidad tanto política, como internacional y judicial.
Los señalamientos lo hicieron estos expertos en un foro que organizó el Centro Popular de Formación Ciudadana y la Universidad Metropolitana.
Morillo Dáger es internacionalista, profesor de la Universidad Metropolitana; Forma parte de la fundación “Amigos Venezuela Esequiba”.
Comenzó su intervención recordando que desde la Colonia el río Esequibo era considerado el límite oriental de Venezuela.
-El río le da el nombre a la región. Ese territorio tiene una extensión de 159 mil 500 kilómetros cuadrados; equivalente a los estados Zulia, Mérida, Trujillo, Portuguesa, Lara, Yaracuy y Falcón; además de nuestra región insular.
Se preguntó que por qué el Esequibo es nuestro. Respondió que esa es una disputa tan vieja como Cristóbal Colón y tan nueva como Nicolás Maduro; tomando en cuenta que la región pasó a formar parte de la Corona española, reflejada en la constitución de la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777.
Al abordar la presencia inglesa en la zona, Morillo Dáger explicó que la misma se comienza a generar en 1814; cuando nosotros estábamos en plena guerra de Independencia, e Inglaterra, mediante uno de los acuerdos conexos del Congreso de Viena, se hace con el control oficial que tenían los holandeses en la zona este del Esequibo, y así se forma la Guayana Inglesa. Aun cuando, a raíz de la Constitución en 1811 de la República de Venezuela se consideraba ese territorio nuestro por el principio del utis possiditis iuris: según el derecho, como poseías lo sigues poseyendo.
Mostró una copia de una carta firmada por Simón Bolívar, dirigida a los ingleses, que constituye la primera persona que hace la reclamación por el territorio. Los ingleses descubren que allí hay grandes riquezas minerales y vegetales; de modo que, a medida que se van apoderando de uno y otro territorio van forjando mapas donde oficializan el territorio como suyo.
-Los ingleses, además, se dan cuenta de que una de las puntas del delta del Orinoco es estratégica para controlar la entrada y salida de los barcos, que van a navegar el Orinoco. Y si usted entra por aquí puede desplazarse a través de los ríos hacia cualquier región del Amazonas; incluida Bogotá, lo que significa que si se controla esa punta se puede controlar toda la región de Guayana.
Según, Morillo Dáger los reclamos se intensifican del lado venezolano cuando perciben, en 1841, que en esa punta del delta los ingleses han colocado una bandera de su país; aun cuando éstos siguen avanzando, de modo que de 140 mil kilómetros cuadrados que habían declarado en ese año, ya para 1887 los ingleses declaran como suyos más de 200 mil kilómetros cuadrados.
Explicó que durante todos ese tiempo nuestro país trató de negociar con los ingleses para fijar unos límites definitivos; sólo que de parte de los ingleses la respuesta que se tenía era la arrogancia; nos consideraban unos «salvajes»; no dignos de sentarse en una mesa a negociar; por lo que Venezuela se ve en la necesidad de invocar la Doctrina Monroe, y le pide a EEUU que interceda y obligue a los ingleses a ir a un arbitraje. A partir de allí se inician las negociaciones.
En 1897, explica Morillo Dáger, se conforma un tribunal integrado por un juez ruso; Inglaterra representada por sus jueces nacionales, mientras que a Venezuela la representan unos jueces de EEUU; que dio lugar al famoso Laudo Arbitral de 1899 de París; siendo un personaje clave el juez ruso que obliga a las partes a pronunciarse a favor de Inglaterra en lo que atañe a la admisión de una línea fronteriza a partir del Esequibo y que comprendía toda la zona en reclamación.
-A pesar que nosotros teníamos la sospecha de que en ese Laudo nos habían metido gato por liebre, nosotros no teníamos la prueba; hasta que el juez americano, Severo Mallet Prevost, a raíz de su muerte, deja constancia de que el juez ruso había presionado a los jueces americanos para lograr la sentencia, lo que reabre la investigación del caso. En 1962 el entonces canciller de Venezuela, Marcos Falcón Briceño, declara ante las Naciones Unidas que ese Laudo es nulo e írrito.
Indicó que a partir de ese momento Venezuela publica un nuevo mapa; donde se subraya la zona en reclamación, y se reinician las negociaciones con los ingleses; pero esta vez éstas se hacen por la vía directa; firmándose el 17 de febrero de 1966 el Acuerdo de Ginebra; donde se acepta que existe la controversia; que pasan los años, y Guyana se declara independiente, y se convierte en un Estado activo en esta controversia.
