Colombia: Grupos armados duplican precio de pasta de coca para frenar idea de Petro

El Mundo | noviembre 18, 2024 | 12:13 pm | .

Un día después de que el presidente de Colombia Gustavo Petro anunció que su Gobierno compraría la coca producida en 12.600 hectáreas de la zona de El Plateado, en el departamento del Cauca, los precios de la pasta base amanecieron duplicados.

“Pasamos de que nos pagaran 1,6 millones de pesos (400 dólares) por kilo de pasta base, a que nos ofrecieran 3,8 millones de pesos (856 dólares)”, dijo a El País. un líder cocalero de Argelia a este diario, refiriéndose a los grupos armados que fijan el precio de la también llamada cocaína cruda.

“Ese anuncio fue como gasolina para que ellos [los actores armados] empezaran a pagar más para evitar la competencia”, declaró vía telefónica desde uno de los enclaves cocaleros más complejos de Colombia.

Los arrumes de pasta base, desde hace dos años guardados en bodegas por los bajos precios, han comenzado a salir en camiones.

La declaración de Petro sobre la compra de hoja de coca ya tiene un borrador de decreto listo que entregó el Ministerio de Justicia que busca regularizar el cultivo, la posesión y el uso de semillas y plantas de coca y amapola con fines legales. Hoy, solo los pueblos indígenas pueden cultivar y procesar la hoja, con la condición de distribuirla y venderla en sus territorios.

El nuevo documento plantea que serán entidades públicas las encargadas de que la coca no sea la gasolina de grupos armados ilegales, sino el insumo de productos agroindustriales, maquillaje, insumos médicos o alimentos. Además, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla dijo el 9 de noviembre que la idea tiene un respaldo económico —no aclaró de cuánto es el presupuesto— y que el Ministerio de Agricultura se encargará de las compras. Aunque no hay certeza del precio que ofrecerá el Estado por la hoja, en los territorios cocaleros la expectativa crece. Las dudas de los expertos, también.

A juicio de Felipe Tascón, anterior director del Programa de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), la propuesta tiene más riesgos que beneficios.

“La idea que teníamos con el presidente, hasta mayo pasado, no era comprar la hoja de coca, era pagarle a los campesinos para que no cosecharan más hoja de coca y dejaran crecer las matas, de manera que sirviera también de reforestación. Una mata de hoja de coca que no se pode, se convierte en un árbol, y cuando crece es imposible rasparla para el cultivo ilícito. Eso es lo que acordamos con el presidente, pero nunca se planteó lo que hoy están defendiendo”.

Pulse aquí para leer el reporte completo en El País.