Miles de españoles protestaron en Valencia por mala respuesta a las inundaciones
Decenas de miles de españoles marcharon el sábado en la ciudad de Valencia, en el este del país, para exigir la renuncia del presidente regional encargado de la respuesta de emergencia a las catastróficas inundaciones de la semana pasada que dejaron más de 200 muertos y otros desaparecidos.
Algunos manifestantes se enfrentaron con la policía antidisturbios frente al ayuntamiento, donde los manifestantes iniciaron su marcha hacia la sede del gobierno regional. La policía utilizó porras para hacerlos retroceder.
El presidente regional, Carlos Mazón, está bajo una enorme presión porque el gobierno local tardó horas en enviar alertas a los teléfonos de los ciudadanos después de que comenzó la inundación la noche del 29 de octubre.
Muchos manifestantes llevaban carteles hechos en casa o coreaban “¡Mazón dimisión!” otros llevaban carteles con mensajes como “¡Nos mataste!”. Al llegar a la sede del gobierno regional, algunos manifestantes arrojaron barro sobre el edificio y dejaron huellas de la suciedad en su fachada.
Horas antes, Mazón comentó a la emisora regional À Punt que ya habrá tiempo para hacer rendir cuentas a los responsables, pero señaló que ahora era momento de seguir limpiando las calles, ayudando a la gente y reconstruyendo la ciudad.
Afirmó que respetaba la protesta.
Mazón, del conservador Partido Popular, también es criticado por lo que la gente percibe como una respuesta lenta y caótica al desastre natural. Miles de voluntarios fueron los primeros en llegar a muchas de las áreas más afectadas en las afueras del sur de Valencia. Pasaron días antes de que las autoridades movilizaran a los miles de refuerzos policiales y soldados que el gobierno regional solicitó enviar a las autoridades centrales.
En España, los gobiernos regionales están encargados de manejar la protección civil y pueden solicitar al gobierno nacional en Madrid, liderado por los socialistas, recursos adicionales.
Mazón ha defendido su manejo la crisis diciendo que su magnitud era imprevisible y que su gobierno no recibió suficientes advertencias de las autoridades centrales.
Pero la agencia meteorológica de España emitió una alerta roja, el nivel más alto de advertencia, por malas condiciones meteorológicas a las 7:30 de la mañana del martes.
Algunas comunidades empezaron a inundarse a las 6 de la tarde y fue hasta después de las 8 de la noche que el gobierno de Mazón envió alertas a los celulares.
Mazón se encontraba con los reyes de España, Felipe y Letizia, y con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, cuando molestos residentes les arrojaron lodo durante su primera visita a una zona devastada la semana pasada.
Sara Sánchez Gurillo asistió a la protesta del sábado debido a que perdió a su cuñado, Cándido Molina Pulgarín, de 62 años de edad. Señaló que su cuerpo fue hallado en una campo de naranjos luego de que quedó atrapado por el agua en su vivienda en la localidad de Cheste, al oeste de Valencia.
Quería que Mazón renunciara, pero también estaba molesta con los dirigentes de España.
El número de víctimas mortales se situaba en 220 el sábado, 212 de ellas en la región oriental de Valencia, mientras continúa la búsqueda de cuerpos.
Miles más perdieron sus hogares y las calles aún están cubiertas de barro y escombros 11 días después del paso de una ola gigante tras un diluvio.