Al abordar el tema de los errores que se han cometido en estas reclamaciones, dijo que uno de ellos había sido la firma del Protocolo de Puerto España, acordada por el entonces presidente Rafael Caldera en el año de 1970, mediante el cual se suspenden las reclamaciones por el lapso de 12 años; sólo que, al final, Luis Herrera Campins en el año 1982, replantea el tema de las reclamaciones, y que han sido sostenidas a lo largo de 30 sin que se haya logrado ningún acuerdo en este sentido.
-Chávez hasta el 2004 mantuvo la posición de los gobiernos anteriores. Pero en ese año Chávez viaja a Guyana, y es cuando declara que Venezuela no se va a oponer a que Guyana entregue concesiones mineras, petroleras o de cualquier otra índole en el territorio Esequibo, siempre y cuando beneficien a sus habitantes.
En cuanto al comportamiento que ha tenido Nicolás Maduro frente al tema; hizo ver que en un principio ratificó esa línea asumida por Hugo Chávez; pero a partir de 2013 ha adoptado otra actitud, más bien identificándose con lo que ha sido la postura oficial clásica frente a esta controversia de la delimitación de nuestras fronteras con respecto a Guyana. Concluyó resaltando que, a su juicio, la zona del Esequibo es recuperable.
Josmar Fernández
La licenciada Josmar Fernández abordó el tema de la llamada Fachada Atlántica, el petróleo y la embestida final de Guyana. Esbozó lo que han sido los “hitos” en la historia de las relaciones bilaterales del Estado guyanés y el venezolano; y la intervención, como un tercer actor, del Secretario General de las Naciones Unidas, señor Banki Moon; mediante el establecimiento de sus buenos oficios como un mecanismo más de solución de conflictos y controversias por la vía pacífica”.
Fernández es licenciada en Ciencias Políticas de la UCV, especialista en el tema de las fronteras; y ha trabajado por muchos años en la cancillería venezolana.
A su juicio, las relaciones entre Guyana y Venezuela están caracterizadas por un status quo desde 1966 hasta 2018; y que el por qué de esta circunstancia radica en que el Acuerdo de Ginebra no deja de ser la hoja de ruta de esta controversia; pero que, además de eso, las relaciones bilaterales se han regido mediante la cooperación; al tiempo que a lo largo de los años hemos vivido momentos de tensiones; donde, además, de algunos episodios de turbulencias nacionalistas, está presente la figura de las transnacionales, y que no es nada nuevo en estos momentos.
-Desde antes de la firma del Acuerdo de Ginebra, se hablaba de otorgamiento de concesiones petroleras, madereras y mineras a empresas transnacionales. Para el año 2002 se habían contabilizado 94 concesiones.
Dijo Fernández que el tema para ambos países no deja de ser el de la integridad territorial; sobre todo cuando uno de esos Estados tiene la amenaza de perder las dos terceras partes de su territorio.
Al referirse, a lo que hay en esa zona desde el punto de vista de sus recursos, manifestó que lo más importante allí son sus recursos minerales y naturales; que propician hasta el desarrollo de la industria eléctrica; pesca; grandes reservas de petróleo, además de gas.
-Fíjense ustedes que el interés de los países no sólo viene dado por EEUU y Rusia. Existen otros intereses, otros actores: Canadá, Reino Unido, China, España, algunos países africanos que tienen experiencia en la explotación de los recursos mineros. A eso hay que sumarle las presiones geopolíticas a las que, tanto Guyana, como Venezuela están sujetas.
Dijo que en un primer momento se encuentra el tema de la presión por la navegación, sobre todo, fluvial; luego está la presión por las áreas donde hay petróleo o recursos mineros del territorio Esequibo y. asimismo, la presión por problemas territoriales, y mención aparte hizo del caso de Brasil, un Estado que ha venido incursionando con proyectos de desarrollo en la zona; de modo que al día de hoy tiene mucho más presencia allí que Venezuela.
A esto Fernández le sumó el desplazamiento de los grupos armados de la guerrilla colombiana, sobre todo, del lado venezolano, y la situación irregular que ellos han propiciado en la zona, en donde entraría el tema de la ideología; un tema de presión que, a su juicio, ha sido uno de los fundamentales allí en estas circunstancias.
-Por supuesto, esto nos lleva a decir que se no se actúa con la mejor buena fe.
A través de una lámina mostró todo el entramado de cruces fronterizos que se dan en nuestras áreas marinas; en lo que atañe no sólo a Guyana, sino también a lo que corresponde a Trinidad y Tobago, Barbados, y hasta Colombia.
