Año de definición en la confrontación
“No vayas donde guíe el camino. Ve donde no hay camino y deja huella” Ralph Waldo Emerson (1803 – 1882) Escritor, conferenciante, filósofo y poeta estadounidense
No hay un ápice de dudas. Este año será de definiciones. Hay dos visiones y posiciones confrontadas. Los que creen que las elecciones del 20M2018 fueron legítimas y los que consideramos que fueron una farsa. Los que creen que Maduro ejerce la presidencia legítimamente y los que estamos convencido que está usurpando el poder. Los que creen que se debe asistir a las elecciones – igual que el 20M2018 – con un CNE nombrado por el régimen usurpador y los que creemos que debe cesar la usurpación y nombrarse un gobierno de transición que organice elecciones libres, transparentes, competitivas y con observación internacional calificada. Esos son los puntos de la confrontación. El que tiene ojos ve.
En medio de la confrontación, hay que definirse y tener convicción de la posición que se ha venido asumiendo, se asume y se asumirá. Ningún demócrata sataniza el voto como instrumento civil para producir los cambios que el país requiere con urgencia. Lo que es cuestionable y está bien satanizado es las condiciones bajo las cuales el régimen usurpador pretende que el pueblo venezolano lo ejerza para burlar su voluntad. El voto tiene que ser útil, nunca utilizado para burlarse del elector. Esa situación es también punto de confrontación. No nos llamemos a engaños.
Tenemos un año predicando, explicando y convenciendo al pueblo – Y nos ha acompañado masivamente – de una ruta para lograr la solución a la confrontación: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Entonces, mal podríamos – respetamos y no compartimos a quien o quienes le hagan el juego al régimen usurpador – cambiar alegremente de ruta, aceptar que nos nombren un CNE de espaldas a la voluntad popular y asistir a una farsa electoral con el usurpador en el poder. Es, indiscutiblemente, una traición al pueblo. En guerra avisada no muere soldado.
Hay que tener fortaleza de espíritu, convicción por lo que se lucha y, por sobre todas las cosas, fortaleza moral, para no caer en la tentación y seguir el camino que coloca el régimen usurpador con una farsa electoral, dónde sólo buscan y lo lograría fácilmente, legitimar al usurpador, obtener una holgada mayoría en la AN y atornillarse en el poder In saecula saeculorum. Ya tenemos un camino transitado, una parte que transitar y dejar una huella histórica. Las presentes y nuevas generaciones lo merecen. No echemos por la borda lo andado.
El país vive una nítida polarización y eso obliga a tomar posición en medio de la confrontación. No hay espacio para terceras vías y medias tintas. Estamos en el año de la definición. Es con Dios o con el diablo. Hay que ubicarse. Particularmente he estado, estoy y estaré, a costa de cualquier sacrificio, del lado correcto de la historia. Es cuestión de convicción y coherencia.
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