Este sí es un desacato
Diversas suposiciones ha tenido el objeto del intento de visita de Delcy Eloína a España. Unos dicen que fue a colocar unos dólares provenientes de la corrupción de Pdvsa. Otros dicen que fue a llevar un oro que iba destinado a Turquía, valiéndose de la intermediación de España. Una tercera versión habla que fue a negociar a Pdvsa; de acuerdo a lo que se ha filtrado, a propósito de las intenciones de Nicolás Maduro de privatizar la estatal, en su afán de obtener dólares para oxigenar su gobierno por unos años más; buscando, al mismo tiempo, reactivar la producción petrolera. El hecho cierto es que nuestra flamante vicepresidenta no fue en funciones de recomendar que se rece el Rosario en familia.
Algo grande la movía para arriesgar tanto; partiendo de la circunstancia de que tiene prohibición de entrada al viejo continente; con motivo de las sanciones que le ha impuesto la Unión Europea; como, además, para que el gobierno español se esmerara tanto en protegerla. Pues lo último que ha trascendido ha sido que el ministro español José Luis Ábalos se movilizó hacia el aeropuerto de Barajas, para evitar que fuera detenida por la Interpol.
Por supuesto, aquí está metida la mano de Rodríguez Zapatero, principal consejero de Maduro en su relación con la UE, y el que tiene mucho agradecerle a éste; dado que se ha dicho que devenga el pago de unos 50 mil euros mensuales, y en donde entra también el nuevo socio de Pablo Sánchez del que se dice que asimismo ha sido muy bien remunerado a partir de su entrañable amistad con Hugo Chávez; tanto así que le permitió fundar el partido Podemos, y consolidarse a la larga entre los primeros lugares, y la prueba está en la fotocopia de una orden de pago que rueda por las redes sociales y en donde a Pablo Iglesias se le cancelan 50 mil euros, por concepto de asesoría en “trabajos sociales” al régimen de Venezuela.
Incluso, el nuevo gobierno de Bolivia reveló en un informe la trama de una triangulación que se le hacía por intermedio de Evo Morales a Iglesias, a partir del otorgamiento de contratos millonarios de “asesoría política”, y cuyo financista era el régimen venezolano.
Se trata de la misma familia, en consecuencia, y la que tiene que estar agradecida; al punto, decíamos, de correr estos riesgos; que suponen el reclamo que le habría de hacer la propia organización de la UE; razón por la cual hemos visto a un ministro Abalos tartamudear a la hora de abordar este tema frente a los medios de comunicación; mientras hoy dice una cosa, mañana otra: que si Delcy Eloina no se bajó del avión; que si acaso pisó el aeropuerto de Barajas, fue en la zona de tránsito; mientras las caricaturas van y vienen, con motivo de estos dichos y contradichos del ministro Abalos, y digo caricaturas; pues hay una, que ha merecido un comentario especial de alguien con mucha agudeza en la que se ve a una Delcy Eloina en la ventanilla del avión, mirando con ansiedad hacia el campus del aeropuerto de Barajas – lo que revela la condición de paria en el mundo, en la que se encuentra esta gente.
Nadie los quiere, y el primero que intente tenderles una mano, ése se raya, dicho a la venezolana. Ha sucedido con respecto a España y la UE, aparte del tierrerín que se ha levantando al interior del reino español; cuya jauría política ha sido implacable por esta vía con el gobierno de Pablo Sánchez; porque en el fondo en la sociedad hispánica hay una reserva moral, y se ve con indignación la circunstancia de que una clase política nueva ha llegado al poder, medrando con la miseria del pueblo venezolano. Pero, asimismo, que esta clase política se haya prestado, no sólo para recibir la visita de un personaje impresentable; sino, además, se repite, que no iba con la intención de recomendar, que se rece el rosario en familia.
¿Cuánto hay para eso? Le diría el ministro Abalos a Sánchez cuando le encomendó esa mediación. El hecho es que estamos ante un desacato infraganti a la UE, y en donde se nota la carencia de escrúpulos de uno y otro gobierno. Porque sobre la realidad venezolana pesa hoy el Informe de Michelle Bachelet, y donde se denuncian con nombre y apellido todo lo relativo a violación de derechos humanos por parte del régimen; pero, igualmente, pesa una diáspora de unos seis millones de venezolanos que, aunque Diosdado Cabello diga que es “cámara y acción”, no deja de ser muy evidente. ¿Acaso uno y otro gobierno no cuentan con el personal adecuado en materia diplomática, como para que les advirtiera el riesgo, que se corría a partir de este atrevimiento de Delcy Eloina? Todavía se recuerda cuando intentó colarse en una reunión de Unasur por una ventana.
Por supuesto, el carácter improvisado como gobierna esta gente los lleva a tirarse esta parada. A “tout hazard”, como se dice en francés. ¿Una prueba para ver si de verdad más allá del extramuro, lo que hay no es sino un campo minado? He allí la triste realidad, que signa a estos personeros, y los que, en consecuencia, se observa que no pueden dar un paso más allá de los límites, que tienen acordado; con motivo de esa condición de paria, a los que la ha condenado el resto del mundo, y que lo expresa de un modo muy ilustrativo, repito, esa caricatura, donde aparece una Delcy Eloina mirando con unos ojos bien espabilados por la ventanilla del avión.