-Nuestra fachada hacia el Caribe no está completamente delimitada; sin embargo, Pdvsa en los últimos años ha comenzado a desarrollar proyectos en el espacio marítimo en la zona de proyección marítima de La Blanquilla y del propio Atlántico; a través de empresas mixtas, entre ellas, la Chevron, donde Pdvsa tiene la mayor participación.
Fernández recordó algunas advertencias que hicieron los expertos en su momento, es decir, el desarrollo de la embestida guyanesa: comenzando con el desconocimiento de Isla de Aves, que constituye una referencia en lo que se refiere a nuestra delimitación marítima; luego las concesiones petroleras; la definición de los límites; porque, a su modo de ver, nosotros no podemos analizar el tema del Esequibo centrándonos solamente en la parte territorial, y, finalmente, el cerco en el Atlántico.
-Estamos claros que se busca el cierre de nuestra salida libre al océano Atlántico. Y yo le agregaría una quinta estrategia de la embestida: la Corte Internacional de Justicia.
Al referirse a la política de las concesiones petroleras, Fernández mostró un mapa donde se observaban los diversos bloques que se ha otorgado Guyana desde 1993 a las principales transnacionales de los hidrocarburos: Mobil; Exxon, y en lo que sería nuestra fachada marítima; que sería el punto más controversial, tomando en cuenta que aquí entra el tema de la delimitación de la plataforma marina de cada uno de los Estados guayaneses e islas del Caribe, y en donde se han venido poniendo de acuerdo, en forma solapada, sobre todo, Barbados y Guyana, para cerrarle ese paso de Venezuela hacia el Atlántico.
-Actúan de mala fe, precisamente, para poder avanzar en toda su estrategia de amplitud de su espacio marítimo. Fíjense ustedes, luego se establece el Tratado de Cooperación en la Zona Económica Exclusiva asumida nada más por Guyana y Barbados en diciembre de 2003.
Seguidamente, pasó a referirse a los incidentes que se han tenido en la fachada Atlántica, con la intercepción de algunos barcos de esas transnacionales petroleras, reconociendo la labor de patrullado de la Armada venezolana.
-¿Qué pasa con Venezuela? Que se trata del país con las mayores reservas de petróleo; más allá de que el crudo sea sucio, extrapesado; todo el cuento; además, somos un país tradicionalmente petrolero. Sin embargo, en los últimos 20 años encontramos que se ha modificado la política exterior. Que esa política exterior ha venido acompañada de un viraje en sus alianzas y en las estrategias políticas e ideológicas.
Según Fernández, por esta vía hemos desarrollado vínculos con Estados que no son nuestros aliados tradicionales; pero que, además, hemos incurrido en la desprofesionalización de las instituciones, y la incorporación de personal inexperto, en este caso, en materia de diplomacia.
-Luego tenemos la disminución paulatina de la producción petrolera; habiendo bajado hasta el año pasado al sexto lugar entre los países petroleros. Pero, además, se produjo un cambio; donde Pdvsa, una de las principales empresas del mundo, se convierte en una fuente de financiamiento del gasto social; aparte de que se trata de un país endeudado o que, al menos, tiene asuntos pendientes: nueve millones de dólares de demandas por expropiaciones de las transnacionales del petróleo, y esto sin contar la situación interna.
Fernández a esta altura reconoció que no todo es malo. Trajo a colación los trabajos de ubicación y desarrollo de los yacimientos extrafronterizos de hidrocarburos que se están llevando a cabo en campos que se extienden entre Trinidad y Venezuela a través de la línea de delimitación, lo cual justifica la presencia venezolana en el desarrollo de la actividad económica, exploración y explotación petrolera en la zona; aparte del patrullaje que realiza la Armada; que garantiza el ejercicio de soberanía en la zona.
-A ello hay que sumarle que se mantiene la tesis de oponerse a la obligatoriedad de llevar el asunto a la Corte Internacional de Justicia (CIJ); siendo una instancia que no reconocemos. Al menos existe continuidad en este punto.
En síntesis, Fernández reconoció que Guyana ha venido cambiando toda su legislación en función de convertirse en un país petrolero; que ha hecho alianzas con Estados que han desarrollado la industria de los hidrocarburos; que viene utilizando el petróleo como arma de la diplomacia; siendo el país en el 2018 que más descubrimientos hizo; gozando al mismo tiempo de todo el apoyo internacional.
-Nosotros hemos quedado por diversas razones en una posición desventajosa frente al tema de la reclamación del Esequibo.
Gerson Ravenales
Por su parte al embajador Gerson Ravenales le correspondió enfocarse en el tema de la Corte Internacional de Justicia y su incidencia en Venezuela. Venezuela, dijo, es la débil desde un punto de vista político, diplomático y judicial, desde que los ingleses complotaron contra el país, y así comenzó a ser desmembrada; sobre todo por la política “acomodaticia” de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro tratando de ganarse la buena voluntad de Cuba.
-Pues Cuba, a pesar de que siempre ha usufructuado de nuestro petróleo ha estado del lado de Guyana; en especial, porque el gobierno cubano ha vivido de otros Estados, ha vivido de España en La Colonia; ha vivido de los norteamericanos, ha vivido de los soviéticos, ha vivido de nosotros, y ahora, al parecer se prepara a vivir del usufructo del petróleo guyanés.
Se remontó a los tiempos del canciller Marcos Falcón Briceño cuando en 1962 declaró nulo e írrito en la ONU el Laudo Arbitral; lo que, a su juicio, no fue una declaración oportuna en aquel momento; tomando en cuenta que Guyana era un país que estaba a las puertas de su independencia; y que esa amenaza de que iba a ser despojado del 70% de su territorio pesaba sobre cualquier instancia internacional para que ratificara el carácter nulo e írrito del laudo.
Hizo ver que las grandes transnacionales del petróleo, a las que Guyana les ha venido otorgando concesiones, tienen representación hoy en día en instancias como la Corte Internacional de Justicia
-Esa negligencia del gobierno anterior y de éste es la consecuencia que nos ha llevado a que estemos hoy en la CIJ. Eso no ha debido suceder en ningún momento. Porque el señor Banki Moon, secretario general de las Naciones Unidas, dijo que si para finales del año 2017 no existía una solución a la controversia, y que el nuevo secretario general, señor Guterres constatara de que ya no había una solución posible, se llevaría el caso del Esequibo a la CIJ.
Ravenales consideró ese juicio de Moon como un abuso de autoridad de su parte; como acusó de mandadero a Guterres; toda vez que ambos tenían perfecto conocimiento de que nuestro país no pertenece a la CIJ desde que se creó en el año 1941; aun cuando manifestó que a nuestro país en esta coyuntura no tendrá más camino que acudir a esta instancia.
-Aquí hay un problema de soberanía; de soberanía en todos sus espacios; pues queda en entredicha en el caso de que haya un fallo en esa corte en contra de Venezuela. Se trata de un tema de integridad territorial; porque se nos desmembra toda esa zona; empezando por ahí, y luego están los recursos, las riquezas minerales y los recursos naturales.
De acuerdo a lo que ha trascendido, según Ravenales, la CIJ hizo una convocatoria de las partes para el próximo mes de marzo, a la cual tendrá que asistir Venezuela; no reconociendo aún la instancia, e hizo ver que Venezuela no presentó allí una contrademanda; porque sí lo hacía entonces pasaba a reconocer a la CIJ; sólo que eso le hubiera impedido a Guyana continuar con la política de las concesiones petroleras.
Manifestó que ni EEUU ni Venezuela reconocen a esa CIJ desde que se creó en la década de 1940, y que, por lo tanto, ambos Estados no están obligados a acudir a dicha instancia, si es que se trata de dirimir una controversia sobre una cuestión limítrofe entre dos Estados; pero que, además, el señor Gutierres interpretó mal el Acuerdo de Ginebra, en cuyo preámbulo se establece que cualquier arreglo, al respecto, tiene que ser práctico y satisfactorio para ambas partes, y, a su modo de ver, ninguna instancia internacional está en capacidad de hacerlo.
-Entonces, las medidas que privilegia el Acuerdo de Ginebra es la negociación, y aquí hay en detalle que llama la atención. Nunca nos hemos sentado en la mesa Venezuela-Guyana: siempre hemos apelado a otros mecanismos, y entre esos está el de los buenos oficios.
Ravenales indicó que hay que esperar el fallo de la CIJ para tomar la decisión en ese sentido, y que, si bien Venezuela no estaría obligada a acatar o no acatar cualquier decisión que emane de allí; no obstante, hay la ventaja de que la CIJ revise todo lo que ha sido el proceso de despojo de nuestro Esequibo, y que para eso es muy importante la actuación de nuestros diplomáticos.
Concluyó sugiriendo que Venezuela debe continuar ratificando su consideración de nulo e írrito del Laudo de París de 1899; responsabilizar al gobierno de la actuación tardía en la defensa de sus posiciones, sobre todo, cuando el secretario general de la ONU llevó a cabo su declaración de remisión del caso a la CIJ, y dejara que la sangre llegara al río.
Foto cortesía @SuarezChourio4F